El presidente de la AMIA, Guillermo Borger, solicitó de manera sorpresiva una licencia de sesenta días en momentos que sigue sin definirse la futura conducción de la institución comunitaria.
El pedido de Borger será analizado en la próxima reunión de la comisión directiva de la AMIA que se realizará el próximo jueves. Si la solicitud es aceptada, Borger volvería recién el próximo 30 de octubre con el objetivo de presidir la Asamblea Electora que definirá las autoridades de la futura conducción.
En una entrevista exclusiva con la Agencia Judía de Noticias (AJN), el dirigente hizo un balance de su gestión, se refirió a la actual situación institucional, a la relación con el Gobierno y al futuro de la AMIA.
En principio, Borger será reemplazado por el vicepresidente primero Angel Barman, quien es candidato del Bloque Unido Religioso (BUR) para encabezar la próxima gestión.
No obstante, Barman no asumirá el cargo en forma inmediata debido a que está de viaje y la conducción de la institución comunitaria quedará a cargo del vicepresidente segundo, José Scaliter, de la agrupación AMIA es de Todos.
A continuación la entrevista.
-En principio, ¿cuál sería el motivo por el que decidió solicitar está licencia en su cargo?
-Como es de público conocimiento nuestra gestión que tendría que haber terminado el pasado 31 de mayo se viene prologando ya más de dos meses con falta de definiciones políticas comunitarias. Si bien está absolutamente todo en regla y estamos absolutamente legal y democráticamente constituidos y en plena gestión, por distintas estrategias políticas no hay acuerdo y está situación se va prologando. Medida tal que el 7 de noviembre va a ser la próxima asamblea electora para decidir las nuevas autoridades de la AMIA. Mi vida privada, familiar y comercial ha llegado al momento que debo tomarme algún paréntesis para justamente reactivar mi vida habitual y normal. Justamente con ese fin estoy pidiendo la licencia de 60 días dejando la salvedad de que hay muchas gestiones encaminadas de mi presidencia que se irán llevando a cabo, cuestiones que están en agenda, confirmadas antes de este pedido de licencia, que solamente es un tema provisorio porque en cualquier momento me puedo reincorporar como presidente de la AMIA. No obstante, esta licencia recién va a surgir efecto a partir de la próxima reunión de comisión directiva, el próximo jueves cuando se va a presentar formal y oficialmente este pedido de licencia, que en principio estoy pidiendo hasta el próximo 30 de octubre, para participar ya sin licencia de la próxima reunión del RAT, presidiendo justamente lo que es la junta electora.
-Estos 60 días, ¿pueden interpretarse como el inicio de un proceso de transición en la conducción de la AMIA?
-No. No estamos formalizando una transición porque no hay transición mientras no se resuelvan las nuevas autoridades. Mientras tanto, la actual comisión directiva, en el orden correspondiente, me estará asumiendo provisionalmente a través del vicepresidente primero, pero en total relación y articulación con mi persona también.
-¿Cuál es la lectura política que se debe hacer de esta decisión en un momento particular de la AMIA sin la concreción de sus autoridades?
-La situación general en que está transcurriendo este momento de la AMIA es absolutamente distinta porque esto jamás se planteó en la historia de la institución. No hay experiencia de lo que está sucediendo. Por eso digo que no es momento de transición, ni es un momento especial. Lo que sucede es que al haberse prolongado nuestro período y como esto la verdad que se está haciendo largo, no hay otro mensaje ni estrategia que avanzar a la próxima asamblea electora donde suponemos que se estarán definiendo las próximas autoridades.
-¿Cómo calificaría su gestión de tres años y cuál es la percepción que le transmitieron los socios?
-Es un poco más de tres años y quienes deberían calificarla son los socios y la comunidad en general. Por supuesto que tengo mi feeling con mi concepción. Desde un principio me volqué a esta gestión y deje mi actividad profesional y privada para dedicarme de lleno a la AMIA y así lo hice y obtuve logros constantes. Es una gestión delicada y compleja, pero por la alta relación y permanente disposición de mi persona respecto de la AMIA se cumplió correctamente. Hubo jornadas de 24 horas cuando me tocó viajar al exterior, esto hizo que adquiriera una experiencia importante que no contaba. Modestamente tengo una sensibilidad humana que me permitió percibir las necesidades de la gente. Gracias a mi formación de judío observante pude ver la sensibilidad con la que la gente quería que se la viera, con sus necesidades en educación, de nuestros cementerios y culturales. Así como nos brindamos la respuesta fue muy buena, haciendo un trabajo importante. Por supuesto que es mejorable y hubo cuestiones criticables y seguramente hay errores que hemos cometido. Pero lo hicimos todo de corazón y, como se dice, con la camiseta de la AMIA puesta, así lo percibo y así fueron los logros.
-Si bien este es un pedido de licencia, también supongo que para usted es un momento de balance de esta gestión, y en ese análisis, ¿qué fue lo que se hizo y qué quedó pendiente?
