Itongadol.- El presidente de la AMIA recibió a Itongadol a pocas horas de una nueva elección de autoridades. Hizo una síntesis de lo actuado, después de una gestión que se prolongó por la pandemia.
Cementerio de la Tablada, Causa AMIA, logros, autocriticas , su encuentro con el Gobernador Kiciloff, la relación con la DAIA y el poder político nacional fue parte de la entrevista.
El próximo domingo 10 de abril, entre las 9 y las 18, se llevará adelante, en los 23 centros de votación que se dispondrán en la ciudad de Buenos Aires y alrededores, la jornada electoral que tiene como fin renovar las autoridades de la AMIA para el período 2022-2025.
– Ariel, se termina una etapa…
-Así es. Lo vivo con una mezcla de emociones. Por un lado, es un fin de ciclo que, en lo personal, será absolutamente inolvidable porque conducir la kehilá es un honor, el honor más importante de mi vida. Tengo la fuerte convicción de haber cumplido, de haber llevado el barco al puerto bajo todas las tormentas y todas las circunstancias –aún inéditas e inesperadas, como la pandemia–, en las que las organizaciones sociales, como la AMIA, tuvieron un rol muy relevante. Haber estado al frente y haber llegado a esta instancia con tantos logros cualitativos, con tantos logros cuantitativos, con tantos reconocimientos por parte de los socios y los destinatarios, se siente con la satisfacción del deber cumplido. Pronto la AMIA va a recibir una mención de excelencia en el premio Nacional a la Calidad. Somos la única organización con fines sociales de la Argentina que accede a esta distinción por sus estándares de calidad, por sus estándares en los protocolos para cada uno de los servicios que presta. Tenemos mucho que ver en ese logro. En esta conducción, hemos promovido la profesionalización de cada aspecto la gestión que abarca la AMIA.
– ¿Cómo describís tu trayectoria desde el principio en la institución?
-Fui vocal en la AMIA por casi 5 años; luego estuve un año y medio como vicepresidente y tres años de presidente. Antes de ser vocal y mientras también estaba estudiando, trabajando o militando, fundé una institución educativa, una pequeña comunidad. Siempre tuve interés por el quehacer de la comunidad. Vengo de una familia tradicional ashkenazí de Buenos Aires, en la que la AMIA es parte central, donde se reconoce la centralidad de la Kehilá y su relevancia. Tuve una época donde inclusive yendo a estudiar y habiendo fundado una sinagoga, una yeshivá, empecé a participar en la AMIA. Lo hice como miembro del RAT, como vocal. La experiencia ha sido formidable, en cuanto al ejercicio de la gestión, y en cuanto a la visión macro que se logra desplegar. Para mí es muy importante destacar que la gestión de BUR vino a ampliar derechos, a ampliar la participación. Hemos tenido una renovación, un aire fresco. Basta con observar la integración de la lista, o el voto tradicional del BUR, es un voto que tiene por lo menos dos décadas menos del promedio de las otras listas. Sin duda que hemos traído a la AMIA la renovación dirigencia y generacional. Soy el segundo presidente más joven de la AMIA. El primero fue Alberto Crupnicoff, a quien admiro profundamente.
– En la cadencia de Abraham Kaul, de la mano de Daniel Pomerantz, ahí empieza un gran cambio de la AMIA hacia la sociedad argentina y que muchos aseguraban que el BUR, cuando llegó a la presidencia, iba a desandar.
-Eso nace del prejuicio que se trata de instalar y que está completamente desconectado del sentir del socio y del ciudadano. Me llama gente que tiene una militancia opuesta a la mía, o que participa de otros espacios…Es gente que tiene una buena lectura de la ubicuidad que tuvo la AMIA ante cada desafío de la política nacional que pasó durante todos estos años, y me dice que va a votar al BUR, porque está de acuerdo con la forma en que nos hemos manejado durante todo este tiempo. Obvio que mantuvimos todo lo bueno que se venía haciendo y lo ampliamos. Lo que pasó es que había una cantidad de cuestiones que estaban pasando debajo del área de flotación, comunidades jóvenes creciendo, movimientos de baalei teshuva, yeshivot, movimientos juveniles que eran completamente desconocidos por la centralidad comunitaria. Lo que el BUR hace es hacerlos parte del sistema central comunitario.
