Con motivo de la presentación del libro “Derechos sociales para todos y entre todos. Hacia una ciudadanía plena”, que reúne las ponencias del coloquio del mismo nombre realizado en junio de 2010, la AMIA y la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) organizaron una actividad titulada “Derechos sociales en un mundo en crisis. Nuevos desafíos y experiencias renovadoras”, de la cual participaron como expositores Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; Marita Perceval, subsecretaria de Derechos Humanos de la Nación; Cristina Calvo, docente del programa Amartya Sen de la Universidad de Buenos Aires; Bernardo Kliksberg, profesor honorario de esa casa de altos estudios y asesor especial de las Naciones Unidas; y Alberto Minujin, profesor de la New School University (foto).
En cambio, el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Juan Manuel Abal Medina, cuya presencia estaba anunciada, envió una conceptuosa misiva disculpándose por no poder asistir debido a problemas de agenda.
Previamente, la vicerrectora de Asuntos Académicos de la UCA, Beatriz Balian de Tagtachian, destacó la cooperación entre ambas entidades en todo lo relacionado con la difusión de los derechos humanos -en especial, los denominados “derechos sociales”-, así como el pluralismo con que los mismos han sido considerados y el compromiso que tienen con la temática.
Por su parte, el vicepresidente primero en ejercicio de la titularidad de la institución anfitriona, Ángel Barman, agradeció la presencia de los concurrentes que llenaban el salón auditorio de la AMIA y manifestó que es imperioso difundir todo lo relacionado con la defensa de los derechos sociales, tarea en la cual están trabajando en conjunto la AMIA y la UCA.
Las exposiciones del panel las inició Calvo, quien se refirió a la crisis social que se está viviendo en todo el mundo, la cual -a su entender- se evidencia en la separación de las esferas económica y social y entre el sostenimiento de la democracia y las necesidades del mercado y en la gran desigualdad existente entre el trabajo y la creación de la riqueza.
En tanto, Carlotto se refirió a la tarea que realiza la institución que preside y explicó que a partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 se produjo un cambio trascendental en su vida, al igual que en la de otros miles de argentinos y que, a partir de un agrupamiento voluntario inspirado en el respeto por el otro, comenzaron a luchar por la vigencia de los derechos humanos y, desde 1983, para que lo ocurrido no vuelva a pasar.
Perceval se refirió a la lucha que en la Argentina y en el mundo se llevó a cabo para imponer el respeto de los derechos humanos, que en muchos lugares todavía no se logró, y afirmó que “todos y todas tenemos derecho a tener derechos”, para luego centrarse en los de la mujer y sostener, finalmente, que en la Argentina se ha producido un importante avance en la defensa y reconocimiento de los derechos sociales, en especial a partir de 2003.
Luego de referirse a los padecimientos sufridos por los familiares de los desaparecidos, a quienes se les negó todo tipo de derecho, Kliksberg aseveró que lo acontecido sólo fue superado por el nazismo y se manifestó muy preocupado por la manera en que se está enfrentando la crisis mundial, con políticas recesivas y de ajuste que afectan a la mayoría de la población, mientras que el uno por ciento de ella, el que impone esas medidas, no se ve perjudicado.
Posteriormente, el asesor de la ONU realizó una ponderación del movimiento de “indignados” que se está produciendo en el mundo, pues sus reclamos están centrados en combatir a quienes no respetan los derechos sociales y humanos.
Finalmente, Kliksberg expresó que tiene mucha esperanza en el futuro del país, pues considera que se está actuando acertadamente en este campo.
Al cerrar el panel, Minujin alegó que tanto la relevancia de las exposiciones escuchadas como el hecho que temas como la lucha por los derechos humanos y los derechos sociales sean tratados y analizados evidencian un cambio en la percepción de lo que está ocurriendo en el mundo.
Entre los presentes se encontraban el presbítero Víctor Manuel Fernández, rector de la UCA, miembros de la Comisión Directiva de la AMIA y los compiladores del libro, Agustín Salvi (UCA) y Nora Blaistein (AMIA).
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