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Fred Pressner por Dina Siegel Vann

Por MD
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Itongadol.- Conocimos a Freddy Pressner en uno de nuestros tantos viajes a Caracas, en la primera década de este siglo, cuando descubrimos la majestuosidad de los Andes y nos convertimos en colegas, amigos, aliados, familia.

Coincidió con la consolidación de las relaciones institucionales entre AJC y CAIV así como la implementación de la relación estratégica entre la Venezuela de Hugo Chávez y el Irán de Mahmoud Ahmanidejad. El antisemitismo de estado del régimen persa empezaba a figurar en las políticas, discursos y medios chavistas como instrumento de distracción y movilización. La comunidad judía venezolana sufrió desde 2004 de instancias de intimidación y de vandalismo así como de una permanente retórica virulentamente antisemita disfrazada de antisionismo. Todo ello llevo a la dolorosa ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, un aliado histórico de la nación venezolana. Como un sionista comprometido, Freddy se sintió siempre desolado ante este desgarrador suceso.

Freddy ya era actor de primera linea en este drama que se desenvolvía día a día cuando fue electo Presidente de CAIV. Y AJC y nuestro Instituto Latino y Latinoamericano (BILLA) cerró filas con él y con su ejemplar comunidad. Desde un primer momento fue convocado a enfrentar retos monumentales que estaban poniendo en jaque la mismísima sobrevivencia del judaísmo venezolano.

Cómo olvidar aquel acontecimiento culminante en su trayectoria comunitaria, la celebración del 40 aniversario de CAIV? Freddy logro convocar a decenas de representantes de las comunidades judías de Iberoamérica, de Estados Unidos y de otras latitudes quienes se dieron cita en Caracas para expresar su solidaridad y enviar un claro mensaje al gobierno chavista, en boca de la senadora Cristina Fernández de Kirchner, invitada de honor en dicha ocasión. El antisemitismo no puede, no debe tener cabida en Venezuela dijo la Senadora con toda contundencia.

En momentos en los que se necesitaba mas que nunca de un protagonista que levantara la voz para denunciar los excesos antidemocráticos en suelo venezolano y cuando aun países del mundo continuaban con una visión romantizada de Hugo Chávez y sus secuaces, Freddy con valentía y claridad moral los desenmascaraba y los llamaba por su nombre. Cuando Ahmanidejad era recibido como héroe en muchas capitales latinoamericanas, Freddy se sumaba a AJC en denunciar sus periplos y las consecuencias para la región con el incremento de la amenaza terrorista. En efecto, en Caracas, Washington, Nueva York Buenos Aires, Brasilia o Madrid, Freddy fue parte de los esfuerzos diplomáticos de AJC para llamar la atención sobre el antisemitismo de estado en Venezuela y su patrocinio de Hezbollah y otros grupos radicales.

De hecho, la ultima vez que estuvimos juntos en Caracas fue en 2009 cuando una delegación de 15 líderes de AJC viajara al país para expresar su apoyo y denunciar los ataques que sufriera la sinagoga Tiferet Israel a manos de huestes chavistas.

Freddy también fue instrumental en el establecimiento de la red iberoamericana de AJC. Los principales líderes de todas las comunidades judías de dicha región se reúnen desde 2005 dos veces al año convocados por mi Instituto para analizar tendencias actuales confrontar retos comunes y establecer pautas de acción regionales y globales.

Cuando concluyó su puesto como presidente de CAIV lo invitamos a formar parte de la directiva de AJC y de BILLA. Nos beneficiamos enormemente de su extensa experiencia comunitaria y de sus amplias capacidades analíticas y estratégicas. Y de su agudo sentido de humor y su generosidad de espíritu.

Le dolió dejar a Venezuela y a su comunidad pero con enorme pragmatismo sabia que el auto exilio era ineludible. Y con lagrimas arranco raíces profundas que había plantado cuándo llego al país como niño desde Rumania después de la Segunda Guerra Mundial.

Con su esposa Irene y sus tres hijas y sus respectivas familias había encontrado en Estados Unidos, en Nueva York, una nueva y estimulante vida personal y profesional. Se había reinventado y estaba vertido, con la vitalidad y el sentido empresarial que lo caracterizaba, en la nueva aventura.

El Coronavirus truncó su vida y sus sueños. A nosotros que lo acompañamos en su gesta nos toca continuarlos…

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