Itongadol/AJN.- La audiencia de ayer, jueves, del juicio oral y público por encubrimiento de autores o cómplices del atentado a la AMIA fue tan accidentada como rica en novedades.
Con cierto atraso comenzó la declaración -por videoconferencia desde Córdoba- del represor y capitán del Ejército retirado Héctor Vergez, condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención La Perla, emplazado en esa provincia durante la última dictadura militar.
Previamente, una secretaria de un tribunal local leyó un acta que había redactado en base a otra recibida desde Buenos Aires, en la cual se consignaba que el testigo había sido asesor del ex secretario de Inteligencia Hugo Anzorreguy y que también conocía al destituido juez Juan José Galeano y a los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia.
“En 1994 tenía panaderías en Chivilcoy y meses después del atentado fui a visitar al capitán [retirado y represor] Jorge Acosta, un amigo mío del Destacamento de Inteligencia 141, quien me presentó a [Daniel] Romero, que era un agente inorgánico de la SIDE”, por la desaparecida Secretaría de Inteligencia del Estado, relató el testigo.
Éste “me preguntó si conocía a [el último poseedor conocido de la camioneta usada como coche-bomba, Carlos] Telleldín y le dije que sí, de muy chiquito, porque su padre había sido mi contacto extraoficial con el D2 [Departamento de Informaciones de la Policía] de Córdoba en 1975”, tras lo cual “trabajé unos meses con él para la SIDE y me pagaron poco: 12.000 pesos”, agregó.
Pero luego, cuando el fiscal Roberto Salum le preguntó cuándo había sido asesor de Anzorreguy, Vergez lo negó: “no lo conozco, nunca en mi vida lo vi”.
Tras algunos minutos de desconcierto, finalmente el secretario del Tribunal Oral Federal [TOF] Nº 2 informó que, por error, habían enviado a Córdoba un acta con información incorporada que no había sido aportada por el testigo.
Aun así, a Galeano “lo vi dos veces en su despacho, una en el edificio viejo de Tribunales y otra acá”, en Comodoro Py 2002; “un fiscal, hijo de un capitán de navío, me dijo que podía hablar con confianza con él”, contó Vergez, quien supuso que también conoce a Mullen y Barbaccia por su actuación en la “causa AMIA”, e incluso a este último lo recuerda del juicio oral anterior, en el cual declaró dos veces.
Ante las dificultades de comunicación y habida cuenta que el testigo será trasladado mañana al penal de Ezeiza, Salum mocionó interrumpir su declaración y que la complete otro día en el estrado, a lo cual nadie se opuso y el tribunal decidió reprogramarla para el lunes, pese a que había otras personas citadas.
Pero las sorpresas no terminaron ahí, ya que mientras se debatía esa cuestión y como no lo dejaban hablar, Vergez gritó: “¡Esto es importante: Anzorreguy me mandó a matar; estoy vivo de casualidad y lo voy a denunciar!”, pero el presidente del TOF por esta quincena, Néstor Costabel, le informó que su testimonio había sido suspendido y le impidió explayarse.
No obstante lo cual, José Ubeira, de la querella de los ex policías bonaerenses, pidió “que se extremen las medidas de seguridad porque es un testigo importante”, lo cual el juez concedió.
Tras un cuarto intermedio hasta el mediodía, declaró -sin público ni prensa- el ex agente de inteligencia Luis Ruiz Díaz, quien participó en el operativo del primer pago a Telleldín de 200.000 dólares para que acusara -se presume que falsamente- a ex policías bonaerenses.
Hacia el final de la audiencia, Costabel anunció que el jueves próximo se llevará a cabo el careo que el ex presidente de la DAIA Rubén Beraja pidió con el periodista Raúl Kollmann.
Asimismo, Mullen pidió ampliar su indagatoria y Galeano, declarar por primera vez.