Itongadol.- Sergio Kuchevasky, “Kuche” para los amigos, inauguró en las redes sociales “EsKuche”, un espacio con entrevistas, vivencias y conocimiento sobre música clásica. La iniciativa comenzó en homenaje a su papá, David, que trabajó toda su vida en el Teatro Colón y le transmitió el amor por la ópera. En esta ocasión, Kuche entrevistó a Elías Gurevich, primer violín del Teatro Colón.
Sergio Kuche:
Quiero preguntarte un poco de todo. Sos músico, violinista, además tenés un montón de premios Konex. ¿Cómo te sentís con todo eso?
Elías Gurevich:
Todo eso forma parte de nuestra profesión, uno sigue intentando tener nuevas metas artísticas, que es un poco el sentido de nuestra carrera y a lo que nos dedicamos. Buscarle la vuelta desde lo artístico, además de que sea un trabajo, siempre uno busca nuevos horizontes artísticos y tenemos la posibilidad de trabajar con instrumentos como el violín u otros, dentro de lo que es la música clásica pero aparte se pueden hacer otro tipo de músicas. Aunque con la música clásica hay un campo muy, muy grande de posibilidades, de dúos, tríos, solos, es realmente inmenso. No tenemos tiempo en nuestra vida para ver todo lo que hay.
Sergio Kuche:
Vos sabés que te he escuchado tocar y es increíble. Tengo mucho para
preguntarte (risas) ¿Qué haríamos si no tocás el violín?
Elías Gurevich:
Eso exactamente me pasó a mí. Es muy difícil realmente pensarlo. Mi papá tenía una librería y en algún momento escuché que quería que yo siguiera con la librería y creo que fue un momento oscurísimo (risas).
Sergio Kuche:
¿Era un mandato familiar?
Elías Gurevich?
Mirá, normalmente los instrumentos clásicos o algunos otros instrumentos también se empiezan a estudiar desde muy chico. Son instrumentos lentos para aprender, mismo por la plasticidad y por la cuestión que uno tiene cuando es niño, es como mucho más fácil de incorporar. Entonces cuando empezás a los cinco o seis años, más allá de que otras culturas ahora empiezan a los cuatro meses, ahora ha cambiado, normalmente nosotros, acá en el subdesarrollo, como digo yo, cuatro o cinco años, seis años, empezás porque son instrumentos que necesitas diez años más o menos que funcionen para entenderlos. Si arrancas a los 4, 5, 6, a los 16, más o menos tocas algo; el tema es que si arrancas a los 16 no hay paciencia, ni posibilidades reales para poder estudiar. Entonces si lo hacés desde chico se va convirtiendo en tu profesión y un día te enterás que en una orquesta hay un concurso, te presentás o te llaman de algún lugar y comenzás a entrar en el círculo de la música profesional y un día estás trabajando. Si bien, nuestro techo económico es muy bajo, porque a los 18 y a los 60
ganás lo mismo, el trabajo en una orquesta es absolutamente estable, las orquestas de acá, por suerte tienen estabilidad. El Teatro Colón es municipal, la Sinfónica Nacional es del Estado, entonces ganás un concurso y tenés hasta que te jubiles para depender de esa institución. Por otra parte, esa estabilidad, que es un poco lo que comentábamos, te permite desarrollar otro tipo de actividades al margen de la orquesta. Creo que eso es una de las cosas más importantes que yo noto acá, porque en otros lados, la actividad que tienen las orquestas es mucho mayor, tocan 200 conciertos por año y no dejan mucho margen. Va más allá de que puedas o no, porque en algunas orquestas ni siquiera te dejan, no tenés tiempo; hacen dobles ensayos, porque tienen muchas funciones. Realmente es muy, muy fuerte el trabajo de las orquestas. Acá, bueno, nosotros estamos en el Teatro Colón; donde tenés ópera, ballet, conciertos… Cuando vienen instituciones como el Mozarteum que alquila el espacio también. Entonces no se toca tanto y eso es bueno porque nos da la posibilidad de tener actividades paralelas, artísticas obviamente, en otros ámbitos.
Sergio Kuche:
¿Qué te pasó con tu llegada al Teatro Colón? Te pregunto esto porque es un hecho para nosotros muy fuerte siempre, el Teatro Colón está en la cultura rioplatense.
