Inicio NOTICIAS Iton Gadol en Israel. Fotogalería. Tzfat, una pintoresca ciudad con un fuerte contenido místico que es la segunda más visitada de Israel

Iton Gadol en Israel. Fotogalería. Tzfat, una pintoresca ciudad con un fuerte contenido místico que es la segunda más visitada de Israel

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Itongadol/AJN.- Ver video clic aquí. .- Ver video clic aquí. “Es el comienzo del sionismo y del reasentamiento en la Tierra de Israel, 1.500 años después de la destrucción del Segundo Templo”, explicó su gran rabino, Shmuel Eliahu, a la Agencia Judía de Noticias en un almuerzo previo a recorrerla. Está llena de “tranquilidad, amistad, hermandad y paz, es una ciudad de consensos”, agregó el intendente, Ilan Shohat.

Recorrer Israel implica pasar de la antigüedad a la modernidad, de la tradición a la alta tecnología, en unos pocos pasos, y si bien su capital, Jerusalem, es una referencia ineludible, tras ella la gente de todo el mundo puede pensar en Tel Aviv o Haifa, pero la ciudad más recorrida es la pintoresca Tzfat.

Safed (como se la conoce en otros idiomas) recibe a 34.000 personas por día y 1.200.000 por año, y es el segundo lugar que más visitan los judíos del exterior -el 90 por ciento de quienes van al Kotel Hamaarabí (Muro Occidental o “de los Lamentos”)- por su historia.

Entre sus estrechas callejuelas empedradas, esta hermosa urbe transmite una típica y fuerte presencia del judaísmo tradicional, con mucha influencia sefaradí, ya que fue un importante centro de absorción de los expulsados de España por la Inquisición de fines del siglo XV y principios del siguiente.

En Tzfat se escribieron poemas clásicos como el Lejá dodí (Ven amada, dedicado al Shabat; video) y el Iedid néfesh (Amigo del alma, en referencia a D’s) y el rabino Iosef Caro compiló el fundamental Shulján Aruj.

Cuna del misticismo -la Kabalá- y el jasidismo, sus varias sinagogas y centros de estudios religiosos se ven rodeados por centros comerciales alusivos -más allá de los mercados populares-, en los cuales pueden encontrarse fábricas de talitot (mantos rituales) y diferentes negocios que mezclan la fe con el arte, como aquel que expone y vende velas de distintos tamaños y colores, capaces de recrear episodios bíblicos como el triunfo del futuro rey David sobre el gigante Goliat o el arca de Noé con decenas de animales, o ese otro que ofrece cuadros preciosos, cuyos dibujos están delineados con una sucesión de letras hebreas que reproducen alguna lectura semanal de la Torá.

Antes de la recorrida por la ciudad, la Agencia Judía de Noticias (AJN) compartió un almuerzo en la casa del gran rabino de Tzfat, Shmuel Eliahu (a la izquierda en la foto), al que luego se sumó el intendente, Ilan Shohat (a su lado), el más joven de Israel, ya reelecto a los 39 años.

Esta urbe “es el comienzo del sionismo y del reasentamiento en la Tierra de Israel, 1.500 años después de la destrucción del Segundo Templo”, comenzó el religioso.

En el siglo XVI, “el rabino Iosef Caro y Haarí (el rabino Itzjak Luria) sembraron una semilla que fue creciendo con los años y nos permitió mejorar espiritual, comercial, militar y poblacionalmente hasta pasar del 1 por ciento del pueblo judío viviendo en la Tierra de Israel hasta el más de 50% por ciento actual, mientras esperamos a la otra mitad”, auguró.

Por ese entonces “la situación de los judíos de Jerusalem no era buena -había enfermedades, epidemias y expulsiones fuera de la muralla-“, así que “los expulsados de España, incluidos todas sus luminarias, vinieron a Tzfat por la Kabalá, la historia y la religión”, agregó el alcalde.

“Buscaban una buena vida, y Tzfat era miles de veces mejor que Jerusalem en términos económicos por el constante comercio que había, dado que ya en el siglo XII, los cruzados construyeron una fortaleza enorme, con tres murallas, y como en esa época había solo dos puertos, uno en Aco (Acre) y otro en el Líbano, todos los barcos con mercancías que venían por el mar Mediterráneo para llegar a Damasco debían pasar por Tzfat, que está a cien kilómetros y era la ciudad más grande de esta zona, y todo lo que llegaba desde China y el Lejano Oriente hacía el recorrido inverso”, prosiguió.

Shohat señaló que en el reverso del billete de 200 shkalim hay una imagen de la sinagoga de Abuhav con la explicación del nombre Tzfat, que tiene que ver con mirar y tener expectativas (letzapot).

Pero la fama de esta ciudad tendría otra explicación, vinculada con la Kabalá: “En la plegaria matutina de Shajarit se dice ‘Ubajar Hashem be-Tzión ivá lemoshav lo’, que en hebreo simple significa que el Santo Bendito Sea eligió a Jerusalem y a ‘Ivá’ para morar, y Haarí Hakadosh (sagrado) explica que si agarramos el abecedario y espejamos sus letras, la alef, la vav y la hei de ‘Ivá’ remiten a la tav, la fei y la tzadik, que forman la palabra Tzfat, así que el Mahíaj vendrá de esta ciudad, por lo cual tenemos que preparar a la gente, construir caminos, etc. para que pueda llegar hasta Jerusalem”, interpretó.

El intendente también enseñó que el pueblo judío tiene cuatro ciudades sagradas -Tzfat, Jerusalem, Tiberíades y Hebrón-, cada una de las cuales representa uno de los pilares del mundo; en ese entendimiento, a la primera le corresponde el aire y el viento, en referencia al espíritu y el misticismo.

Por otra parte, “en todo Israel hay ieshivot (institutos rabínicos) hesder o sionistas, cuyos alumnos trabajan y son reclutados para el Ejército, y en Tzfat hay dos”, destacó el gran rabino Eliahu, uno de cuyos hijos ingresará el año que viene a una institución de ese tipo, situada cerca de Ashdod.

Pero además se trata de una urbe llena de “tranquilidad, amistad, hermandad y paz”, que Shohat atribuye -quizás en broma o quizás en serio- a que “ni Jesús ni Mahoma dijeron haber estado en Tzfat, así que no les interesa a los cristianos ni a los musulmanes, y si recorren la Ciudad Vieja verán que es el único lugar donde un judío puede sentirse plenamente como tal”.

Finalmente, se trata de “una ciudad de consensos: el Shulján Aruj es el único libro del mundo judío que firmaron más de 200 rabinos ashkenazíes y sefaradíes; en 1948, en la Guerra de la Independencia, fue la única ciudad donde estuvieron juntos (las organizaciones armadas) la Haganá, el Leji y el Etzel; y hace tres años, todo el gobierno de Israel se reunió un fin de semana”, se ufanó su alcalde.

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