Sala de reunión, junto a mujeres integrantes del BUR, Eliahu Hamra y Gustavo Sakkal.
– ¿Cuánta ortodoxia y no ortodoxia hay en ese nuevo despertar?
-Lo que era no ortodoxo estaba acá dentro, pero todo el mundo ortodoxo, todo el mundo de las yeshivot, movimientos juveniles, centros de capacitación, etc., no existía en AMIA. Todo el mundo que se fue afiliando a la AMIA a instancias del BUR afloró con nuestra presencia… Están las tradicionales, que son las que yo más visito, las que yo más tengo presencia y les otorga el peso y la envergadura histórica y poblacional que tienen también, pero no podemos negar que el resto también es parte de la comunidad. Eso vino a ampliar el BUR, sin descuidar todo el aspecto vinculado con la apertura de la AMIA a la sociedad, desde la Red de Empleo, del voluntariado, desde un montón de áreas nosotros nos abrimos a la sociedad porque tuvimos una actitud por parte de la sociedad hacia la AMIA después del atentado, que de alguna manera la AMIA la retribuye.
– Desde tu punto de vista, ¿Cuáles son las políticas que deberían continuar en la próxima gestión?
-Esta pregunta tiene dos facetas, a mi entender. Una es el proyecto de gestión, que es inagotable. Hay un montón de proyectos que se hicieron, o que están en desarrollo. Hay numerosas iniciativas que van a culminar otros, y que empezamos nosotros. Desde el punto de vista político, diría que lo que ha logrado la institución es prestigio, es honestidad. Es un logro haber saneado económicamente la AMIA, haberla fortalecido en términos financieros, haber vigorizado su función dentro de esos sectores y, sobre todo, no haber sido permeables jamás a los intentos, a los arrebatos de la política nacional argentina de apoderarse de la AMIA como bandera partidaria. De eso los únicos garantes somos nosotros.
– ¿Cómo evaluas el estado de la relación con el poder político nacional?
-La relación es correcta, es la que tiene que ser. La institución, la comunidad judía ha podido mantenerse con un pensamiento propio e independiente, y tiene una seriedad al momento de sentarse con la dirigencia del gobierno nacional, provincial o de la ciudad. Nosotros tenemos esa relación correcta que está limitada exclusivamente a las áreas de competencia. El peligro que hay acá, el peligro que tenemos es cuando un dirigente comunitario, que en aras de la comunidad tiene un vínculo con un funcionario, empieza a confundirse y a creer que él es parte de aquel otro mundo. Y uno no es parte de otro mundo. Uno está como dirigente judío tratando de resolver problemas de la comunidad judía, está el tema de la seguridad, el empleo, la pobreza, etc. En el momento en que el asunto empieza a ser confuso, y uno piensa que es parte de un círculo, está violentando la misión institucional. En esto, la ortodoxia tiene un legado ancestral, un legado talmúdico, sobre cuál es el vínculo que tiene que tener con los gobiernos. Nosotros debemos garantizar la continuidad de la comunidad judía en cualquier circunstancia, bajo cualquier gobierno de cualquier signo político.
– ¿Qué autocrítica haces de tu gestión?
-Creo que el mismo ejercicio de la gestión te da herramientas para ir generando y mejorando cada vez más. Una autocrítica tiene que ver con la ansiedad que uno tiene para ir más a fondo, a veces con obras, con proyectos que están en ejecución. Hay muchas cosas, tal vez, de lo comunicacional, muchas cosas que uno podría haber dicho, pero al momento de evaluar qué es lo que hago todo el tiempo, si conviene hablar o no conviene hablar, algunas cosas callarlas y no comentarlas. Muchas de las cosas importantes que se han conseguido a nivel de gestión política, son las que requieren un marco de absoluta privacidad.
