La firme posición del primer ministro de Canadá, Stephen Harper (en la foto, a la derecha de su par británico, David Cameron), evitó que el Grupo de los 8 (G8) países más poderosos del mundo fijara las fronteras de 1967 para un futuro Estado palestino en su llamado a la reanudación de las conversaciones de paz en la resolución final con motivo de la cumbre desarrollada en Deauville, Francia.
“Las negociaciones son el único camino para una solución amplia y duradera del conflicto”, señaló finalmente el comunicado del G8.
Los líderes mundiales “instamos a ambas partes a regresar a conversaciones de fondo con miras a concluir un acuerdo-marco sobre todas las cuestiones relativas al estatus final”.
Si bien no explícitamente, el tema de las fronteras estuve presente cuando afirmaron que “expresamos nuestro firme apoyo a la visión de la paz israelo-palestina esbozada por el presidente Obama el 19 de mayo de 2011”, en el cual pidió que esos límites sirvan de base para las conversaciones, aun cuando admitió la posibilidad de un intercambio territorial.
El fuerte apoyo de Canadá a Israel desde que Harper asumió, en 2006, habría sido una de las razones para que Ottawa no lograse ingresar como miembro no permanente al Consejo de Seguridad por América.
El año pasado, el jefe de gobierno canadiense describió a Israel como “el único país del mundo cuya mera existencia está bajo ataque y es condenado constante y visiblemente”, razón por la cual “estamos moralmente obligados a tomar una posición” en su defensa.
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