Itongadol/AJN.- El 24 de febrero de 1147, plena época medieval, la inquisición estaba al acecho y la pequeña comuna alemana de Wurzburg no tardó en sufrirla. Los «soldados de Cristo» se encargaron de ajusticiar por mano propia a 22 hombres, mujeres y niños, entre ellos el rabino, Isaac ben Elyakim, luego de que se esparciera el rumor de que habían sido los autores del asesinato de una mujer cristiana que podía hacer milagros. Su cuerpo había sido encontrado en el río.
A diferencia de otras comunidades que huyeron a los castillos de protección de la zona, la comunidad judía decidió quedarse y pagaron las consecuencias con su vida. Después de los disturbios, los sobrevivientes no tuvieron más remedio que huir al castillo local.