Elías Gurevich:
Sí, claro. El Teatro Colón fue algo muy especial, primero porque mi tía es violinista, era, lamentablemente falleció y ella siempre venía, desde que yo era muy chico, al Teatro Colón, y venía a Buenos Aires, y soy uruguayo, de Montevideo, ella era bastante personaje con respecto a su profesión, tocaba en la Orquesta Sinfónica del SODRE, la orquesta más importante del Uruguay, pero siempre tenía el metejón con el Teatro Colón. Cuando yo tenía 17 años, había estado yo afuera, estudiando y me entero que después de 10 años, se habían abierto los concursos del Teatro Colón, en los años 80, al final de la dictadura, en septiembre de 1983 y que no tenían ningún tipo de problemas con respecto a si eras extranjero, si eras menor, te podías anotar de cualquier manera, cosa que no es común, porque en muchos lugares el problema de nacionalidades es una traba porque hay una cantidad de situaciones por las cuales ni siquiera te podés presentar. Fue una época muy importante que tuvo la Argentina, porque salía de la dictadura; el Teatro Colón abrió después de 10 años, de no haber concursos. Y yo un día venía para Buenos Aires, estudiaba en otro Teatro muy importante. Y un compañero me dice, “…che van a abrir los concursos en el teatro. Que sí, que no…. anotémonos…” insistió tanto que nos anotamos.
Sergio Kuche:
¿Lo tomaste como un delirio al comienzo?
Elías Gurevich:
Y hoy conociendo el folclor, para llamarlo de alguna manera, de un orquesta y cómo se manejan las internamente, sí, porque había que hacer los papeles de la escuela, del liceo, de la escuela, todos esos papeles que eran muchos pero bueno llegamos , pude anotarme, rendí para el concurso pero mi compañero, que me llenó la cabeza, nunca se presentó en ningún concurso, ni siquiera lo intentó.
Sergio Kuche:
¡Un gran motivador, un verdadero Coach!! (risas)
Elías Gurevich:
Sí, el tipo fue, se me metió en la cabeza y nunca se presentó, se quedó allá. Yo tenía 17 años, siempre con mis problemas o cuestiones de familia, porque es una edad difícil, pero bueno me anoté, había cuatro cargos para violines en la filarmónica y salí segundo. Y me vine a vivir acá. Y ya está. (risas)
Sergio Kuche:
¡Qué impresionante!!
Elias Gurevich:
Y mi primer concierto en el teatro fue cuando asumió Alfonsín, que tocó Astor Piazzolla. Hicimos la novena de Beethoven y estaban todos los presidentes. ¡Fue un acontecimiento muy especial!
Sergio Kuche
¡Sí, sí, sí, fue muy especial me imagino! Te estoy escuchando muy relajado, contando situaciones que para el resto son increíbles. Estás contando un hecho histórico, volver de la dictadura y llegar a la democracia, vos entrando, joven, habiendo concursado…
Elías Gurevich:
Sí, por suerte sí. Por eso mismo te decía, cuando conoces el folclore de las orquestas, realmente fue un milagro que me hayan dado el cargo. Esa es la verdad.
Sergio Kuche:
Pero hay méritos, no hay duda.
Elías Gurevich:
Y sí, supongo que sí, pero digamos, porque había gente contratada hace 10 años con todo el folclore que eso significa para cuando hay concursos, la estabilidad que le dan a esos muchachos. O sea que realmente yo no tengo más que, desde el primer día que llegué hasta el día de hoy, no tengo más que agradecimientos. Todos tenemos problemas, todos sabemos lo que pasa, pero realmente Buenos Aires y Argentina en general han sido increíbles, no cambiaría por nada.
También tuve la posibilidad, a los dos años, de entrar a la Caminata de Bariloche, cuando tenía 19 años, ¿cuánto hace ya? Me perdí, 30 y pico, 37 años que estoy en la Camerata. Y bueno, aunque ahora ya no tanto porque cambió un poco el mundo, pero pudimos viajar y realmente nunca me quise quedar en ningún otro lado. Creo en Argentina, su gente, sus instituciones, con todos los problemas que conocemos, pero no hay más que agradecimiento, la gente tiene un don de bondad, de buena disposición, porque cuando yo llegué acá estaba solo, y me encontré con mis compañeros de orquesta que me seguían, me llevan 20 años, y sin embargo todos mis compañeros me invitaban a jugar al póquer a la casa, cosa que no me gustaba, pero iba, y mis compañeros tenían una predisposición muy especial para que yo no me sienta solo.
Sergio Kuche:
Vos tan fácilmente nos contás una parte de tu historia, y sos violinista del Colón y tocas en la Camerata Bariloche, ¿cómo siguen los proyectos por afuera? Cuando vos decías de alguna manera nos permite hacer algunas cosas por afuera, ¿qué haces?
