Itongadol.- El director general de la Escuela Scholem Aleijem, Gustavo Weich, afirmó que “el gran desafío para todas las escuelas en este escenario de pandemia fue seguir educando en emergencia”.
“Fue un desafío gigante, donde rápidamente tuvimos que adaptar lo que era una herramienta para acompañar la enseñanza y el aprendizaje, como la tecnología, a que se convierta en la herramienta central de trabajo para todos y todas los alumnos y alumnas”, destacó Weich.
“Esto fue un trabajo muy duro, muy difícil y, de alguna manera, fue un tren de alta velocidad que vino de frente y lo peor que podíamos hacer era quedarnos quietos, paralizados y no tomar decisiones rápidas. Entre esas decisiones rápidas, obviamente fuimos teniendo aciertos y errores. Lo que hicimos fue seguir haciendo todo lo que sabíamos hacer y nos fuimos capacitando para mejorar lo que estábamos haciendo y profundizar cada actividad”, reflexionó Weich en un Zoom organizado por UNA AMIA.
“Al mismo tiempo, más allá de lo específicamente pedagógico, sin perder el foco de lo institucional, nos propusimos incluir a todos, como siempre fue característico de los 86 años de historia de nuestra Escuela, para que nadie quede afuera del sistema. Esto tiene que ver con los aspectos tecnológicos, los económicos, alimenticios y las necesidades básicas”, agregó.
Además, el director general de la Escuela Scholem Aleijem explicó: “Hubo una primera etapa, que fue al inicio de la pandemia y hasta las vacaciones de invierno, donde hubo una adaptación muy rápida y los más efectiva posible. Yo lo resumo en cinco ‘C’: una que tiene que ver con la Creatividad, donde tuvimos que poner al servicio de lo que nos estaba pasando la mayor creatividad posible para que todos los chicos tuvieran la computadora que necesitaban para aprender y todos los docentes pudieran enseñar; la segunda ‘C’ es la de Cuidar. Intentamos cuidar a todos y a todas, desde personal docente hasta el no docente, a las familias y los chicos, estando atentos a cada una de las necesidades; la tercera ‘C’ es la Comunicación, que fue fundamental para transmitir lo que estábamos haciendo y lo que queríamos hacer; la cuarta ‘C’ fue la de la Cooperación, porque en esta pandemia quedó expuesta la ventaja del trabajo en equipo; y la quinta ‘C’ es la de la Confianza, el respeto por el trabajo del otro y entre quienes formamos parte de cada una de las instituciones”.
“Una de las palabras más importantes en relación a este tiempo es la empatía y el desafío permanente fue tratar de ser empático con el otro, ya sea con las familias, pensando en las dificultades que podrían estar pasando; o con los docentes y no docentes también”, resaltó.
Finalmente, habló de una segunda etapa, comenzó después de las vacaciones de invierno y hasta una posible presencialidad en la Escuela. “Para esta segunda etapa hace dos meses que venimos teniendo encuentros con escuelas de Israel y Uruguay, para que nos cuenten cuáles fueron sus aciertos y errores en la vuelta a la escuela, para aprender de ellos y no cometer los primeros errores. Y fundamentalmente con dos objetivos centrales: que la escuela sea vivida como un lugar seguro desde el punto de vista sanitario y emocional, y al mismo tiempo que esa vuelta al edificio de la Escuela se viva con la mayor alegría posible”.