Itongadol/AJN.– El Gran rabino ashkenazí de Israel, David Lau, instó el martes al primer ministro Benjamin Netanyahu a ordenar la reapertura inmediata de las sinagogas, denunciando la injusticia del cierre debido a que otras áreas de la vida pública vuelven gradualmente a la normalidad.
Las sinagogas y las “yeshivas” (instituciones de estudio religioso) sirvieron como vectores principales para la transmisión del coronavirus durante los primeros días de la pandemia COVID-19. Las sinagogas se cerraron a finales de marzo.
Pero como el número de nuevos casos diarios ha bajado a menos de 30 en todo el país, las playas, restaurantes y pubs van a reabrir la semana que viene, e incluso los salones de eventos tiene una fecha de apertura programada para mediados de junio. Sin embargo, no ha habido ninguna palabra del gobierno sobre la reanudación de los servicios religiosos.
“La vuelta a la normalidad de los centros comerciales, restaurantes y demás, y la falta de respuestas sobre las sinagogas, resulta desconcertante para muchos”, dijo Lau en una carta enviada a Netanyahu.
“Rezar con la comunidad es una parte importante de la vida judía”, escribió. “Durante la clausura di instrucciones halájicas indulgentes sobre las formas de realizar oraciones públicas en estas circunstancias. El público actuó responsablemente y actuó de acuerdo con las directrices”.
“Estoy recibiendo reacciones a esto, que también las siento, y comprendo lo doloroso que es para ellos”, continuó, añadiendo que los adoradores no son escuchados porque no tienen un sindicato que represente sus intereses.
Lau pidió al primer ministro que emitiera “directrices claras” y que reabriera las sinagogas “lo antes posible”.
Bajo la presión de los grupos ortodoxos y del Jefe del Rabinato, el Ministerio del Interior ha preparado en los últimos días un plan para reabrir las sinagogas con ciertas restricciones, que, según se informa, se someterá pronto a la votación del gabinete.
De acuerdo con el plan, las sinagogas sólo se abrirán a los feligreses habituales, con un asiento vacío cada dos personas. Se exigiría a todos los fieles que lleven máscaras durante todo el servicio, todas las prendas y objetos religiosos se traerían de casa y no se compartirían, y cada sinagoga nombraría a una persona encargada de hacer cumplir las normas.
En las últimas semanas, Israel ha hecho grandes progresos en la contención del virus y el gobierno ha comenzado el proceso gradual de reiniciar la economía y permitir que los centros comerciales, restaurantes y escuelas vuelvan a funcionar.
Actualmente, la oración pública sólo se permite en el exterior en grupos de hasta 50 personas, todos los cuales deben llevar máscaras y mantener una distancia de dos metros entre sí.
Algunos en la comunidad ortodoxa han expresado su enojo por tener que continuar rezando afuera, especialmente durante la ola de calor de esta semana, argumentando que las regulaciones están siendo aplicadas selectivamente.