AJN/Itongadol.- Miles de personas de todo el mundo cumplieron ayer con la «Operación Dugo», que se llevó a cabo por séptimo año.
El operativo consiste en comer falafel para honrar la victoria de «Dugo» y los demás sobrevivientes de la Shoá.
El operativo único de comer falafel es realizado en conjunto por “Dugo” y el Museo de la Shoá «Casa del Testimonio». Este año hubo participantes de Francia, Sudáfrica, Egipto, Australia, Dinamarca, Suiza y Dubái, entre otros.
La iniciativa surgió a raíz de la historia de David “Dugo” Leitner, quien el 18 de enero de 1945 realizó una «Marcha de la Muerte» desde el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Mientras caminaba al borde de perder las fuerzas, “Dugo” recordaba el cuento de su difunta madre sobre los «bílkalaj» (especie de panecillos) que crecían en los árboles de la Tierra de Israel.
Después de sobrevivir a la marcha y emigrar a Israel, «Dugo» decidió que cada 18 de enero comería los bílkalaj israelíes, que son bolas de falafel, como señal y símbolo de su victoria personal y la de todos los sobrevivientes.
Como parte de la operación, miles de personas en Israel y todo el mundo se fotografían con una porción de falafel para conmemorar la victoria de Dugo» y los sobrevivientes de la Shoá sobre los nazis.
“Este es un día especial, en el que recordamos a todos aquellos que fueron a las Marchas de la Muerte y no lograron sobrevivir y llegar a la Tierra de Israel junto con la victoria de los cientos de miles que sobrevivieron a los viajes y los campos”, señaló Leitner.
La directora de la Casa del Testimonio, Rajel Rozenman Ofer, dijo: «La Operación Dugo simboliza la gran victoria de cientos de miles de judíos que sobrevivieron a la Shoá, emigraron a la Tierra de Israel y establecieron su hogar y su familia en el Estado de Israel».
En 2019, Leitner compartió su almuerzo con el entonces presidente de Israel, Reuven Rivlin. «Su costumbre de comer falafel cada año nos conmovió. Desde que escuché su historia he estado esperando sentarme y comer falafel con usted», había expresado Rivlin en su encuentro.
Al año siguiente, el invitado de honor para compartir su falafel con Leitner fue Aviv Kochavi, el comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), quien le aseguró que el ejército israelí jamás permitirá que algo como la Shoá vuelva a ocurrir.
Leitner vive en el poblado religioso de Nir Galim, en el centro del país. Su historia y su tradición se hizo popular entre los israelíes, muchos de los cuales han adquirido la costumbre de comer un falafel cada 18 de enero en celebración. Según él mismo asegura, las pequeñas bolas de garbanzo salvaron su vida.
«Durante la Marcha de la Muerte, después de tres días y noches de invierno de marcha a través de bosques helados, con los más pequeños trozos de pan como alimento y nieve como agua, los judíos que se derrumbaban fueron dejados para que murieran. Débil y tembloroso, me obligué a seguir caminando, pero el agotamiento me venció y también me desplomé», relata Leitner en una entrevista realizada por The Jewish Press en 2020. «Podía oír pasos y gritos de soldados alemanes, pero luego no oí nada hasta que la voz de mi madre me llamó en un sueño y me devolvió a la vida. ‘David, no te rindas ahora. ¿No querés comer los panecillos redondos de Sión? La Tierra de Israel te está esperando. Levántate, hijo mío, y vive’. Desperté de mi agotamiento y me obligué a ponerme de pie».
«Cuando finalmente llegué a Israel, en mi primera visita a Jerusalem, paseando, me encontré en el mercado de Majane Iehuda al lado de un puesto de falafel, mirando una pila de panes de pita. Instantáneamente recordé mi sueño de la Marcha de la Muerte y la voz de mi madre. Por eso es que como falafel el día de mi liberación», explica Leitner.