Itongadol.- En el marco de la inauguración del “Aula inteligente Digital Maker” donada por CUJA, ItonGadol mantuvo una entrevista con el presidente de la Escuela Bialik de Devoto, Maximiliano Kreiner y el secretario de la institución, Igal Gutkind, sobre el trabajo y la propuesta que ofrecen día a día en un marco de educación judía.
-¿Cómo ocurrió que gente tan joven esté presidiendo Bialik?
Maximiliano Kreiner: Tiene que ver la apertura que dio la Comisión Directiva que estaba en su momento, cuando por ejemplo Igal, Mauro Berenstein (que es el tesorero) y yo ingresamos. La Comisión estaba conducida por padres y madres de exalumnos que nos abrieron las puertas y nos invitaron a participar. Lo hicimos con mucho gusto y creo que principalmente lo hacemos por nuestros chicos y chicas que están en Bialik. Nos apasiona aportar lo que podamos desde nuestra mirada o nuestras profesiones, para hacer una institución aún mejor.
Igal Gutkind: Pensando en cómo llegué a ocupar este rol, me remite a recordar que para mí Bialik fue una institución donde no sólo recibimos la educación para nuestros hijos e hijas, sino también el marco comunitario que para nosotros fue de mucha contención.
-Por ejemplo, ¿por qué?
I.G.: En mi familia tuvimos un accidente muy importante en 2013, y a partir de ese momento, con toda la vulnerabilidad que eso implica, en Bialik el seminarista y las directoras nos acompañaron de una manera muy amorosa, dándonos los espacios para acompañarnos en el crecimiento y en todo el proceso.
-O sea que se cumplió con la premisa de hacer comunidad…
I.G.: Exactamente, para nosotros fue como ver a todos trabajando en pos del bienestar de la familia, más allá de la educación formal y eso realmente me movilizó y me llevó a un lugar en donde pude descubrir que para mí era importante que esto siga en la Argentina. Y desde ahí, preguntarme cómo podría contribuir. Aportar el tiempo y los pocos o muchos conocimientos que cada uno pueda tener me parece que es esencial para que la comunidad judía en la Argentina se siga desarrollando.
-¿Cómo están viendo la educación judía, en general?
M.K.: Lo que veo en el ámbito en el que yo me manejo y en el Bialik, es que se le da importancia a la educación judía. Pero a su vez, lo que observo en las familias nuevas que se interesan por la institución o por la educación de sus chicos es que también ponen mucho interés en otras cosas. Quieren más inglés y más tecnología. Resuelven que el niño o niña se maneje en un ámbito judío, pero priorizan más otros aspectos que el hebreo, por ejemplo. Son exigencias de la nueva generación de padres y madres. Estamos trabajando constantemente en buscar equilibrios en estas nuevas demandas.
-¿Esta es una escuela que enseña inglés a sus chicos, aparte del hebreo?
-I.G.: En nuestra escuela ofrecemos una sólida formación en inglés que hemos ido estructurando en pos de prácticas reflexivas y actualizaciones constantes. Por ejemplo, escuchando lo que las familias nos piden. Y cuando digo escuchamos, es porque tenemos una encuesta anual donde revisamos todos los aspectos institucionales con la población de la escuela y damos el espacio para que se expresen en las diferentes temáticas o áreas de educación formal. Los padres y madres venían pidiendo un nivel de inglés más elevado en esas encuestas. Así que fuimos incorporando horas hasta llegar a 13 horas semanales, parte a la mañana y parte a la tarde, en un formato que apunta a un plan bilingüe.
Con esa cantidad de horas estamos en condiciones de poder aplicarlo. Y lo más interesante de lo que tiene que ver con el inglés es que los alumnos y alumnas de Bialik entran en los niveles más altos de este idioma en las escuelas secundarias que eligen y con un alto promedio en los exámenes Movers, Ket y Pet de Cambridge.
-M.K.: La enseñanza del inglés empieza en el Nivel Inicial, ya en sala de 1 año comienzan a vincularse con el idioma y continúa con diversidad de propuestas en el transcurso de toda la escolaridad. Se pone énfasis en el placer por aprender a través del juego, la tecnología y las artes.
-¿La parte judaica es intocable?
-M.K.: Está en el ADN de esta institución. Trabajamos día a día para no perder nuestra esencia.
-I.G.: Desde que ingresé a la institución, trabajo en la subcomisión escuela, que actúa de enlace entre el staff de dirección y la Comisión Directiva. En ese rol, yo he visto el proceso de trabajo que se hace con las directoras de cada nivel y cada área, en particular la dirección de judaica y nuestro seminarista, están permanente pensando y repensando el proyecto educativo para que el alumno egresado de Bialik tenga identidad judía, se reflexiona mucho sobre qué implica ser judío en la actualidad mundial y en Argentina en particular y se trabaja mucho para lograr plasmarlo día a día. Se integra lo que los tiempos modernos demandan, sin perder la esencia de tradiciones judías y el lazo con Israel que para nosotros, como institución, es esencial sostener porque tenemos que recordar que Bialik nació como un centro de estudios judaicos y rezo.
-La escuela tiene una sinagoga. ¿Cómo amalgamamos el hecho de que la escuela tenga comunidad?
-M.K.: Uno de nuestros objetivos como Comisión Directiva fue articular
aún más la escuela con la comunidad, entrelazarlas y que puedan convivir como una sola institución, que es lo que nosotros queremos ser. Queremos ser Bialik, una institución que tiene una escuela y una comunidad. Al día de hoy, el staff comunitario, a cargo de su director ejecutivo, trabajan a la par con la dirección de estudios judaicos y con todo el equipo directivo para dar contenidos en escuela y en la comunidad.
I.G.: Cada instancia tiene su particularidad pero todos trabajamos bajo el mismo paraguas, con la misma identidad, con objetivos similares.
M.K: Además la comunidad tiene educación no formal, hay un kinder que funciona los sábados, con niños y niñas de Bialik y de otras escuelas también. Vienen 140 ó 150 chicos, incluso del gran Buenos Aires. El funcionamiento está coordinado y se retroalimenta.
I.G.: Estamos convencidos que entre comunidad y escuela tiene que haber sinergia, porque la comunidad enriquece a la escuela y la escuela enriquece a la comunidad.
M.K.: Gracias a D’s, tenemos mucha diversidad. Digo “gracias a D’s” porque en la diversidad aprendemos todos, tenemos diferentes líneas. La escuela es una escuela de tradición judía y pro-Israel, pero no es una escuela religiosa. Nuestra conexión entre seminarista y directores de escuela tiene que ver con transmitir valores judíos y transmitir nuestra cultura, esencia y tradición, pero no tiene que ver con lo religioso en sí, como un eje en el cual entramos en base a la ortodoxia, somos conservadores. Esta no es una escuela religiosa, pero sí es importante el compromiso que se tiene con el Estado de Israel.
Nosotros tenemos una institución donde las madres y los padres son muy activos en el contexto de la escuela, pero hay una comunidad fuerte de padres, madres y abuelos y abuelas de exalumnos de Bialik que vienen viernes y sábados al templo. En Iamim Noraim hay gente parada. Las familias tienen mucha identidad. Se compenetran con el Bialik, y nos da mucho gusto eso.