ItonGadol lanzó hoy lunes su ciclo de entrevistas en vivo, a través de Facebook Live, y la primera edición tuvo como invitado al jefe de Relaciones Internacionales de la Agencia Judía para Israel, Yigal Palmor, que habló sobre todos los temas: las consecuencias de la pandemia, el antisemitismo en Latinoamérica y en el mundo, el futuro de la educación judía y la situación de la aliá. (Ver video en la nota)
“La pandemia, la cuarentena y la crisis económica, las comunidades las viven igual que el resto de la población. Ahora bien, como instituciones, hay muchas que no tienen reservas financieras para permitirse cerrar durante tanto tiempo y no van a poder prestar servicios a la comunidad. Desde los colegios, hasta los centros culturales y las sinagogas. Muchas instituciones no van a poder enfrentar la crisis y mantener la estructura necesaria para continuar el día después. Eso es lo que más nos preocupa. La crisis es difícil, la sufrimos todos, pero el problema es si el día después nos vamos a encontrar con menos comunidades, menos instituciones, menos servicios para ancianos, para niños, para necesitados, menos sinagogas y servicios religiosos”, destacó Palmor.
En un mano a mano con el director de ItonGadol, Daniel Berliner, en esta primera entrega de entrevistas en vivo, Palmor abordó las problemáticas que atraviesan las comunidades judías del mundo: “La primera comunidad que corría el riesgo de destrucción y derrumbe total, sin exageración en mis palabras, era la comunidad de Italia, en Roma, en Milán o en otras ciudades donde viven pequeñísimas comunidades. En aquel momento, desde la Agencia Judía y el Keren Hayesod hemos podido recaudar dinero para permitirles sobrevivir y esperar a que pase la crisis. Pero luego descubrimos que muchas comunidades en el mundo se encuentran en una situación muy parecida a la de Italia, y en aquel momento decidimos asociarnos con el Keren Hayesod al gobierno israelí. Así, hemos creado un fondo de préstamos sin interés para comunidades en situación de precariedad financiera. Este fondo ya ha podido salvar a muchas comunidades. Ayer el gobierno israelí anunció otros presupuestos para este fondo de la Agencia Judía y esperamos que estos préstamos de urgencia permitan a todas las instituciones judías sobrevivir y esperar el día después, en el que podrán retomar sus actividades”.
Además, Palmor explicó que existe “una mesa redonda donde coordinamos esfuerzos con el Ministerio de la Diáspora del gobierno y con otras entidades, como el Keren Hayesod y algunos más. Pero fue la Agencia Judía la que tomó la iniciativa para establecer este fondo de préstamos y el gobierno israelí, que se asoció inmediatamente poniendo a disposición presupuestos generosos. Nosotros pensamos que hay que hacer un gran esfuerzo educativo, social y político desde lo comunitario para mejorar la cohesión entre todas las corrientes del judaísmo en cada país”.
Consultado por Berliner sobre qué función cumplirían los shlijim en el mundo, Palmor resaltó que “los shlijim son los emisarios de la Agencia Judía en el mundo y son los responsables de las actividades de la Agencia en cada lugar donde haya comunidades. En estos tiempos, con los shlijim hemos tenido que enfrentar unos retos sin precedentes, es decir, se encuentran en situaciones peligrosas desde el punto de vista sanitario. Se encuentran en situaciones en las que están muy lejos de la familia en el extranjero. Sin embargo, a pesar de que sea a distancia, las actividades hay que mantenerlas todo el tiempo. Los shlijim se encargan también de mantener viva la Aliá, hay quienes quieren hacer su alia en tiempos de pandemia también, y hay quienes prefieren esperar. Con los shlijim estamos presentes en todas las comunidades”.
La situación de la aliá
“Hay que decir la verdad, objetivamente todos conocen la situación internacional. Olim hay muy pocos hoy. Es difícil viajar, es difícil organizarse y en lo que va del año hemos tenido 50% menos de olim comparados con el año anterior. Por el momento, la situación queda bastante difícil para la aliá. Pero los pedidos suben de forma dramática, por ejemplo en Francia tenemos 400% más de pedidos. En Estados Unidos, un 100% más de pedidos y aperturas de carpetas, pero el ingreso físico es muy difícil realizarlo porque no hay vuelos, hay fronteras cerradas, muchos requisitos sanitarios, cuarentena al llegar… todo tipo de impedimentos que hacen muy difícil físicamente trasladarse. Hay mucha gente que quiere trasladarse pero no puede porque no están dadas las condiciones y hay gente que prefiere esperar a que se clarifique la situación por el virus. Por eso la baja en el número de olim. Pero tenemos entendido que cuando se acabe la pandemia, vamos a tener una ola de aliá. Está claro que el interés para hacer aliá está más vivo que nunca. Hay que entender que en tiempos de restricciones también están cerradas algunas oficinas y ministerios en Israel, y el proceso está un poco paralizado”, subrayó Palmor.