Elías Gurevich:
Muchas cosas, tengo un dúo con una pianista muy reconocida acá en Argentina, de música contemporánea, un trío con el cual fuimos nominados para los Grammy con un disco que sacamos, nos fuimos a Los Ángeles, no ganamos, pero estuvimos nominados. La alfombra que no era roja, era verde, era de día y no de noche, toda una frustración tras otra, los premios esos, y encima no ganamos (risas), pero bueno, por lo menos fuimos. También ganamos un Gardel, pero todo eso fue con grupos chicos, un trío o un dúo, con piano. A mí me gusta realmente mucho la música de cámara porque se da un ida y vuelta con tus compañeros que no tenés con una orquesta sinfónica. En una orquesta sinfónica hay un director y sos un instrumentista de la orquesta. Cuando vos estás en un grupo de cámara, el protagonismo musical es otro. Entonces tenés la posibilidad de intercambiar ideas, de tocar y de hacer proyectos. Y bueno, los proyectos, ya te digo, más allá de la CAMERATA, que es una orquesta de cámara, pero también es como que es una institución que va por su lado. Pero sí, ya te digo, tuve el trío y un dúo, después se han formado pequeños grupos que a veces duran más, o a veces un poco menos, pero es increíble la cantidad de repertorio que hay; es muy grande, muy muy diverso para distintas formaciones orquestales o de cámara. Y una vez más las posibilidades que cuestan y que a veces son un poco más difíciles que otras veces, pero podés hacer muchas cosas. Hay que tener ganas, voluntad y buscarle la vuelta porque la gente en general te apoya o también de repente conoces a alguien y ese conoce a alguien y de repente tenés otra oportunidad.
Yo tuve un programa de radio durante 12 años que eran conciertos en Radio Nacional, eran conciertos que nosotros comentábamos antes de tocar. Y se dio porque un día fui a Radio Nacional, golpeé la puerta, me presenté con el director con un proyecto; 12 años hicimos ese proyecto, pero eso no pasa. Por eso te digo que esa humanidad que la gente tiene acá, que a veces perdemos de vista, es muy importante cuando uno está afuera.
Sergio Kuche
Respecto al Teatro Colon te digo que es cómo sentirse en casa. El teatro también ayuda, la verdad que el Colón es una familia enorme, se terminan conociendo todos con todos.
Elías Gurevich
Sí, en el Teatro Colón, son 1500 personas. Hay diversas ramas en esta profesión que está bueno buscarlas. El año pasado toqué en un concierto de solistas con la Filarmónica, y realmente fue como un momento muy fuerte, porque normalmente los solistas son extranjeros, vienen con otra estructura, porque aparte también a la gente le gusta escuchar solistas extranjeros, y es un momento muy fuerte ese. Pero a la vez los de acá estamos en todos lados. Con la pandemia y todo eso, no se podía viajar, recién a partir
de la mitad del 2022, se empezaron a organizar conciertos con músicos de acá de solistas, y fue increíble, imponente y muy importante para nosotros.
Sergio Kuche
Contame un poco esto de ser el primer violinista de la orquesta, ¿cómo es eso? ¿cómo se elige? ¿cómo se maneja? ¿se maneja por las condiciones personales?
Elías Gurevich:
Y es un poco de todo, yo creo que, está feo, no es muy grato decirlo por mí mismo, pero digamos, esta profesión, como cualquier profesión, según la capacidad del estudio y el talento de cada uno, te va poniendo en el lugar. Si no te pones vos, te ponen los demás, como en cualquier actividad. Entonces, bueno, de a poquito uno va buscando esos lugares, a veces con grupos de cámaras que funcionan muy bien, a veces dirijo la CAMERTA, pero esas situaciones se van dando de manera muy peculiar, en la orquesta los cargos son estables, no te movés si no querés, donde vos entraste te quedaste y chau; y en la CAMERATA es lo mismo, Todo lo demás depende de uno, hay que ir buscando el camino, y después la realidad, tus colegas o tus críticos te posicionan.
