El miembro del Parlamento australiano Anthony Albanese instó al consejo de Marrickville, en Sydney, a que rescinda su boicot contra Israel en una votación prevista para mañana martes.
El consejo de 12 miembros aprobó el boicot en diciembre pasado como parte de una serie de sanciones.
Un informe de funcionarios municipales la semana pasada estableció que el costo para los contribuyentes de cualquier boicot alcanza un mínimo de 3.7 millones de dólares.
Australia se sumó a la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS, por sus siglas en inglés), que surgió en 2005 con el objetivo de lanzar una campaña no violenta para que Israel detenga sus agresiones contra los palestinos.
"Creo que necesitamos políticas de promoción: Para ganar no se tiene que ser anti-israelí o pro-palestino. Creo que es muy importante para avanzar en estas cuestiones", sostuvo Albanese.
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