La tumba del principal asistente de Adolf Hitler, Rudolf Hess, fue profanada la semana pasada, según un informe conocido hoy jueves. De acuerdo a lo precisado, el sepulcro y los restos del jerarca nazi fueron quemados por desconocidos.
Según un informe del periódico alemán Süddeutsche Zeitung, los descendientes de Hess llegaron al lugar y se encontraron con la tumba de sus ancestros destruida.
El lugar se había convertido en un punto de peregrinación para los neonazis.
Los restos de Hess fueron exhumados, los huesos incinerados y las cenizas esparcidas en una ceremonia en el mar.
A pesar de que la nieta del oficial nazi inicialmente se opuso a la medida después del ataque, fue persuadida por la junta de la Iglesia Evangélica Wunsiedel, que se encarga del cementerio, para retirar una demanda que había presentado contra las autoridades.
Cada año en el aniversario de su muerte, los neonazis se movilizan y realizan un acto frente a la tumba, en el que se ven guirnaldas y chasquidos con el saludo nazi.
Hess fue juzgado y condenado por el Tribunal Militar Internacional de Nüremberg por crímenes de lesa humanidad y por delinquir con otros líderes alemanes en 1946 siendo condenado a cadena perpetua.
El líder fue encarcelado en la prisión de Spandau en Berlín, donde permaneció hasta que se suicidó a los 93 años el 17 de agosto de 1987, tras quedar como el último miembro sobreviviente del gabinete de Hitler.
GB
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