Itongadol.- Dos soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel heridos en la guerra de Gaza visitaron el Scholem Aleijem y conversaron con alumnos del secundario sobre su experiencia, convocados por la representación en la Argentina de Beit Halojem, la organización que rehabilita a los uniformados que resultaron lesionados en servicio y a las víctimas civiles del terrorismo.
Erez Amsalem y Amitai Cohen se están rehabilitando en los centros de Jerusalem y Tel Aviv y llegaron al país junto al coronel en reserva Moshe Shemma, director de Beit Halojem.
Durante estos cuatro días ya visitaron la AMIA, donde fueron recibidos por la Comisión Directiva, estarán en el hogar LeDor VaDoR, donde Shemma dará una charla para profesionales judíos y directivos comunitarios y también habrá una actividad abierta a la comunidad, conjuntamente con Limud, Judaica, Hebraica y la Organización Sionista Mundial.
En Scholem, el paramédico Cohen contó que el 7 de octubre se despertó con las sirenas y los sonidos de las explosiones y que el comandante lo llamó por teléfono para decirle que estaban pasando cosas en el sur, pero no sabían muy bien de qué se trataba. Lo pasó a buscar unos minutos después y se fueron para el sur.
Cuando llegaron a Kfar Aza, uno de los kibutzim que más sufrieron, empezaron a ver que había muchísimos heridos, civiles y soldados. Lo primero que hicieron fue bajarse del auto y empezar a atender a los heridos. Cuando estaban haciendo eso les pidieron que se fueran al estacionamiento del festival Super Nova.
No sabían que había una fiesta. Cuando llegaron al estacionamiento empezaron a ver muchísimos autos en la zona y ahí estacionaron justo enfrente de uno de los refugios que estaba al costado del camino.
Bajaron del auto y entraron a ver qué había dentro del refugio. Entraron con las armas apuntando porque no sabían con qué se podían encontrar. Ahí encontraron cuatro cuerpos, de una chica y tres chicos, más o menos de la edad de él.
Salieron del refugio, miraron para otro lado y vieron entre 30 y 40 cuerpos tirados en el piso.
En ese momento, un comandante que no conocían se les acercó y les dijo que tenían que cambiar el lugar de operación e irse al kibutz Be’eri. Ahí podían luchar contra terroristas y evitar que se llevasen los cuerpos a Gaza. También tenían que juntar los cuerpos para evitar que estén dispersos.
En ese momento tenían que luchar con los terroristas que estaban por todos lados y levantar los cuerpos, que se encontraban en los refugios o tirados en la tierra, y ponerlos todos juntos para asegurarlos y que no los tocasen.
Cuando terminaron de juntar entre 30 y 40 cuerpos, habiendo visto entre 150 y 200, se prepararon para seguir luchando en los kibutzim, donde su tarea fue ir casa por casa para ver si había terroristas, y en ese caso eliminarlos, y si encontraban israelíes, llevarlos a un lugar seguro.
Los terroristas en los kibutzim fueron monstruosos, destruyendo todo lo que tenían a su paso, sin importar si se trataba de niños, mujeres o ancianos. Los mataban, torturaban, violaban, y lo que vieron ahí fue terrible.
En el tiempo que pasó en recuperación se sentía deprimido. No quería estar en su casa. Quería estar con sus compañeros de unidad en Gaza. Empezó a hablar con los médicos para tratar de convencerlos de que estaba en condiciones de volver, y finalmente lo logró.
Cohen relató que su tarea en Gaza era ingresar casa por casa y terminar con todos los terroristas que encontrase en el camino, con la esperanza de encontrar a los secuestrados.
«Para ellos, morir como ‘yahid’ (mártir), matando judíos, es algo extraordinario; en el judaísmo, si bien se habla de morir Al Kidush HaShem -para Santificar el Nombre de D’s-, para nosotros lo más importante es vivir para santificar el Nombre de D’s», diferenció.
En una de esas operaciones eran un equipo de unos 15 o 20 soldados y cuando entraron en un edificio, uno de los artefactos explosivos detonó. Entendieron después que los terroristas lo habían puesto como una trampa. En esa explosión tres soldados murieron y 15 resultaron heridos.
En ese momento empezaron a tratar a los heridos -por supuesto que con los muertos no había mucho para hacer-, que tenían esquirlas, quemaduras, heridas, algunos habían perdido algún miembro… Mientras estaba sacando a sus compañeros, se dio cuenta de que él también estaba herido.
A partir de que lo llevaron al hospital, primero al Soroka de Beer Sheba, cercano a Gaza, y luego a otros dos, supo sus heridas: una en el hombro, otras en el sistema nervioso de la mano y también perdió audición en el oído derecho.
Más allá de las heridas físicas que sufría, las más duras eran las psicológicas, que lo llevaron a perder el sueño, recordar caras, olores y todos los eventos que pasó durante la guerra, y eso es lo más difícil de olvidar.
Después de haber pasado por tres hospitales llegó a Beit Halojem para hacer tratamiento, hidroterapia y todo tipo de talleres. Los tratamientos más importantes son aquellos que trabajan en la parte psicológica, que no necesariamente es ir a hablar con un psicólogo, sino que también tienen equitación como parte de la terapia, bañeras de hielo, pero sobre todo charlar con otras personas que sufrieron el mismo trauma, y juntos entender esa situación.
