Itongadol.- Yom Haatzmaut, una pausa a todas nuestras luchas internas para unirnos. Esta nota se convierte en una lectura indispensable a fin de comprender la historia, el presente y el espíritu del pueblo judío que tiene su mayor latido en Israel.
Sergio Edelstein y Ariel Goldgewicht lo hacen magistralmente, conocedores del ADN del Estado de Israel con un mensaje valorativo y tremendamente significativo. Zambullirse en este texto es entender la soberanía de una nación, su autodeterminación como pueblo y el verdadero significado de la libertad y nunca mejor explicado el profundo concepto judio de «Am Israel arevim ze le ze» (el pueblo de Israel es solidario uno con el otro).
“La sociedad israelí está dividida como nunca en la historia. El famoso Kur Ituj (Crisol cultural) está enfrentando una de las épocas más complejas, de mayor división a nivel social. Pero en Yom Hazikaron y Yom Haatzmaut, ponemos pausa a todas estas luchas para unirnos, para reunificar el mosaico de la sociedad israelí, recordando que la fuente de nuestra fuerza es precisamente nuestra diversidad.”
Con la creación del moderno calendario nacional judío, desde la declaración de Independencia del Estado de Israel el 5 de Yar del 5708 (15 de mayo de 1948), se fueron fusionando días festivos y de recordación al milenario calendario judío.
El valor y el significado de cada día agregado tuvo un bagaje de contenidos, símbolos y contexto acordes a la realidad del momento y el lugar, después de casi dos mil años de exilio; tanto en las nuevas fechas, como en las ancestrales.
Yom Hazikaron le´Jalalei Tzahal (y posteriormente de todos los caídos en la lucha por la creación del Estado y también por los caídos en acciones hostiles), así como Yom Haatzmaut, fueron compuestos adyacentes, justamente para resaltar la transmisión de un mensaje valorativo y tremendamente significativo: el valor de la vida, el sacrificio solidario por lo común, del resurgimiento y el costo que conlleva; el valor de la recuperación de la soberanía como nación, la autodeterminación como pueblo y la libertad de tomar en nuestras manos, nuestro propio destino como pueblo. Destino positivo y optimista hacia el futuro, con esperanzas, sin olvidar el sacrificio que dieron miles de personas para lograrlo.
Todos estos valores esenciales en la consolidación de un Estado moderno tienen firmes raíces en el milenario proceso de gestación y desarrollo del pueblo judío. Valores que fueron tomando un prisma especial en cada época, desde los exilios, hasta los intentos de destrucción física. Todos ellos se canalizan en la reestructuración de la soberanía nacional en el Estado de Israel y se ven plasmados en la centralidad de recordar y honrar a quienes dieron sus vidas para garantizar este resurgimiento nacional; el contrato no escrito entre cada familia y el Estado, que asegura la honestidad y responsabilidad del Estado de realmente tomar las decisiones necesarias al poner en peligro las vidas de los jóvenes soldados y que ellos sea realmente en la defensa del conglomerado civil; el ser responsables todos por la defensa de la independencia y la soberanía; el sentido de igualdad al ser todos los ciudadanos parte de la defensa activa del país; todo esto, sustento del legado judío de «Am Israel arevim ze le ze» (el pueblo de Israel es solidario uno con el otro).
No hay dudas que el lugar del ejército ha sido desde sus comienzos uno de los temas centrales en la consolidación social en Israel. Desde la decisión del servicio militar obligatorio basado en el reclutamiento de todo joven y posteriormente el servicio de miluim durante años, pasando por la decisión de no reclutar cientos de judíos religiosos para que estudien Torá, o árabes israelíes por su posible falta de lealtad, siempre el tema del lugar del ejército ha sido motivo de homogeneidad, pero también de discordia.

Sergio Edelstein de origen uruguayo previamente presidente del foro de movimientos juveniles sionistas mundiales. Actualmente titular del Departamento de Noar Jalutz y Dor Hemshej de la Organización Sionista Mundial (OSM)
Y no solo el servicio como algo militar netamente; el lugar de Tzahal en la igualdad de todo ciudadano frente a la responsabilidad de servir en la defensa del país, de su hogar, de su familia, al igual que el lugar de Tzahal en la sociabilización de diferentes poblaciones y credos, de diferentes clases sociales, que no importando qué tengo o no en mi casa, frente al arma que defiende a mi hogar, vestimos todos el mismo uniforme, usamos las mismas botas y usamos todos las mismas armas… somos todos iguales. Pero sobre todo es visto como un lujo tener la posibilidad de vivir en un sitio al que estarías dispuesto a defender.
La independencia y posteriormente la libertad y seguridad del Estado de Israel no son obvios. Israel es uno de los muy pocos países que viven en un estado de amenaza continua. Hay los que dicen que cada día que vivimos en un Estado propio, con seguridad y libertad es un milagro y debe ser valorado como tal.
Dicen que entre mayor el esfuerzo invertido, mayor la satisfacción del éxito… La unión de Yom Hazikaron y Yom Haatzmaut le dan vida a esta frase. Todas las naciones del mundo celebran algún día nacional o de independencia… pero en Israel cada año que se celebra Yom Haatzmaut es un regalo, es otro año que logramos sobrepasar tanto a las amenazas externas como las internas.
En los últimos años aparte de la crisis del COVID, el Estado de Israel ha visto 4 rondas de elecciones. La sociedad israelí está dividida como nunca en la historia. El famoso Kur Ituj (Crisol cultural) está enfrentando una de las épocas más complejas, de mayor división a nivel social, los laicos vs los religiosos, los de izquierda ante los de derecha, los que buscan fortalecer las instituciones nacionales y los que buscan destruirlos… y sobre todo los que buscan unir ante aquellos que buscan dividir… Pero en Yom Hazikaron y Yom Haatzmaut, ponemos pausa a todas estas luchas para unirnos, para reunificar el mosaico de la sociedad israelí, recordando que la fuente de nuestra fuerza es precisamente nuestra diversidad.

Ariel B. Goldgewicht, origen costarricense, Director Ejecutivo del Departamento de Noar Jalutz y Dor Hemshej de la Organización Sionista Mundial
Ponemos pausa a este año de distanciamiento social, cuarentenas y aislamientos, mezclado con la tormenta sociopolítica que actualmente transitamos para unirnos, para recordar a los caídos, y honorarlos y luego para gozar del éxito que se ha logrado gracias a ellos.
Sin dudas, saldremos adelante, ¡Estamos saliendo del distanciamiento social mucho más unidos que antes!
La distancia social y la diversidad nos termina uniendo como nunca en la historia.
Jag Hatzmaut Sameaj!