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Experta de Yad Vashem: “El mayor peligro para la Shoá es la ‘negación suave’, su banalización”

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“El mayor peligro para la Shoá es lo que llamo ‘negación suave’, su banalización”, aseguró la directora de la Escuela Internacional de Estudios del Holocausto del memorial Yad Vashem de Jerusalem, Dorit Novak (foto), a la Agencia Judía de Noticias (AJN), en el marco de la reunión semestral del Grupo de Trabajo para la Rememoración, Investigación y Educación de la Shoá, que sesionó la semana pasada en Mechelen, Bélgica.
Para la experta, el presidente iraní, Mahmoud “Ahmadinejad constituye un problema internacional que los países deben solucionar porque es una amenaza mundial y no sólo para Israel”, pero él “no es la mayor preocupación de la gente que se ocupa de la enseñanza de la Shoá porque, en general, la gente de todo el mundo sabe que existió”.
En cambio, “el mayor peligro son aquellos que dicen: ‘la Shoá existió, pero no fue tan grande, ni terrible; no fueron seis millones, sino tres, dos o cuatro’ o ‘ustedes son tan judeocentristas que no ven que no fue un acontecimiento único, siempre pasó lo mismo’”.
“La Shoá fue un acontecimiento incomparable de la historia de asesinatos y genocidios porque ningún otro estuvo basado en una ideología demente que se tradujo en acciones homicidas; no fue por pragmatismo, fue un acontecimiento sin otro objetivo que asesinar”, refutó Novak.
La funcionaria de Yad Vashem especificó que “no hubo otro acontecimiento en el cual persiguieran a todo un pueblo en todas partes” y puso como ejemplo que “los hutus perseguían a los tutsis de Ruanda, pero no decían: ‘queremos exterminar al tutsi que vive en los Estados Unidos’, sino ‘no lo queremos en nuestra zona’”.
“Los alemanes pasaron todos los límites: persiguieron a los judíos en todas partes, quisieron borrar todo recuerdo de su legado y cultura… éstas son cosas que en ningún otro lado ocurrieron, pero si pasaron una vez, pueden repetirse”, advirtió.
En forma paralela, “el antisemitismo es una de las mayores amenazas que se ciernen sobre la integración de la sociedad moderna, que es cada vez más heterogénea, y no creo que amenace (sólo) a los judíos, sino a la capacidad de vivir con gente de otras culturas y credos”, aseguró Novak.
La experta predijo que “si cualquier sociedad del mundo cuida” a sus minorías “no sólo desde el punto de vista educativo, que por supuesto hay que apoyarlo, sino también con medios legales, de motivación y fortalecimiento y una combinación de muchas otras cosas para que el mensaje más significativo sea: ‘acá no’, tales ataques no ocurrirán”.
“Creo que todo acontecimiento en el cual gente ataca a sus vecinos, antes que nada amenaza a la sociedad, que debe protegerlos porque así se protege a sí misma, y esto no sólo es válido respecto de los judíos”, enfatizó.
“Si no aprendemos de esto y desarrollamos la sensibilidad y la responsabilidad de los jóvenes respecto de lo que ocurre a su alrededor, pobres de nosotros”, agregó Novak, para quien esa tarea recae en “los educadores”.
Al respecto, la directora de la Escuela Internacional de Estudios del Holocausto del memorial Yad Vashem contó a AJN que la misma “se ocupa especialmente de hacer un trabajo educativo con jóvenes y educadores, en el sentido amplio de la palabra: docentes, personas de la educación no formal, disertantes en universidades, decisores en materia de educación, rabinos, sacerdotes, gente que pertenece a una comunidad y tiene la voluntad de influir sobre ella…”
“Asumimos la responsabilidad de capacitarlos y acompañarlos en la implementación posterior porque para nosotros no basta con que la gente salga de Yad Vashem y diga: ‘aprendimos cosas y tuvimos una experiencia muy significativa, que nos cambió la vida tanto desde lo personal como desde lo profesional’”, sino que “el examen es que vuelvan a sus países y trabajen en la educación sobre la Shoá” porque “si no lo hacen, tuvimos un 50 por ciento de éxito”, evaluó.
“Nuestra función es seguir en contacto con ellos, así que los acompañamos, los apoyamos, a veces los guiamos en sus proyectos, pero lo fundamental es crear una red activa de educadores de diferentes países, y también entre países, que se ocupe de la enseñanza de la Shoá porque los sobrevivientes tienden a desparecer, es algo natural, y la pregunta que está sobre la mesa es quién los citará, quién contará la historia, quién se asegurará de que esta historia sea contada, y ésos son los educadores”, resumió Novak.
La experta reconoció que el aporte de “los medios, la prensa y las películas de Hollywood es importante, pero no fundamental, ni sistemático, y no garantiza que (la Shoá) permanecerá en la memoria colectiva”.
“Es muy peligroso que no la recordemos”, subrayó.
Finalmente, la directora de la Escuela Internacional de Estudios del Holocausto del memorial Yad Vashem destacó “la mera existencia” del Grupo de Trabajo para la Rememoración, Investigación y Educación de la Shoá.
“El hecho que 31 países lograran acordar la Declaración de Estocolmo, que los compromete a implementar educación, investigación y actividades de recordación sobre el tema de la Shoá, tiene un enorme valor en sí mismo y aun antes de que hagamos algo”, reconoció.
“En segundo lugar, pienso que hay algo muy importante en la decisión política de que personas no judías de 31 países estén comprometidas y realicen actividades sobre una base prefijada sobre la Shoá, por las razones que fuera; ya con eso hicimos un montón”, prosiguió Novak.
“Más allá de eso, profesionales, educadores, planificadores de educación, memoriales y museos pasan muchas horas cooperando y debatiendo un montón de temas importantes del orden del día que a todos nos preocupan: cómo hacer relevante la Shoá, qué hacer con los derechos humanos, cómo unir la Shoá con temas actuales…”, concluyó.

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