Itongadol.- Por primera vez, las IDF han enviado el dron suicida de última generación SPIKE FireFly con capacidad operativa durante la ofensiva antiterrorista a gran escala llevada a cabo esta semana en la ciudad y el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania.
Las unidades de élite Duvdevan y Maglan desplegaron seis de estas municiones merodeadoras, fabricadas por el gigante de la defensa Rafael Advanced Defense Systems Ltd., que transportan una pequeña cantidad de explosivos para atacar objetivos terroristas en los alrededores del campo de refugiados de Yenín, incluidos centros de mando que albergaban docenas de cargas explosivas.
Los minidrones kamikaze consiguieron destruir los objetivos desde lejos, minimizando así el riesgo para las tropas. Las IDF consideran que el primer bautismo de fuego del sistema de armas fue un éxito notable y estudian su uso futuro para asesinatos selectivos de terroristas.
Según el fabricante de armas, el arma, que en las IDF se conoce como MAOZ, «fue diseñada para el soldado desmontado que lucha en el ámbito urbano, donde el conocimiento de la situación es limitado, el enemigo está a cubierto y la precisión es fundamental».
Los drones FireFly planean silenciosamente por callejones o en el interior de edificios. Pueden manejarse de forma autónoma y estallar de forma precisa y letal sobre el objetivo sin poner en peligro a los soldados.
Aunque el Ministerio de Defensa hizo un pedido del sistema SPIKE FireFly en 2020, se han producido retrasos en su entrega, y las unidades de comandos de las IDF solo han sido abastecidas con él en el último año.
Las IDF calificaron de éxito la operación en el campo de refugiados de Yenín. Las tropas consiguieron alcanzar sus objetivos sin que muriera ningún palestino no implicado, lo que constituyó un factor crucial que contribuyó a la legitimidad de la operación en su totalidad.
Desde principios de año, 11 palestinos no implicados murieron por disparos de las IDF en Cisjordania, frente a los 160 terroristas muertos. Los oficiales militares consideran que esta estadística indica un éxito teniendo en cuenta las complejas operaciones llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad en toda Cisjordania y a pesar de los numerosos disturbios violentos, concentrados principalmente en el norte del territorio.
Aunque no hubo casos en los que los civiles entraran en la línea de fuego y muchos buscaran refugio en sus casas o huyeran, el objetivo de la operación no era lograr un elevado número de bajas terroristas. «No buscábamos 200 terroristas muertos porque la operación tenía como objetivo importantes infraestructuras terroristas que identificamos y destruimos», declaró un alto oficial en una conversación con Ynet y su publicación hermana Yedioth Ahronoth.
Mientras tanto, junto a los esfuerzos sobre el terreno, se llevó a cabo una campaña separada en el ámbito internacional para permitir la libertad de acción y ganar legitimidad internacional. Las IDF trabajaron constantemente para proporcionar a los medios de comunicación internacionales una información equilibrada, colaborando con periodistas de todo el mundo, aportando precisión y desmintiendo las noticias falsas.