Itongadol/AJN.- La DAIA participó ayer del acto que encabezó el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, para conmemorar el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
En la ceremonia participaron Andrés Orchansky, cónsul honorario del estado de Israel; Jorge Knoblovits, presidente de la DAIA; Luis Klinger, titular de la DAIA filial Córdoba; Gabriel Pritzker, rabino de la comunidad local; Patricia Altamirano, decana de la Facultad de Psicología (UNC), y Edgard Wildfeuer, sobreviviente y exprisionero de Auschwitz.
“Cuando el 27 de enero de 1945 el Ejército Rojo de la Unión Soviética mostró al mundo los campos de exterminio de Auschwitz-Birkenau, corrió el velo sobre el horror y la barbarie nazi, corrió el velo de algo que tal vez muchos sabían y ocultaban que era el genocidio perpetrado contra el pueblo judío y otras minorías, corrió el velo del montaje de la mayor maquinaria de muerte creada por el ser humano en la historia”, dijo Schiaretti durante el acto.
Por su parte, el titular de DAIA señaló: “Estamos reunidos en una articulación de sociedad civil y Estado. Están las Fuerzas Armadas, hermanos de otras confesiones, representantes de toda la sociedad civil y eso agrega un valor muy importante a la Argentina, a la agenda de memoria, verdad y justicia que tenemos que establecer”.
“La semana pasado estuve en Auschwitz y cuando veía las fotos me formulé la pregunta ¿cómo fue posible?, cómo pudo articularse una maquinaria industrial para eliminar un pueblo de la tierra, cómo es posible que haya todavía negacionistas del Holocausto y cómo es posible que todavía se sostenga el discurso del odio”, añadió Knoblovits.
“Haber transitado la Shoá obliga al pueblo judío a ser solidario para combatir el discurso del odio que nos impacta a todos. Ser judío en Argentina implica estar presentes el 24 de marzo, donde también ha muerto una generación entera. Ante la Shoá y la dictadura argentina sólo quedan dos palabras: nunca más”, concluyó el presidente de la DAIA.
Al final del acto, se mostró un video sobre el foro organizado por el Presidente de Israel en Jerusalem, al que adhirieron más de 40 mandatarios, incluido Alberto Fernández, y en el que todos se comprometieron a luchar en contra del antisemitismo y del racismo.