Itongadol.- El actual edificio de AMIA fue inaugurado el 26 de mayo de 1999, cinco años después del brutal atentado que dejó un saldo de 85 muertos y 300 heridos, en el más trágico ataque terrorista que sufrió la Argentina.
Emplazado en el mismo lugar en que estalló la bomba aquel 18 de julio de 1994, la nueva construcción fue levantada sobre el pozo y las ruinas de la vieja sede, que databa de 1945.
El edificio comenzó a construirse en agosto de 1995 y casi cinco años después del atentado, abrió oficialmente sus puertas a las 9.53, a la misma hora en la que explotó la bomba en Pasteur 633 y bajo el lema “Por la justicia y por la vida”.
En su visita por AMIA en septiembre de 2017, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó: «Una mano cruel convirtió la AMIA en polvo, y ahora está totalmente restituida, más alta y más fuerte; un símbolo del triunfo del bien sobre el mal, como el Estado de Israel».
Los volantes que se distribuyeron en ese momento para convocar al acto de reinauguración confirmaron el mensaje de permanencia que se quiso transmitir: “El 26 de mayo volvamos juntos a nuestra casa, Pasteur 633”, decía la publicidad.
La fachada de la entidad es una invitación a la memoria. Sobre las planchas negras que cuelgan del frente figuran los nombres de las 85 personas que perdieron la vida en el atentado.
Al ingresar al edificio se colocó el monumento a las Víctimas de la AMIA, obra del israelí Yaacov Agam, ubicado en la Plaza Seca.
Distribuido en 8 pisos y 2 subsuelos, el nuevo edificio alberga un auditorio con 237 butacas, un centro de documentación, un espacio de arte, un bar y las oficinas de las áreas y departamentos a través de los cuales AMIA desarrolla su labor social y comunitaria. El edificio es también sede de diversas instituciones judías.
Ubicado en Pasteur 633, del barrio porteño de Once, AMIA es considerada una de las principales organizaciones sociales del país.