Sergio Kuche:
Bueno Elías vos tenés una voluntad y unas ganas, lo contás con tanta pasión además y la verdad que entusiasma, no creo que sea tan fácil, obviamente, porque estás hablando de compañeros, gente que
conoces, pero bueno, cuando yo te pregunto esto de cómo surge un primer violín, ¿no? Porque ni más ni menos es el que le das la entrada al director, el que invita a sus compañeros…
Elías Gurevich:
Todo eso se va dando, digamos, pero tenés que trabajar. Es también una profesión en la que vas creciendo, como te decía, hay códigos también. Con el tiempo te vas poniendo, armando, y vas empezando a ver la mejor manera de poder trabajar. Y después, si tuviste suerte cuando una vez tocaste, o si no tuviste suerte, o si te pones nervioso, si Maradona pudo haber errado un penal en el Mundial, para nosotros es mucho más fácil (risas), hasta corregir incluso cualquier error, vamos perfeccionando la técnica. Es un poco el ida y vuelta de nuestra profesión y las posibilidades vienen de acuerdo a la voluntad de uno porque hay muchos compañeros que tienen muchísima talento y condiciones, y llega un momento que se cansan, porque no todas son rosas, y te podes cansar y decís basta de proyectos, me dedico a tocar en la orquesta y chau. O gente que hasta entra en la orquesta y después no sigue buscando un nuevo nicho en la profesión, hay gente que entra en la orquesta, en el concurso, trabaja en la orquesta y ya está. La gama de posibilidades es como cualquier otro tipo de profesión, podes estar buscando nuevos horizontes o no, podes perfeccionarte o no, seguir avanzando o quedarte, es una cosa muy humana. De acuerdo a la aspiración o las ganas que tengas
Sergio Kuche:
Exactamente. ¡Coincido plenamente Elías!
A mí me gusta mucho, porque esta es otra actividad que hago y que me permite también difundir mucho del movimiento de la ópera la lírica y el ballet. Veo todo lo que pasa a nivel nacional, en Rosario, en Córdoba, en distintos lugares, es sorprendente y muy gratificante. Pero a mí me gusta cuando vos hablas así, porque todos los mundos, en un momento tan complejo en la Argentina, además, piensan en todo afuera es mejor, todo es fantástico, me quiero ir, todo es sublime.
Pero un tema muy fuerte y que no vamos a dejar pasar, que es el tema de la pandemia, lo que significó para el arte, para la música para todos nosotros que estamos tan vinculados a todo esto y todo lo que nos pasó durante todos estos dos años eternos que he contado en primera persona.
Elías Gurevich:
Y mira, en ese sentido, las orquestas obviamente pararon, no se trabajó durante un año y medio, después la segunda parte del 2021 sí se hicieron muchas cosas. Lo particular de esa situación es que pasó acá y en todo el mundo, por suerte nosotros en el Teatro Colón, como es un teatro municipal, seguimos cobrando, pero muchas orquestas del mundo les cortaban el sueldo porque no producían y han pasado momentos difíciles, porque aparte, en otros lugares hay muchos músicos que son freelance, que graban o que hacen conciertos solamente y no trabajan en orquestas y eso también fue muy complicado. En ese
sentido yo, por suerte, por mi familia, por mí, para no enloquecernos todos, me metí en un proyecto de violín solo, claro, menos que yo uno solo es imposible. (risas) o había problemas de egos, ni de protocolos,
porque no podías tocar con nadie. Entonces empecé, yo normalmente en las vacaciones me dedico a estudiar cosas de violín solo, porque durante el año a veces no hay mucho tiempo de estudiar y, como se fueron prolongando los meses de vacaciones, me fui dando cuenta que en 1720 Bach, Johann Sebastián Bach, había mostrado al mundo sus 6 sonatas, que son 3 sonatas y 3 partitas, después me di cuenta que Eugène Ysaÿe, que fue un gran violinista y compositor, 200 años después, a raíz de que había escuchado una sonata de Bach, había compuesto sus 6 sonatas para violín solo, entonces yo dije, en el 2020, después de 300 años de la sonata de Bach, ¿por qué no pedirles a compositores argentinos que hagan 6 obras? Pero faltaba algo, y es que ya no se toca las obras del barroco con violines clásicos, se toca con instrumentos barrocos, porque son instrumentos que se utilizaban en lugares mucho más chicos, en los palacios porque el violín también fue creciendo a partir de las necesidades que fueron surgiendo, entonces el instrumento de hoy tiene mucha más sonoridad; además también las cuerdas eran distintas , porque originalmente eran de tripa con un proceso obviamente diferente y otra cosa importante es que el arco del violín de hoy tiene un arco en donde uno agarra un talón que es bastante pesado, en el violín barroco es distinto, el arco no tiene ese talón pesado, es curvo y más corto, por lo que tiene mucho menos peso, lo que produce el sonido a partir de ahí, se toca de otra forma; algo muy importante es que en esa época no se usaba vibrato en la mano izquierda, se tocaba con la nota peladita, como decimos en el ambiente. Este proceso con las obras del barroco, yo traté de arrimarle el bochín, con un violín barroco, me nadé y grabé. Después con la obra de Eugène Ysaÿe la grabé con el violín común. También grabé obras con violín eléctrico fue genial porque después la presentamos en el Teatro El Círculo, en la sala grande de ese Teatro, me prestaron pedales, de retumbe y de rock and roll. Esa la grabamos en octubre del primer año de la pandemia, cuando se empezó a abrir fue todo, nos mandábamos por mail las cosas y no nos animamos mucho, pero después cuando ya fue el concierto de presentación del disco, le pedí a un compañero, a un guitarrista rockero, que me prestó pedales y los usé (risas). Tengo la grabación, todavía.