En la lista hay un montón de gente nueva, de gente joven que se va sumando. Hay que ocupase de seguir en ese sendero y tener un poco más de volumen, de gente con capacidad de ocupar cargos ejecutivos. Tal vez deberíamos hacer algún curso de liderazgo judío, alguna capacitación te diría.
– Recién asomándome a la sala de reuniones vi señoras religiosas trabajando con ustedes, ¿Qué pasa con esa crítica que han recibido?
-Uno no puede ponerse a responder a la cantidad de cosas sinsentido que se dicen en el marco de una campaña electoral. Creo que la foto que pudiste sacar responde sola. Hay distintas mujeres que están muy comprometidas con la gestión de la AMIA. Nosotros tenemos mucho orgullo de nuestro estilo de vida. Hemos procurado la continuidad del judaísmo. Aseguramos 100 años más de judaísmo en Argentina por lo menos. Nuestras escuelas crecen, nuestro modelo prospera, nuestras yeshivot están llenas de gente. Hoy estuve en Barracas, recorrí las instituciones, a las que concurren cientos de chicos. Este es nuestro futuro. Esa crítica ha ahuyentado y empequeñecido a nuestra comunidad mientras nosotros la hemos agrandado.
– El BUR ya lleva 13 años gobernando la AMIA. ¿Está teniendo un cambio acerca de lo que es el núcleo duro del BUR, los distintos rabinos y todo lo que lo compone?
-El BUR tiene dinamismo, como tiene cualquier estructura política. Y de todo lo que está dando vuelta en esta elección, creo que es el que más renovación y dinamismo tiene. Escucho los nombres de las otras listas y son siempre los mismos. Y acá hay gente que hizo su primera experiencia en Comisión Directiva, como el secretario general, el de Educación, Ariel Halperín, el del área de Juventud o el de Sepelios. Hay actores nuevos, y hay otros con experiencia. Hay una conjunción. El BUR es pasado, presente y futuro. Cuenta con la experiencia y el impulso de las nuevas generaciones. Sólo como un ejemplo, Eliahu Hamra hizo su primera experiencia en la AMIA en esta gestión y tuvo un volumen de acción formidable. En el BUR realmente hay 90 candidatos a presidente. El BUR nació como un partido que en principio tuvo participación en la tesorería y en el rabinato, y luego se hizo un partido de gobierno. Se está corporizando como una organización, tiene un comité y de ahí va a surgir la nueva Comisión Directiva.
En la AMIA tiene que haber una continuidad en el tiempo. Uno no puede ser refundacional, uno tiene que tomar cuestiones que comenzaron, añadirle otras, mejorarlas y entregar la posta con la responsabilidad de haber hecho las cosas bien, para que el que venga tome esa base.
– Desde el BUR estuvo la intención de incorporar a dirigentes de otros sectores, incluso dentro de la Comisión Directiva hay gente que no pertenece al BUR.
-Y en posiciones muy relevantes. Gabriel Gutesman, el secretario de Programas Sociales, maneja el presupuesto más grande de la institución, y es muy activo. El vicepresidente segundo, Leonardo Chullmir también; Gabriel Gorestein también. Necesitamos a los mejores, a los mejores de cada área, a los mejores que acompañen. La comunidad judía se compone de todos. No hay ninguna comunidad del movimiento Masortí que me haya invitado y que yo no haya ido a visitarlos, que nos haya pedido ayuda y no haya recibido respuesta. Hemos hecho capacitaciones junto con el Seminario Rabínico para el interior, capacitación para jazanim, para el Seder de Pesaj, por ejemplo.
– ¿En qué punto está la obra de remodelación de Loyola?