Sabe que el camino que le queda es muy largo y difícil, pero tiene quién esté a su lado, acompañándolo, y quién esté detrás, empujándolo.
Agradeció cómo lo recibieron porque para él, estar en Scholem Aleijem, la escuela más sionista que le tocó conocer en la primera vez que viene a Sudamérica. Es emocionante estar acá, donde se habla de los secuestrados, de los deportistas israelíes, donde se siente el sionismo en cada cosa que hacen.
Les agradeció por el hecho de ser sionistas y, sobre todos, por demostrar lo orgullosos que están de ser parte, y les pidió que a todos los lugares donde vayan, ya sea aquellos que elijan la universidad, los que elijan un camino que nada tenga que ver con Israel, que siempre sigan difundiendo la causa sionista y el amor que tienen por Israel.
Tras su intercambio con los chicos, los soldados conversaron con Itongadol.
Amsalem- No se puede negar que el 7 de octubre hubo un fracaso del Ejército, de la inteligencia, del Estado, pero la belleza de las Fuerzas de Defensa de Israel es que en dos días aprendieron lecciones, mejoraron y se hicieron más fuertes. Y hoy digo con certeza que las Fuerzas de Defensa de Israel hoy son más fuertes de lo que eran mucho antes del 7 de octubre.
Combatir en Gaza «es como si hubiera una guerra dentro de Buenos Aires. Una guerra entre civiles… Hay que luchar y buscar terroristas y rehenes dentro de Gaza, pero hay casas donde vive gente que es como si fuera inocente… Nadie es inocente en mi opinión… Pero somos un país muy moral y un ejército muy moral y democrático, por eso tratamos de no dañar a los civiles y eso hace que la guerra sea muy difícil. Las Fuerzas de Defensa de Israel son el único ejército en el mundo que antes de atacar una zona, deja caer notas desde el cielo indicándoles a los ciudadanos que se desplacen de un lugar a otro para que no sufran daños. Le advertimos a la gente de Gaza antes de atacar. Así que esto también hace que la guerra sea cada vez más larga. Este es el precio de la moralidad…», destacó.
Cohen- Las respuestas sobre el 7 de octubre las tendrán que dar las partes relevantes… No es seguro que todas las preguntas tengan respuesta, pero ciertamente en el aspecto militar se trata de una falla muy grande del Ejército, del sistema de inteligencia. En mi opinión surgió del desdén al (peligro del) enemigo y a la búsqueda de la paz a cualquier precio. Entonces, le damos dinero y construimos vallas… Tenemos la Cúpula de Hierro y les damos dinero… De hecho, lo que pasó fue una búsqueda de la paz y no realmente una comprensión estratégica de la seguridad hacia adelante.
«Realmente no veo qué pasará en Gaza. Realmente espero que algún país, alguna entidad se haga responsable de ello porque incluso si terminásemos la guerra mañana por la noche, dentro de 7 años habrá una nueva generación de terroristas, como en todas las guerras que hemos tenido, como en todas las operaciones. Gaza es una historia muy, muy larga: Pilar Defensivo, Plomo Fundido, Margen Protector, Escudo y Flecha y más… Todo tipo de operaciones hubo en Gaza, pequeñas o grandes, y no vemos el final en este momento. Necesitamos una solución real a esto, no sé cuál es, pero incluso si la guerra terminase esta noche, el problema no se habría resuelto porque hay muchos, muchos terroristas y hay muchos, muchos residentes, si no la mayoría de ellos, que apoyan a Hamás, que apoyan lo que se hizo el 7 de octubre, y ahora están pagando por ello. Hamás destruyó Gaza. Hamás convirtió a Gaza en un depósito de demolición. Hamás…», enfatizó.
«El mismo 7 de octubre estuve en Nova. El sábado por la noche fuimos a Reim. Después de eso… Vimos cosas muy espantosas. En esos momentos no pensás en eso. Trabajás como un robot. Trabajás desde la adrenalina. Entendés que tenés una misión muy, muy importante. Entendés que hay muchos terroristas en la zona y muchos civiles muertos y heridos y que tenés que protegerlos. Después de eso, las cosas vuelven y resurgen porque se trata de cosas muy, muy, muy difíciles», admitió el paramédico.
Amsalem- No sé qué pasará. Lo que espero que suceda es que todos los secuestrados regresen a casa, incluso los secuestrados que sabemos que ya están muertos. Y militarmente ganamos la guerra, en mi opinión. Militarmente controlamos Gaza. El asunto ahora es la guerra social. Creo que lo único que nos ayudará a ganar la guerra dentro de Israel y detener las muchas guerras que hay dentro del pueblo, que pueden ser justas, pero no para esta etapa, es mostrar al mundo que estamos juntos. Cuando estamos divididos, eso solo le da poder a (el líder terrorista palestino Yahiya) Sinwar y Hamás.
Cohen- Somos el pueblo judío, somos el Pueblo de Israel. Sé que ganaremos. Realmente espero que aprendamos lecciones de esta terrible tragedia llamada «7 de Octubre» y sepamos cómo evitar tales cosas. Y rezo mucho para que haya unidad, unidad en el Pueblo de Israel, porque cuando estamos unidos, nadie puede vencernos. Ningún ejército, ninguna organización terrorista, nadie puede con nosotros. Llevan miles de años intentando exterminarnos y cuando estemos unidos, nadie lo conseguirá…