Sergio Kuche:
Bueno, tenés que compartirnos esa parte, para que nosotros podamos difundirlo en nuestras redes.
Elias Gurevich:
Sí, sí, fue muy divertido, la pasé bomba, genial.
Sergio Kuche:
Qué bueno Elías, estamos hablando de tantas cosas, creo que nos van a faltar tres encuentros más pero ahora nos quedó un tema que tiene que ver con esto, con el cuidado personal, las manos, las yemas, ¿cómo manejas ese tema?
Elias Gurevich:
Y en realidad nosotros somos bastante inconscientes. Me preguntan si hacemos relajación antes de tocar y la verdad es que normalmente no, por eso mismo también tenemos muchos problemas musculares, por
suerte yo no los he tenido todavía. Tocar el violín es lo más antinatural, cuando sos chico como que lo incorporas más, pero realmente es una cosa muy antinatural, desde lo anatómico, vos estás con el brazo y la cabeza en una posición poco la natural y cualquier endurecimiento muscular, terminas en el traumatólogo, si bien las chicas tienen más problemas en general, con el tiempo todos terminamos con problemas posturales. Esta el ejemplo de un gran violinista Yehudi Menuhin, que a los veinticinco años empezó a tener unos problemas terribles, que lo obligaron dejar de tocar violín muchos años, entonces bueno, a partir de ese momento hubo muchos métodos con las que los instrumentistas empezaron a tener como un tratamiento un poco más consciente de lo que es lo físico,
Sergio Kuche:
Elías ¿Qué pasa con otra música? ¿Escuchas otra cosa? ¿Qué te gusta?
Elías Gurevich:
(Risas) Si, si el otro día toque en un espectáculo que organizó SADAIC en la UOCRA, con un cuarteto de cuerdas, con todas las obras de Ariel Ramírez, Guillo Espell hizo el arreglo, hermosísimo, para cuarteto de cuerdas, y quedó súper bien. Guillo Espell es un gran arreglador, pero además es un gran productor y
ese evento lo organizó él, hicimos diez obras para cuarteto de cuerdas.
También toco en una fundación, en la que tato de dar una mano en lo que puedo, que es la fundación
PARDÉS, con un grupo de folclore integrado por los hijos de JaimeTorres, que se llama TUNGUNEL, que van con charango, bombo y voz; y lo del violín eléctrico y que también es apasionante.
Sergio Kuche:
Elías viste que hay algunos grupos nuevos, inclusive de chicas, las “Bond”, no sé si los escuchaste, que es… híper comercial. ¿Qué opinas?
Elías Gurevich:
Claro, pero eso es como otra cosa, ahí también hay toda una postura de imágenes puestas, de vídeos, hay toda una exuberancia fílmica, que no pasa por lo musical, yo creo que está bueno hacer algo importante desde lo visual, pero no que disminuya lo musical, y creo que esos son productos comerciales brutales. Entonces puede ser que toquen muy bien, pero son tratadas de una manera muy, muy comercial, lo que puedan tocar ya casi no importa, porque lo que muestran, sus cuerpos y sus maneras, como que perdés un poco esa cuestión de lo musical, creo que son productos nuevos de lo que es la magia de Internet. Y desde eso, cambió mucho todo, antes todos los solistas o cantantes de ópera eran como eran, y ahora todos los solistas y cantantes son gente mucho más exuberante, o mucho más estilizada, producida, con cuerpos distintos, antes el que cantaba, cantaba, el que tocaba, tocaba, y ahora parte del producto es vender una imagen. Ahora es importante, por ejemplo, que los tenores tengan una
actitud no solamente vocal sino también física. Ahora es importante que haya una mega producción alrededor. Ahora está toda esta cosa de imagen, que es brutal. Porque ¿qué te vende? La imagen.
Sergio Kuche:
Para ir cerrando, primero agradecerte totalmente. Pude apreciar la cuestión humana, tu sensibilidad, además de la profesional. Realmente me encontré con un Elías muy cercano, que es lo que hablábamos antes, de que la gente también vea que somos comunes, que sos un tipo que es conocido, que además viene a charlar conmigo, que nos cuenta todo lo que tuvo que pasar. Agradecido porque también difundís este hermoso tema que es la música, la ópera, la lírica. Así que, una vez más, muchísimas gracias.