Además, aclaró que “las oficinas de la Agencia Judía en Buenos Aires siguen funcionando, aunque estén cerradas las puertas. Cualquier persona que desea interesarse en la aliá, puede llamar a nuestro global center ubicada en Jerusalem y puede enterarse de todo el proceso. Se puede llamar desde cualquier lado: 6662093 y ahí les responden casi 24 horas por día en español. Así que el proceso sigue adelante, el ingreso físico veremos cómo se ajusta a las circunstancias”.
Asimismo, aseguró que si bien Israel está atravesando una crisis económica importante, como todos los países afectados por el coronavirus, “el gobierno tiene previsto ayudar a los inmigrantes con formación profesional, con alquileres o con algún presupuesto para comprar viviendas si hace falta. La ayuda al ole en sus primeros pasos a integrarse va a estar”.
En cuanto a los olim que viajaron a Israel recientemente, afirmó que
“llegaron a un país en plena crisis y a pesar de ello, los periódicos han dado el espacio para la llegada de los olim y es un acto interesante para el público, conmovedor y emocionante, se los acoge con gran calor humano y esperamos que se integren bien en estos tiempos tan difíciles”.
La educación judía
“La educación siempre es importante, porque significa preservar y mantener la identidad judía. Cuando hablamos de cohesión comunitaria y de identidad judía, próspera y desarrollada, estamos hablando de educación, de instituciones que funcionan y pueden ofrecer áreas de una gran diversidad de temas educativos para cada corriente, cada familia, cada país y cada ciudad. Eso es esencial preservarlo. Hoy por ejemplo, una diputada en la Knesset (parlamento israelí) propuso al gobierno israelí reservar presupuestos para ayudar a las instituciones educativas de las comunidades judías en la diáspora. Esto no tiene precedentes. No voy a decir que va a suceder ya, pero el tema está en el debate dentro del parlamento. Que los diputados israelíes manifiesten su preocupación por el mantenimiento de las escuelas judías en el extranjero en tiempos de crisis económica y donde se necesitan todos los recursos posibles del gobierno, no tiene precedentes, y manifiesta que la necesidad de mantener la educación y la identidad judía en la diáspora es un tema de consenso nacional”, aseguró el jefe de Relaciones Internacionales de la Agencia Judía para Israel.
El trabajo de la Agencia Judía con otras instituciones
Respecto a la relación de la Agencia Judía con otras instituciones de la comunidad, Palmor expresó: “El trabajo conjunto es más importante que cualquier cantidad de dinero que se pueda donar. Lo importante es trabajar juntos para un objetivo común, que debe ser la cohesión de la comunidad y la continuidad de las actividades comunitarias. También ayudar a Israel, pero en estos tiempos que vivimos, se habla no solo de la ayuda de la diáspora, sino también de cómo Israel puede ayudar a la diáspora. Hemos avanzado en esta relación que se ha vuelto más recíproca”.
Antisemitismo
Sobre el antisemitismo que ha resurgido a raíz de la pandemia del coronavirus, Palmor analizó: “Estamos viendo el mismo antisemitismo de siempre, pero que va tomando nuevas formas y se manifiesta de forma más adaptada a los acontecimientos políticos y sociales, y también se aprovecha de las plataformas nuevas que lo difunden hoy como no podía ser difundido antes. Se trata del antisemitismo clásico, desde círculos ultraconservadores y ultrareligiosos, tanto islámicos como cristianos. Desde ahí llega la teoría conspiracionista sobre los judíos que difunden la enfermedad, el virus, lo que hemos conocido en la Edad Media. Eso todavía existe”.
Respecto al antisemitismo que llega desde los sectores de izquierda, reflexionó que se trata de “un antisemitismo que se disfraza de antisionismo. Se reemplaza el concepto del judío con el de sionista. Israel como judío de las naciones. Cada uno puede criticar como quiera la política de cualquier gobierno, y cualquier crítica a cualquier gobierno es legítima aunque no nos guste, eso no es antisemitismo. Antisemitismo es justamente cuando se apoya la crítica en temas esencialistas que acusan al judío sionista y al israelí de difundir enfermedad, injusticia social, explotación de los más débiles de la sociedad, etcétera. Esto lo vemos en muchas manifestaciones y se manifiesta también con violencia contra instituciones e individuos judíos”.
Chile y la población palestina
El jefe de Relaciones Internacionales de la Agencia Judía para Israel sugirió que sería “muy útil que Chile adopte la definición de antisemitismo establecida la Alianza Internacional de Recordación del Holocausto (IHRA), porque es una herramienta para diferenciar lo que es legítimo de lo que es inaceptable por ser racismo”.