-Estamos elaborando un informe de lo que nos propusimos hacer y estamos gestando una carpeta de actividades que se deberían realizar y entendemos que son necesarias para la comunidad. En principio puedo decir que la AMIA queda absolutamente sólida económicamente, pero también queda bien en lo que tiene que ver con la parte organizativa de acción y de gestión permanente. Hemos llegado a los sectores más vulnerables de la sociedad, incluso en las áreas más delicadas, expandidas y abiertas de la comunidad. Por ejemplo la red de educación se fue mejorando y fortificando sensiblemente.
-Esta licencia no la tendría que haber pedido si el proceso eleccionario se hubiera completado. Cómo presidente de la AMIA, ¿cuál es su opinión sobre la falta de definición de las elecciones en la AMIA?
-Como judío comprometido con la comunidad judía, la verdad que me duele. La comunidad necesita y tiene el derecho absoluto de una gestión permanente. Todas estas situaciones y estrategias políticas debilitan de alguna manera lo que es la gestión diaria porque hay mucha gente ocupada en los análisis políticos y a veces se deja un poquito más de lado la gestión, lo cual desde lo personal considero que la escala de valores es al revés, debemos continuar gestionando más allá de la política. Entiendo que el proceso eleccionario se va a definir en cualquier momento, pero todo esto que se fue exteriorizando de la comunidad judía, entiendo que no nos hace bien. Hay mucha gente que a partir de esta irregularidad tan prolongada opina de cuestiones sin real conocimiento y esto va generando una sensación de una comunidad que realmente no es. La comunidad está absolutamente fuerte y en todos los sentidos hay que hablar desde el conocimiento, e invito a quien sea, que sienta a la AMIA como propia a que se acerque a trabajar y conocer lo que se viene haciendo y lo que se debe seguir haciendo.
-Mucho se habló antes y después de su asunción de la llegada de la ortodoxia a la conducción de la AMIA. Hoy cuando está a días, horas, de formalizar su pedido de licencia considera que la popularmente llamada ortodoxia necesita un período más para afianzar su proyecto en la AMIA.
-Ratifico lo que dije en otras oportunidades, mal llamada conducción ortodoxa. Esta es una conducción judía sensible con todos los contenidos judíos. Sin lugar a duda, la AMIA siempre debe tener esa visión como comunidad judía, como comunidad judía abierta a la sociedad, desde los contenidos judíos, siendo ejemplo y solidaria a toda la sociedad. También debe ser de inclusión en general sin meternos en la individualidad de cada miembro. Cada uno es libre de llevar su judaísmo de la mejor manera que le plazca. Seguro que la AMIA es la comunidad judía de todos, abierta, debe ser un ejemplo para la sociedad pero solamente como comunidad judía desde el corazón judío. Para que este judaísmo tenga continuidad debe estar conducido por personas sensibles y por judíos íntegros que sean sensibles a la continuidad del emshej judío.
-Para pasar en limpio, ¿está diciendo que tendría que continuar una conducción ortodoxa?
-Bueno, entiendo que sí porque se debe tener una formación y no una percepción judía. Hay mucha gente que se siente judío y percibe determinadamente el judaísmo. El judaísmo hay que conocerlo, hay que estudiarlo y es la única forma de poder conducir una comunidad.
-Tras reiterados fracasos para conformar el nuevo gobierno de la AMIA, en las instituciones judías se dice que esta falta de definición es porque la comunidad está partida.
-Por supuesto que todo lo que implica partir la comunidad no comparto para nada. Creo que fundamentalmente quienes quieran dirigir la comunidad, quienes tienen una sensibilidad judía no pueden… El judaísmo no se adquiere por osmosis, ni por feeling, ni por percepciones. Se nace judío, hay que estudiarlo, hay que conocerlo para poder actuar como judío con la sensibilidad judía.
-Entonces, desde esta concepción, sólo la observancia tiene ese cofre.
-Hay observantes que saben y hay otros observantes que saben menos. La observancia le da mayor amplitud, mayor cantidad de conocimiento. Se supone que quien es observante para llegar a determinado grado se ha compenetrado en lo que es el judaísmo en todas sus facetas. Se supone que la persona observante es más conocedora de cómo se conforma el judaísmo. Quien se denomina observante y no conozca el judaísmo de la misma manera debe aprender mucho más.
-¿Cuál es la diferencia entre el Guillermo Borger que recibió un llamado del rabino Levin anunciándole que iba a ser presidente de la AMIA y el que deja la presidencia?
-Más maduro y rico en conocimiento y no en otra cosa. Soy una persona que en estos tres años aprendí de alguna manera a querer a la comunidad. Creo que la AMIA es una institución muy poderosa y muy fuerte, muy poderosa en cuanto a contenidos, llegando a lo humano en todos los órdenes sociales desde su nacimiento hasta que se va de este mundo, la AMIA acompaña al ser humano. Yo en estos tres años, para calificarlo de alguna manera, debo reconocer que me enamoré de la AMIA y me voy muy fortificado.
-¿Qué características debe tener el presidente de la AMIA?
