Más y más israelíes se están sumando a la tendencia mundial de comprar sus productos frescos de granjas orgánicas pequeñas. Pero porque son granjeros, y no necesariamente empresarios, la mayoría de estos negocios familiares no están administrados en la manera más óptima posible.
Los consumidores que reciben el producto fresco en sus hogares por lo general no pueden opinar sobre qué tipo de frutas y vegetales recibirán y a pesar de los evidentes beneficios para la salud, la discrepancia en los precios entre los productos de tiendas y la producción orgánica es demasiada.
Por este motivo, la empresa israelí Farmingo se planteó el objetivo de mejorar las operaciones cotidianas de pequeñas granjas orgánicas, aumentando su efectividad y rentabilidad.
El equipo de esa empresa ha estado involucrándose con granjeros y han descubierto que se enfocan tanto en los alimentos que cosechan, que su negocio se ve descuidado.
Los granjeros se quejaban de que pasan por lo general 30 horas semanales respondiendo llamadas y correos electrónicos; tiempo que preferirían pasar en sus jardines.
Entonces, la visión de la empresa –que se está implementado- es generar aplicaciones de software que permitirán un buen manejo de la relación consumidor-productor y del comercio electrónico para la industria.
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GL