Itongadol.- Es el acuerdo del que nadie está dispuesto a alejarse porque mantener vivo el fantasma de su supervivencia sirve a los intereses de todos los implicados. Desde que el entonces presidente Donald Trump se retiró del acuerdo nuclear con Irán de 2015, el mismo se encuentra con respiración asistida. Y nadie parece dispuesto a desenchufarlo definitivamente.
La Unión Europea y Estados Unidos expresaron el martes que estaban estudiando la respuesta de Irán a lo que la UE llamó su propuesta «final» para salvar el acuerdo, después de que Teherán pidiera a Washington que mostrara flexibilidad.
Ned Price, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., explicó que estaba compartiendo sus puntos de vista sobre la respuesta de Irán con la UE tras recibir los comentarios de Teherán.
«Estamos realizando consultas con la UE y con nuestros aliados europeos sobre el camino a seguir. En última instancia, estamos de acuerdo con la propuesta de fondo del Alto Representante Borrell. La razón por la que presentó esta propuesta en primer lugar fue el reconocimiento de que lo que se podía negociar se negoció. El Alto Representante, y la forma en que manejó este proceso, ciertamente redujo el alcance de esa conversación. Cristalizó la decisión de Irán», agregó Price en una conferencia de prensa el miércoles.
Además, Price continuó diciendo que EE.UU. confía en que el retorno mutuo al cumplimiento del JCPOA «sigue siendo el mejor y realmente el medio más eficaz para volver a restringir de forma verificable y permanente el programa nuclear de Irán».
Después de 16 meses de conversaciones irregulares e indirectas entre Estados Unidos e Irán, en las que la UE alternó entre las partes, un alto funcionario de la UE dijo el 8 de agosto que el bloque había presentado una oferta «definitiva» y que esperaba una respuesta en un plazo de «muy, muy pocas semanas.»
Irán respondió a la propuesta a última hora del lunes, pero ninguna de las partes dio detalles. Anteriormente, el lunes, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán pidió a Estados Unidos que mostrara flexibilidad para resolver las tres cuestiones pendientes, sugiriendo que la respuesta de Teherán no sería una aceptación o un rechazo definitivo.
Irán hizo demandas que Estados Unidos y otras potencias occidentales consideran fuera del alcance de la reactivación del acuerdo, como insistir en que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) abandone sus afirmaciones de que Irán no explicó completamente los rastros de uranio en varios sitios no declarados.
Diplomáticos y funcionarios afirmaron a Reuters que tanto si Teherán como Washington aceptan la oferta «final» de la UE, es probable que ninguno de los dos declare el pacto muerto, porque mantenerlo vivo sirve a los intereses de ambas partes.
La cuestión es si los iraníes buscan realmente volver a unirse al acuerdo de 2015, o si se trata de una mera táctica para ganar más tiempo.