-Conocimiento de lo que es el judaísmo que empieza hace miles de años, conocimiento de lo que es judío y conocimiento de cómo se debe ser un buen judío, conociendo, no sólo percibiendo, con ir a una charla de judaísmo no alcanza. Al judaísmo hay que conocerlo, profundizarlo y estudiarlo y volcarlo en consecuencia para todo lo que es la sensibilidad del ser humano. Se debe incluir a todo el mundo, no debe haber discriminación. Quien va a dirigir la AMIA debe ser judío para que de esa manera pueda hacer lo que la AMIA debe hacer: ayudar a los seres humanos.
-Ya pasaron más de tres años de su asunción y de aquel artículo periodístico que generó tanta polémica y donde se le adjudicaba haber hablado de judíos genuinos.
-Nunca dije la palabra genuino, pero todo judío es absolutamente genuino y toda la actividad de la AMIA es absolutamente genuina para todos los judíos.
-¿Cómo describiría la relación con el Gobierno?
-Con el gobierno de turno hay que tratar de tener la mejor relación, debemos articular el trabajo como ciudadanos sensibles, sea a través de la Red de Empleo de la AMIA o de otra forma. Si el gobierno entendió que nuestro trabajo es el adecuado debemos articular con ellos para una sociedad mejor. Para nosotros es un orgullo que el Gobierno argentino en todas sus áreas encuentre en la AMIA como un ejemplo.
-¿Y la relación con Macri?
-Es el jefe de Gobierno de la ciudad, con la mejor sensibilidad. Por supuesto que tenemos que siempre estar alerta de no depender ni del gobierno nacional, provincial o de la ciudad de Buenos Aires. Pero siempre articulando lo positivo que hacemos. La AMIA debe ser absolutamente autónoma, pero si aprovechar lo mejor de las articulaciones con el poder político.
-Si le menciono Irán, usted qué responde.
-Irán es una preocupación permanente que venimos reclamando hace ya muchos años porque son los autores principales del atentado donde murieron 85 personas en nuestra casa, en nuestra AMIA y es una gran factura pendiente. La AMIA debe tener y tendrá siempre el compromiso de reclamar para que se haga memoria y no nos olvidemos que Irán genera muerte y terror.
-Sobre el último acto por el aniversario del atentado a la AMIA, ¿qué me puede decir?
-Fue un acto de excelente convocatoria donde encontramos gente muy sensible que nos ayuda para hacer acciones destinadas a mantener viva la memoria y se ve en la presencia de casi 10 mil personas. Todo ratificado por la adversidad climática muy fuerte. Lo que rescato es que hubo una nueva generación que no vivió ese atentado y a pesar de eso está tomando la posta de estudiar lo que pasó y a través de los idiomas de los jóvenes se genera una nueva esperanza. Que haya jóvenes que fueron víctimas del terrorismo internacional en distintas latitudes que se unen para buscar un diálogo común con el fin de mantener viva la memoria y el reclamo de justicia es muy importante. En el acto del 18 de julio hubo distintas expresiones y, por supuesto, la voz oficial de la AMIA a través del presidente de la AMIA y algunos otros actores como Familiares (de las víctimas del atentado) que desde el dolor y la bronca han expresado -como considero yo erróneamente- un discurso muy politizado que entendemos que no era el momento ni el lugar para expresarlo. No obstante, nunca en estos 17 años existió la censura previa, nunca supimos el discurso de los familiares, y la persona que habló (Sergio Burstein) lo hizo en nombre de los familiares de la misma manera que los familiares no sabían y nunca reclamaron el discurso del presidente de la AMIA, como tampoco se conoce el discurso del invitado. Los familiares hablaron desde su propia boca y desde su responsabilidad por el contenido. La AMIA solo es responsable de lo expresado por el presidente de la AMIA.
-¿Cuál sería el mensaje que le dejaría a sus compañeros de gestión y a la misma comunidad?
-Simplemente muchas gracias.
En los agradecimientos, el presidente de la AMIA también saludó al Congreso Judío Mundial, al Comité Judío Americano y a la Liga Antidifamación, entre otras organizaciones.
-Por último, en esta gestión tuvo la oportunidad de ir a distintos puntos del planeta, ¿cuál fue el momento más sensible que vivió?
-Tuve la oportunidad de hacer viajes a distintas partes del mundo y a partir de la relación con el Gobierno argentino tuve la posibilidad de viajar a Alemania cuando se realizó la Feria del Libro y Argentina fue designada como anfitriona con motivo del bicentenario. La Argentina entendió que debía acompañar la AMIA y para mi fue un desafío importante y un orgullo que participe la comunidad judía. Pero en lo personal fue muy especial porque yo nací en Alemania y casi 60 años después volví al país donde nací como presidente de la comunidad judía de la Argentina, pude hablar frente a las autoridades alemanas expresando que en ese país mataron a toda mi familia y tuve el orgullo de volver como presidente de la comunidad judía diciendo lo que el judaísmo aportó al desarrollo de la Argentina.