Itongadol.- Matemático autodidáctico de nivel internacional nacido en Sarny, Ucrania, el 1 de agosto de 1913 (ciertos biógrafos afirman que en 1912) era el hijo menor de una familia judía integrada por Ovsey Cotlar (dueño de un molino) y Sara Medved, que en 1928 emigró a Uruguay, estableciéndose en la ciudad de Montevideo.
Ovsey Cotlar era un aficionado jugador de ajedrez de una gran cultura que formó a sus hijos en matemáticas, ajedrez y música, pues no tuvieron educación formal. Mischa se destacaba como un joven atraído por las matemáticas, al carecer de educación formal se ganaba la vida tocando el piano en bares nocturnos, situados en la zona del puerto.
Su padre, que trabajaba vendiendo diarios en una esquina, ganó un torneo organizado por la Sociedad Uruguaya de Ajedrez, donde conoció al matemático, y también ajedrecista amateur, Rafael Laguardia, a quien le presentó a su hijo Mischa. Laguardia, impactado por los resultados que había logrado en el área de Teoría de Números, lo invitó a participar de su seminario de estudio y, tiempo después, le ofreció el dictado de un curso de esa temática en la Facultad de Ingeniería, pese a que Cotlar no tenía título universitario (tampoco secundario y primario).
En 1935 Mischa se mudó a Buenos Aires, siguiendo los pasos del célebre matemático español Julio Rey Pastor, y poco después conoció a quien sería su compañera de toda la vida, una estudiante rusa, Yanny Frenkel, con la que se casó en 1938.
Pese a no poseer títulos académicos, Mischa se dedicó al estudio del Análisis Armónico y el Análisis Funcional, y a publicar los resultados de los mismos, comenzando a ser conocido como uno de los referentes de la comunidad matemática argentina.
A fines de la década del ’40 del siglo pasado, cuando Manuel Sadosky, lo había conducido a la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, un matemático estadounidense sorprendido por la capacidad de Mischa Cotlar le gestionó y consiguió una beca Guggenheim para estudiar en los Estados Unidos y a los 40 años, en 1953, obtuvo su primer título, el doctorado en la Universidad de Chicago, cuando ya había publicado alrededor de 30 trabajos.
A su regreso a la Argentina fue designado Director del Instituto de Matemáticas de la Universidad Nacional de Cuyo. Profesor desde 1957 en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, cargo al que renunció a causa del golpe militar de 1966, luego de la denominada “Noche de los Bastones Largos” y se vio obligado a emigrar, primero a Uruguay y luego a los Estados Unidos, donde en 1967 fue designado profesor de la Rutger University, la Universidad Estatal de Nueva Jersey. En 1973 retorno a la Argentina por un breve periodo, ya que en 1974 por razones políticas debió emigrar a Venezuela donde enseñó en la Universidad Central, recibiendo en 1984 el Premio Nacional de Ciencias de Venezuela, país en el que vivió hasta el 2004, cuando regresó definitivamente a la Argentina.
Cotlar fue, además, profesor visitante en las siguientes universidades: Washington University, University of Chicago, Dartmouth College, Universidad de la República en Montevideo, Universidad de Ingeniería en Lima, Université de Nice, McGill University y Howard University. Entre sus numerosos colaboradores y discípulos se encuentran su esposa Yanny Frenkel, su gran amigo y colega intelectual Rodolfo Ricabarra, Beppo Levi, Eduardo Zarantonello, Rafael Panzone, Rodrigo Arocena, Cora Ratto de Sadosky, Eduardo Ortiz, Concepción Ballester, Pedro Alegría, Ramón Bruzual, Carmen Casas, Stefania Marcantognini, Cristina Pereira, José Abreu, María Dolores Morán, Marisela Domínguez, Alexis Quevedo y Wilfredo Urbina.
Sus trascendentes investigaciones matemáticas le valieron importantes reconocimientos: Premio de la Academia de Ciencias de España (1950), Premio Waissman (Conicet, 1964), Premio Nacional de Ciencias de Venezuela (1984), Miembro de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Argentina (1987), Doctorado Honoris Causa de la UBA y de la Universidad de La Plata, Premio Domingo Faustino Sarmiento del Senado de la Nación Argentina (2006),y el Premio Konex (2013 – post mortem).
Cotlar destacó además por una activa militancia humanista y un hondo compromiso social que le llevaron a integrar distintas organizaciones internacionales pacifistas en tiempos de la guerra fría. Fue amigo de Bertrand Russell y cooperó con su Peace Foundation. Junto con Cora Ratto creó en 1957 la Fundación Einstein, cuya misión era facilitar el estudio a jóvenes talentos carentes de recursos, y a la que durante años donaba parte de su sueldo; y en 1965 la revista Columna 10, que analizaba temas vinculando ciencia, ética y política- acontecimientos como la guerra de Vietnam o procesos como la carrera nuclear. En sus últimos años tuvo una preocupación especial por la ética de los científicos y la utilización ética del conocimiento.
Mischa Cotlar, quien en un reportaje publicado en Página 12 el 25 de septiembre de 2005 afirmó “Se supone que el científico ama su ciencia, si no, no puede salir nada bueno. Y si la ama tiene que entender que la alianza con intereses militares destruye la esencia de la ciencia, a la vez que pone en peligro la vida del planeta”, falleció en la ciudad de Buenos Aires el 16 de enero de 2007.