Itongadol.- Cuando se instaló la fuente de agua y fuego en Tel Aviv en 1986, los residentes celebraron la escultura por su tecnología y su carácter artístico. El artista israelí Yaacov Agam aceptó donar su trabajo a la ciudad y que fue considerado como un gran logro que se erigió en Tel Aviv.
Situada en el centro de la plaza Dizengoff – muchas veces llamada el “Times Square” de Tel Aviv – la fuente de Agam se convirtió rápidamente en un punto de referencia. Todo el que paseaba por la plaza se detuvo a mirar el agua disparar hacia arriba, el escupir del fuego en el aire y la reproducción de música sincronizada.
"El fuego y el agua en la escultura recrean los elementos dinámicos del tiempo y el cambio", explicó el artista Ron Agam, hijo de Yaacov. "El elemento más importante de esta obra de arte es la celebración de la vida, lo más constante en la vida es el cambio y todo está siempre en movimiento."
Pero a medida que pasaron los años la escultura fue perdiendo su brillo. La fuente rechinó hasta detenerse. El agua no se disparaba, el fuego se había apagado durante mucho tiempo y no había música para ser oída. Las palomas defecaban en ella, la gente escribía grafitis en todos lados y se convirtió en una de las mayores monstruosidades de la ciudad.
Agam se quejó en la municipalidad de Tel Aviv sobre el estado de su escultura y después de una larga lucha, ganó el enfrentamiento legal que para que sea restaurada su belleza original.
Hoy en día, Tzlilit Ben Navat, directora del Departamento de Artes en el municipio, afirma que las personas se detienen a mirar de nuevo a esta gigantesca obra de arte público. "A los turistas les gusta. Está ubicada en una zona céntrica, en términos de tráfico a pie", explicó.