El Museo del Holocausto de Buenos Aires, el pasado 19 de abril efectuó un acto por el Día de la Convivencia en la Diversidad Cultural y el 74ª aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia. El panel que integró el acto estuvo conformado por Daniel Muchnik, Franco Fiumara y José Milmaniene, que moderó el vicepresidente de la institución, Guillermo Yanco; a la vez que se inauguró la muestra “Todos somos resilientes” de Elizabeth Budman que se expondrá hasta el mes de mayo.
El Consejo Federal del Ministerio de Educación de la Nación incorporó en el calendario escolar el 19 de abril como Día de la Convivencia en la Diversidad Cultural en recuerdo del Levantamiento del Gueto de Varosvia. La resolución N° 126/00, aprobada en el año 2000, recuerda el levantamiento el 19 de abril de 1943, cuando un grupo de jóvenes judíos enfrentó a las tropas nazis que ingresaron al gueto con el fin de enviar a campos de exterminio o campos de trabajo esclavo a su población remanente, unos 60.000 judíos, de los casi 500.000 que llegó a albergar, generándose una lucha armada que inicialmente hizo retroceder a los nazis, al provocarles una importante cantidad de bajas. Esta resistencia sólo fue vencida casi un mes después, por lo cual su conmemoración celebra las formas de resistencia contra la opresión y la intolerancia así como la defensa de la dignidad humana y la libertad.
El director ejecutivo del Museo, Jonathan Karszenbaum, brindó una escueta descripción del Levantamiento del Gueto de Varsovia para luego mencionar que fue una iniciativa del presidente del Museo, David Fleisher, proponerle al Gobierno Nacional la necesidad de que en la currícula escolar se incluyera un día conmemorativo del Levantamiento del Gueto de Varsovia como un ejemplo de defensa de la dignidad humana frente a la intolerancia y la opresión. El presidente Fernando De La Rúa lo consideró pertinente y la Resolución Nº 126/00 fue la respuesta gubernamental a esa propuesta.
Guillermo Yanco luego de destacar el prestigio de los panelistas expresó que la intención era conocer lo que “puede enseñar el Holocausto sobre la convivencia en la diversidad”, es decir “la necesidad que tenemos de aprender a vivir con los otros diferentes, un ejercicio democrático casi diario que los ciudadanos debemos construir, que es aceptar la forma de ser del otro, sus ideas, su accionar, su permanencia en la diversidad, pero también pudiendo sentir la aceptación”.
Daniel Muchnik, periodista e historiador, efectuó un enfoque histórico luego de aclarar la diferencia entre Holocausto y Shoá, que calificó de “profunda”, afirmando “El Holocausto es una ceremonia religiosa donde, históricamente en la antigüedad, se quemaba un animal. La Shoá, en cambio, es un término hebreo que significa desastre total, por lo que preferiría llamar a todo este proceso Shoá, no referirme a un detalle religioso”. Preguntándose luego “Hemos aprendido la lección de la Shoá” a lo que se respondió “no hemos aprendido un pepino de la lección de la Shoá”, explicando que ante las crisis financieras y económicas “surge el miedo al diferente, al otro, al que llega de otros lugares”, pasando a analizar la situación que se está produciendo en Europa, donde consideró “muy peligroso” el miedo al musulmán y la reacción contra el Islam.
Al analizar el Levantamiento del Gueto de Varzovia, Muchnik afirmó que para él siempre fue un símbolo: “Qué frente al límite, a una situación trágica final uno puede elegir como morir” para sostener luego que la “solución final” fue el resultado que los nazis no encontraron otra solución a la vez que sostuvo que en 1942 “el poder político del mundo estaba perfectamente informado de la aniquilación del pueblo judío” pero que por razones políticas ese poder no podía decir que iban a la guerra para defender a los judíos.
Por su parte Franco Fiumara, juez del Tribunal en lo Criminal N° 4 del Departamento Judicial de la Matanza y profesor y consejero del Departamento de Derecho de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM), autor del importante libro “Educación y Justicia como métodos pacíficos de prevención”, subtitulado “Análisis histórico de la Shoá, genocidios de los siglos XX y XXI, y terrorismo” afirmó que el nacional socialismo “fue el peor régimen criminal en la historia de la humanidad”. Respecto al homenaje que se les debe rendir a los luchadores del Gueto de Varsovia consideró que se tiene que destacar que lo que legaron a la humanidad fue un mensaje de “libertad”, manifestando “cuanto paralelismo que tenemos con nuestra querida y bendita República Argentina que vivimos confrontando permanentemente desde el estudio en los libros hasta la actualidad, paralelismo que se da justamente con nuestro Himno Nacional, que tres veces menciona la palabra libertad. Cuanto tenemos que escucharlo y no sólo cantarlo a repetición” para luego afirmar que estos acontecimientos relacionados con la libertad se dan “desde que Moisés nos guió para salir de la esclavitud, marcó un sentido de libertad, tratando a todos como hermanos, y de legalidad a través de aplicar la ley de las Tablas”.
Fiumara al referirse a Adolfo Hitler sostuvo “Ojo con decir que Hitler era loco, no tenía nada de loco, porque sino lo estamos exculpando, penalmente. Hitler era el mal encarnado, si me permiten, filosóficamente así decirlo, y él eligió una política de discriminar y asesinar a los que consideraba distintos, y se rodeo de un grupo de secuaces que eran delincuentes” para afirmar que uno de los cómplices fundamentales del sistema fue la “justicia nacional socialista a avaló a través de sus fallos y decisiones todas y cada una de las leyes discriminatorias, y después con sus sentencias cometía nítidas arbitrariedades y condenaba a todo grupo que3 era considerado distinto a través de su pertenencia, de su credo, de su etnia, de su cultura, de su decisión política o de su simple elección sexual”,
José Milmaniene inició su exposición recordando lo que escribió el historiador judío Simón Dubnow el 8 de diciembre de 1941 en el gueto de Riga “Buena gente no olviden, buena gente contar, buena gente escribir. Esa frase que nos convoca a la lucha contra la impotencia y el desfallecimiento de la palabra son las que yo creo deben resonar como un eco eterno esta noche en está casar que realmente se ha abocado a sostener, en condiciones realmente a veces muy difíciles lo que se llama el sagrado deber de memoria”. Luego de mencionar que conoció personalmente a varios sobrevivientes delo Levantamiento del Gueto de Varsovia y que de ellos aprendió cosas relevantes, recordó que decían “El peor crimen es considerar la Shoá, suprema devastación, como pasado”, para sostener “La Shoá no es del orden del recuerdo, sus cicatrices se imponen en una alucinante atemporalidad”.
Milmaniene consideró que el régimen nazi fue “el peor colapso ético de occidente no es un genocidio más, fue el peor colapso ético de todo occidente, fue efecto de una cultura antropológica intromisora de una filiación trasmisora racial; una cultura de la raza, de la sangre y de la tierra; fue efecto de una política racial xenófoba que discriminó y atacó a diferentes en tanto diferentes”, para sostener finalmente que “Debemos afirmar las políticas de la memoria. Las políticas de la memoria le dan dimensión ética al testimonio para construir una filiación que despliegue hilos que puedan anudar a los hijos y dar un sentido a la historia que nos ha conformado, porque no hay posibilidades de construir un futuro sin la conciencia del pasado”.
Más de una decena de diplomáticos acreditados en el país se hicieron presentes, entre ellos los embajadores de Alemania, de Belarus, Rumania, Polonia.