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Esperando al Papa en el Muro de los Lamentos

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El Rabino Shmuele Rabinowitz está acostumbrado a los focos y cámaras. Conoce al dedillo el concepto ‘paparazzi’. En los últimos años, ha recibido a personajes tan variados como Enrique Iglesias, Barack Obama o Madonna. O a la top model israelí, Bar Refaeli y su novio, Leonardo Di Caprio, cuya fugaz visita acabó con peleas con los fotógrafos. "He acompañado a numerosas personalidades y dirigentes para que recen o pongan un deseo en un papelito en el Muro pero nada se puede comparar a la llegada del Papa, que es la máxima autoridad de una religión con tantos adeptos en todo el mundo", confiesa Rabinowitz, más conocido como ‘el Rabino del Kotel’.

Un hombre de pequeña estatura y grandes anécdotas con líderes mundiales que por discreción no difundirá nunca. Lo que no olvida es el ‘incidente’ con Obama el pasado mes de julio. Tras acompañar al entonces candidato demócrata norteamericano, sintió que estaba al lado del nuevo líder del mundo. Pero lo que no imaginó es que al día siguiente un diario israelí publicara el contenido del papelito que Obama introdujo en los escasos espacios que aun quedan vacíos de la milenaria pared, único resto del antiguo templo destruido y el lugar más sagrado del judaísmo. Rabinowitz envió una carta a la Casa Blanca excusándose. "No se puede romper la intimidad y la relación directa con Dios. Nadie tiene derecho", dijo intentando mantener la calma pero deseando encontrar al gracioso que recogió el papelito de Obama y se lo entregó al diario.

Escasos días antes de recibir al Papa, el Rabino del Kotel responde a los interrogantes de esta visita. "Es muy importante y emocionante. Le recibiremos con mucho respeto. Espero que sirva de punto de encuentro entre las religiones. Es una gira que reconoce la herencia y el legado del judaísmo en todo el mundo. Estamos seguros de que respetará y reconocerá los símbolos de la religión judía y su eterna conexión a esta tierra", contesta.

Una gira no exenta de polémica, entre otros motivos, por el prelado tradicionalista Richard Williamson y sus declaraciones negando las cámaras de gas nazis y cifrando en 300.000 los judíos asesinados en el Holocausto en lugar de los seis millones. La decisión del Papa Benedicto XVI de levantar la excomunión de Williamson provocó la indignación de Israel y la comunidad judía en el mundo. El Rabino del Muro de las Lamentaciones prefiere no lamentarse pero envía en ELMUNDO.ES un mensaje muy claro: "Espero y deseo que durante esta visita el Papa deje claro que no se puede dudar ni por un segundo de la existencia del Holocausto. En esta visita se debe exigir y asegurar que no vuelva a ocurrir y condenar sin paliativos a los negacionistas. No podemos tolerar que haya nuevos hitleres".

Cuando le pregunto si es una exigencia, matiza: "Insisto en que no quiero hablar sobre ese obispo en concreto porque no conozco todos los detalles. No puedo ni quiero pedir nada al Papa. Solo espero que así lo haga. Luego evidentemente él decidirá lo que crea oportuno".

No desea acabar la conversación sin un mensaje de concordia. "Una de las razones de la importancia de esa visita es que hay que apostar por una religión de paz y no de discordia. La religión debe servir parar acercar pueblos y mejorar la seguridad y no dañarla. Los líderes religiosos debemos contribuir a fomentar la paz", concluye antes de pronunciar el tradicional ‘amen’.

El Rabino del Muro de las Lamentaciones, una marea de peregrinos llegados de todo el mundo y 80.000 policías y agentes israelíes esperan impacientes la llegada del Papa Benedicto XVI este lunes a Tierra Santa. Jerusalem, Belén y Nazaret son sus estaciones.

SAL EMERGUI

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