Diez personas fueron detenidas hoy, domingo, por la Policía israelí cuando trataron de obstruir una manifestación de grupos juveniles socialistas con motivo del Primero de mayo.
Los diez detenidos, anarquistas, interrumpieron el acto que organizaban distintos movimientos juveniles y trataron de quemar banderas de Israel y de la Policía israelí.
Poco antes, los organizadores les habían prohibido sumarse a la manifestación, la única de relevancia que ha tenido lugar hoy en Israel.
En el curso de la marcha, desconocidos lanzaron también una granada de humo de color rojo.
El primero de mayo, una fiesta que en décadas pasadas era festejada por todo lo alto en Israel, ha pasado este año casi desapercibido y con un puñado de actos de exigua relevancia.
El acto principal fue la marcha entre la Plaza Rabin y la estación de tren Arlozorov, en Tel Aviv, donde los anarquistas trataron de introducirse entre los adolescentes.
Más allá de la marcha y de otros actos de menor envergadura en poblados de la Galilea, los trabajadores israelíes han acudido hoy, como todos los domingos, a sus trabajos, al tratarse de una jornada laboral.
La Histadrut, la otrora poderosa unión de sindicatos de Israel, se encuentra en una profunda crisis desde hace ya una década y su poder de convocatoria entre los trabajadores se ha reducido de forma considerable.
Ello explica que hayan desaparecido por completo los desfiles y marchas que esa federación de sindicatos solía convocar cada año, en los que relucía el color azul de las camisas de los trabajadores israelíes, hoy una mera pieza de museo.
Terra