Odaya Eisenberg, una enfermera en la sala de aislamiento del Centro Médico Shaare Zedek, se ofreció como voluntaria para trabajar en la sala de «coronavirus» del hospital y en las últimas horas publicó una carta en las redes sociales que se volvió viral al describir los momentos vividos en medio de la trágica pandemia.
En el mensaje que Odaya publicó en Facebook ruega a los israelíes que cumplan con las pautas del Ministerio de Salud y recen «hasta romper el cielo» para que la pandemia termine.
«Por favor, no leas esta publicación. Tienes suficientes preocupaciones sin que yo te ponga más triste. Pero tengo que sacar esto, y no es justo volver a las habitaciones y llorar una y otra vez a los mismos amigos», arranca el mensaje
Luego agrega: «Hola, mi nombre es Odaya, soy enfermera de la UCI. O al menos lo era. Ahora ya no logro ser enfermera, apenas soy una cuarta parte de esa persona. Me ofrecí para trabajar en la unidad de coronavirus, con un fuego en mis ojos y un fuego en mi corazón. Pero el fuego estaba allí hace dos semanas. Hoy, esta fotografía fue tomada. La fotografía fue tomada en medio de un turno de 15 horas, sin tiempo para comer, sin mencionar sentarse».
«En la foto, no ves las marcas que el traje de protección dejó en mi piel. En la foto, no ves al paciente que nos rogó que lo pusiéramos inconsciente y con un respirador, porque ya no tenía la fuerza para respirar. Le mentí y le dije que sería un poco más. No ves al paciente que apenas susurró, pidiéndome que me sentara a su lado y no lo dejara. Le mentí y le dije: ‘Estoy aquí», y le dije que él podía descansar. Cerró los ojos y me fui. No ves a la paciente a quien le dije que veníamos a sacarla y ponerla en un respirador, y cuando le pregunté si tenía cualquier pregunta después de que el médico se fue, y ella entendió lo que dijo. Dijo: ‘Seguro que lo entendí, me voy de este mundo’. Lloré y le mentí. Y le preparé el té.
Después cuenta que atendió a la hija de esa mujer fallecida. «A ella no le mentí. No pude pronunciar palabras. Solo lágrimas. No ves en la foto que me sentencié a la soledad, lo cual es peor que la cuarentena. Porque elegí la cuarentena. Cualquier cosa para no poner en peligro a mi familia y no tener la oportunidad de tener que aislarme y dejar de trabajar. Y no ves las siete horas después de esto foto.
«No compartas. No me gusta esto. Ni siquiera te ruego que te quedes en tus casas, porque estoy seguro de que ya no estás caminando. ¿Sabes lo que puedes hacer? Rompe los cielos con oraciones . Rómpelos. Ruega por nosotros, que tendremos la fuerza para cuidar a tus seres queridos. No tenemos tiempo para rezar. Y no tenemos fuerzas. Y solo estamos al principio», concluye el mensaje.