-Avanzando a muy buen ritmo. Hemos iniciado una obra fundamental, para contar con salas velatorias de calidad, que puedan recibir a la gente como se merecen, en un momento tan sensible y delicado. Cuando se inauguren, yo iré como invitado. Esa es la grandeza a la que aspiramos. Nosotros empezamos una obra, sabiendo que no la vamos a terminar, que lo hará otra gestión. Pero es una obra necesaria, que había que hacer y que se hizo con criterios de ahorro y de sustentabilidad.
– Por los hechos de vandalismo en Tablada, ¿Pudieron hablar con las autoridades?
-Tuvimos audiencias con el ministro de Seguridad de la Nación, con el ministro de Seguridad de la provincia y con el gobernador Kicillof, además de haber hecho todas las denuncias correspondientes. En febrero tuvimos una reunión con el gobernador Kicillof, y con su jefe de gabinete para exigirle la presencia de la policía. Queremos que el destacamento que creamos dentro de Tablada, tenga presencia policial permanente. Le pedimos que también haga la gestión ante el municipio de La Matanza, para que la calle intermedia que, gracias a la gestión de la AMIA, hace más de 10 años fue desafectada del uso público, se nos entregue y podamos así limitar totalmente los accesos que se producen por ese lugar.
De todos modos, comprendiendo la sensibilidad del tema, y a pesar de estar invirtiendo tanto dinero en seguridad en general, a pesar de seguir las gestiones con Nación y con Provincia, a pesar de todo eso, hemos hecho una inversión presupuestaria muy importante para elevar los muros del paredón. Son 56 hectáreas, hemos elevado todos los muros con hierros, hemos puesto alarmas y estamos haciendo el tendido de cableado eléctrico, entre otras medidas que adoptamos.
– ¿El cementerio conservador en qué punto está?
-Hemos sacado el muro, el muro que tanta discordia traía, hemos tomado la decisión de que no era necesario, teniendo en cuenta que las condiciones halájicas estaban cumplidas y en condiciones, según el acuerdo que se había firmado oportunamente.
– ¿Causa AMIA y la relación con la DAIA?
-La relación con la DAIA es una relación correcta. Tengo un gran vínculo con su presidente, Jorge Knoblovits. Es un amigo, nos llevamos bien. Hemos resuelto cuestiones puertas adentro, que llevaban décadas sin solucionarse, y tenemos una excelente relación, con diferencias que son naturales entre dos personas distintas. Hemos tratado de que esas diferencias se hagan lo menos públicas posibles, porque hieren la sensibilidad de la comunidad y no queremos hacerlo. No corresponde.
– Sobre la causa AMIA ¿De qué manera la estás siguiendo?
La causa es extensísima. Todo lo que uno pudo indagar, lo que uno pudo leer de la causa, que es muchísimo, nos dice que sabemos la verdad. Hay nombres, hay apellidos, hay responsabilidades establecidas y la justicia argentina acusó a funcionarios del régimen iraní por la masacre que planearon y ejecutaron. La parte local, lamentablemente producto de decisiones judiciales, no se pudo avanzar. No tengo ninguna duda de quién tiene la responsabilidad. Pero la impunidad sigue vigente, fruto de la corrupción judicial y política. Seguimos siempre muy de cerca el tema de las alertas rojas, nos preocupa mucho cuando no son cumplimentados. Fue motivo de conversación ante el más alto nivel de gobierno.
El atentado a la AMIA es un crimen de lesa humanidad. Tenemos la convicción que debemos tener el acompañamiento de las naciones libres del mundo para que se puedan detener a los acusados iraníes, cuando salen de su país. Esa es la llave que nos puede llevar a obtener parte de la justicia que tanto reclamamos.
– ¿Un mensaje final?
-Convocamos a todos los socios a que participen este domingo de las elecciones y que ejerzan su derecho a voto. Queremos que se vote con responsabilidad, con afecto por la comunidad, con sentido de pertenencia, y valorando la gestión realizada. Solo la gran participación de todos mantendrá el espíritu vivo de nuestra comunidad.