Itongadol/AJN.- Martín Kupiec, presidente de la Asociación Israelí Génetica y profesor en la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Tel Aviv, contó en una entrevista con la Agencia Judía de Noticias sobre su actual investigación sobre los procesos que ayudan a mantener el genoma humano cómo corresponde.
El presidente de la Asociación Israelí de Génetica y profesor en la Universidad de Tel Aviv, Martín Kupiec, dialogó con la Agencia Judía de Noticias (AJN) y contó sobre su actual investigación en el campo científico. "Estamos interesados en los procesos que ayudan a mantener al genoma cómo corresponde”, indicó en alusión a sus trabajos en los que utiliza levadura por poseer “todos los atributos de una célula humana”.
Kupiec, quien se instaló en Israel en el año 1977 y estudió Biología en la Universidad Hebrea de Jerusalem, contó que actualmente está en la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Tel Aviv.
Respecto a su actual investigación, el científico argentino israelí agregó: “Todo el tiempo el genoma humano está bombardeado por factores que lo atacan”. “Por un lado está el ataque de productos químicos y radiaciones provenientes del exterior, como por ejemplo los rayos UV, gama y X. Todo eso nos rompe el ADN”, explicó y añadió: “El ADN, que es lo que forma el genoma es muy frágil, y se rompe constantemente. Algo así como 50 tipos de daño, por hora, por célula”.
“Si no tuviéramos los mecanismos que tenemos para repararlas estaríamos muertos”, explicó el profesor universitario y agregó: “Por un lado están los ataques externos, pero por otro lado incluso el metabolismo normal de la célula, como éstas tienen metabolismo aeróbico, es decir tienen oxigeno, produce daño a las células y rompen el ADN, entre otras cosas”.
En este marco, agregó: “Hay mecanismos sofisticados que nos ayudan a sobrevivir de estos problemas”. El presidente de la Asociación Israelí Genética, contó que en su laboratorio utiliza “un organismo modelo que se llama levadura”. “Es la misma que nos da el pan, cerveza y vino. Es muy sofisticado y es unicelular y muy fácil de hacerlo crecer y desarrollarse”, indicó.
El científico remarcó entre otras cualidades positivas que la levadura es “barata”, se alimenta de “cualquier cosa” y se puede “hacer crecer en cantidades y tiene todos los atributos de una célula humana”.
Por esto es que siempre “lo que se logra descubrir en una levadura es siempre relevante para el ser humano”. “La gran ventaja de la levadura es que es el primer organismo que fue secuenciado mucho antes que el genoma humano y por lo tanto se desarrollaron muchas técnicas sofisticadas que no existen en otros y así nos ayudan a plantear preguntas que nos interesan”, indicó.
El profesor explicó que “en forma muy simplificada” tenemos “dos líneas mayores de experimentación”. “Lo que se estudia es cómo hacen las células para corregir o arreglar un cromosoma que se rompe. Si se rompe en dos, hay un mecanismo muy sofisticado que busca en todo genoma si tiene una secuencia de ADN similar y la usa para corregir el daño”, explicó y agregó que “cuando de manera artificial se logra insertar en la levadura información de un cromosoma en otro, cuando rompemos un cromosoma determinado tiene que buscar por todo el genoma y encontrar un pedazo de ADN que es parecido presente en otro cromosoma, las células lo hacen con una eficiencia de cerca del 100 por ciento”.
“Desarrollamos sistemas en los cuales podemos lograr romper un cierto cromosoma en todas las células de la población en forma controlada y ver cómo hacen las células para reparar el cromosoma, las células harán lo que puedan para sobrevivir y entre otras cosas se vuelven cancerigenas”, alertó.
Por último, al ser consultado sobre si realizan trabajos con universidades en Latinoamérica, contestó: “Viajé a Argentina varias veces y hablé con mucha gente, incluso con el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), tuve muchos contactos, pero no logramos mover nada”.
“Incluso hablé, cuando nombraron al nuevo ministro de Ciencia, estuvimos en contacto, ellos vinieron a Israel y nosotros a Argentina, pero no logramos nada”, relató y agregó que, si bien “hay muy buena voluntad”, no es suficiente. “No es que no estemos interesados, mucha gente estaría muy interesada en poder trabajar en conjunto, pero nada llegó a buen puerto”, resaltó.
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