Palmor expresó: “Sin entrar en la política interna de Chile, lo que me preocupa es que haya confusión entre la crítica legítima y el antisemitismo. Una crítica con discurso de odio contra todo lo que sea judío, aunque cambie la palabra judío por sionista, es antisemitismo. Nosotros sabemos cómo identificar el tema antisemita, aunque intente pasar por otra cosa”.
Las declaraciones de Palmor, ex vocero de la Cancillería israelí, llegan luego de diversos conflictos generados por la comunidad palestina chilena, la más grande del mundo fuera de Medio Oriente. Según palabras de la embajadora de Israel en Chile, Marina Rosenberg, en diálogo con la Agencia AJN: “Lamentablemente, en los últimos años, por culpa de una minoría de dirigentes de la comunidad palestina, se fueron extremando y fueron adoptando un tono bastante violento, no sólo contra Israel, sino también contra la comunidad judía. Eso crea un ambiente bastante tóxico de incitación al odio, y más de una vez cruzan la línea hasta publicaciones y dichos antisemitas”. Las controversias en este sentido fueron aumentando cuando recientemente se difundió un video protagonizado por personalidades públicas chilenas que acusa al gobierno israelí de realizar un “Apartheid” contra los palestinos. También se realizó un pedido en el Congreso chileno para revisar todos los tratados firmados entre Chile e Israel y, uno de los últimos escándalos fueron las declaraciones antisemitas del alcalde de Recoleta, Daniel Jadue.
Al respecto, Palmor destacó: “Hay que diferenciar de forma clarísima entre antisemitismo y crítica legítima, trazar una línea y mostrar tolerancia cero ante el racismo. Para eso existe una herramienta aceptada internacionalmente: la definición de antisemitismo establecida por un Foro Internacional no judío, creado por el gobierno sueco, la Alianza Internacional de Recordación del Holocausto (IHRA), que redactó un texto importantísimo que nos permite definir lo que es antisemitismo. Muchos países lo han adoptado no como Ley, pero sí como herramienta de trabajo a la hora de determinar qué tipo de discurso es aceptable y cuál inaceptable desde el punto de vista del racismo”.
“Creo que sería muy útil que Chile adopte esta herramienta para determinar lo que es legítimo, aunque no guste, y lo que es inaceptable e intolerable porque es racismo. La confusión no puede continuar. Es un tema de preocupación mayor para mí”, reiteró Palmor.
El atentado a la AMIA y Hezbollah
Respecto a los ataques terroristas de 1992 y 1994, el ex vocero de la cancillería israelí afirmó: “Los dos atentados están ligados al mismo origen: Irán y Hezbollah, y en Israel no los olvidamos. Cada año recordamos a los atentados, a las víctimas, es recordado por la prensa, por las personalidades públicas y por la opinión en general. No olvidamos y nunca vamos a olvidar hasta que se obtenga justicia. La justicia entre otras cosas significa una actitud más firme de la comunidad internacional hacia la agrupación terrorista Hezbollah y hacia el régimen iraní. El régimen iraní está metido en actividades ofensivas, agresivas, violentas y terroristas en todo Medio Oriente, y de vez en cuando fuera de la región, asesinando a miembros de la oposición política en Alemania, por ejemplo, o con atentados en India contra objetivos israelíes. Es un régimen que fomenta terrorismo. Muchos países lo entienden, pero la situación internacional es tan delicada que es difícil y complejo hacer avanzar las medidas concretas que impidan el ampliamiento de la influencia nociva de este régimen”.
“Un país antiguamente próspero como el Líbano ha sido gangrenado desde adentro por Hezbollah y ahora su situación política y social se parece a la de Venezuela, lo cual no es positivo”, agregó. “Eso es un resultado directo de la cooptación de la vida política y económica de ese país por esta agrupación terrorista que no ofrece otra cosa que violencia como única solución. No es un movimiento político. La comunidad internacional está atravesando un momento de debilidad histórica a la hora de aplicar medidas concretas contra regímenes u organizaciones violentas que no respetan el derecho internacional. Es una realidad.”
El viaje de Alberto Fernández a Israel
Sobre la participación del jefe de Estado argentino en el Foro Mundial del Holocausto en Jerusalem, Palmor resaltó: “El presidente argentino fue acogido con prudencia, porque en Israel nadie lo conocía y no sabíamos qué esperar, pero su visita se desarrolló de forma óptima. No puedo dar los datos, pero la relación con el primer ministro israelí fue muy calurosa, muy útil. Hubo un diálogo muy útil y muy práctico. Todos los contactos del presidente y de su entorno con la sociedad israelí fueron muy exitosos, porque fue acogido de forma muy amistosa y diría que manifestó una amistad que fue percibida como muy sincera. Fue una visita muy positiva, aunque hay que admitir que dentro del gran acto internacional, con docenas de personalidades, no obtuvo la atención pública que merecía”.