Una nueva película alemana recupera la figura de un hombre que muchos preferirían olvidar: Veit Harlan, director de la infame película de propaganda nazi "El judío Süss", un éxito durante la guerra que sirvió para allanar el terreno al Holocausto.
"Harlan – Im Schatten von Jud Söss" (Harlan – A la sombra de ‘El judío Süss’), recientemente estrenada en Alemania, se centra en el trabajo más notorio del realizador, revisando su producción desde la perspectiva de la extensa familia que dejó atrás.
El director Felix Möller dijo a Reuters que grabando el documental quería no solo explorar la cuestión "tabú" de Harlan, sino también mostrar que la familia había manejado el legado de su trabajo durante el régimen de Adolf Hitler.
"Nuestra historia como nación bajo el nazismo ha sido investigada en profundidad. Pero muchas familias aún no han hecho nada para averiguar lo que ocurrió dentro de ellas", dijo Möller, de 43 años.
En entrevistas con los hijos y nietos supervivientes de Harlan, la película filme presenta un amplio espectro de respuestas al hecho de vivir con en estigma de un antepasado tan controvertido.
El hijo mayor de Harlan explica cómo intentó convencer a su padre de que asumiese la responsabilidad por las películas, mientras que un hermano menor rechaza hablar públicamente del asunto. Otros hijos cambiaron sus nombres para poder encontrar trabajo después de la guerra.
"El judío Süss", estrenada en septiembre de 1940, era una visión obligatoria para las SS de Heinrich Himmler y fue proyectada a las poblaciones locales en países bajo la ocupación nazi antes de las deportaciones masivas de judíos, según el Museo Histórico Alemán.
Con un elenco de personajes que interpretan estereotipos populares, la película cuenta el ascenso y caída del astuto empresario judío Joseph Süss Oppenheimer, que utiliza el dinero para comprar poder e influencia entre sus maestros cristianos en la Alemania del siglo XVIII.
Harlan, cuya primer mujer, judía, murió más tarde en Auschwitz, dijo tras la guerra que Göbbels le había obligado a dirigir la película, y se negó a asumir responsabilidades por "Süss" y otras películas nazis.
"Está sin verificar", dijo Möller. "Algunos dicen que Harlan se resistió pero también hay pruebas considerables de que vio "El judío Süss" como una oportunidad para su carrera y estuvo contento de trabajar en ella".
AFILAR EL CUCHILLO
Harlan no fue un antisemita genuino, según Möller."Es como dijo (su hijo) Thomas Harlan: Eso fue lo peor – él fue quien afiló el cuchillo, sin ser realmente un antisemita", dijo.
Junto a "Der Ewige Jude" (El judío eterno), el melodrama es probablemente la pieza más conocida del cine antijudío producido bajo el auspicio del ministerio de propaganda de Joseph Göbbels.
En sus diarios, Göbbels plasmó su deleite con la película, escribiendo: "No podíamos desear una película antisemita mejor".
Las proyecciones comerciales de la película están aún prohibidas en Alemania, donde sólo puede ser exhibida bajo unas estrictas restricciones.
Harlan fue juzgado por crímenes contra la humanidad tras la guerra pero el juez que presidió el tribunal, un antiguo jurista nazi, le absolvió, y fue sacado de la sala a hombros por sus seguidores. Un segundo intento de juzgarlo no tuvo éxito.
Siguió con su carrera de director, aunque ya sin tanto éxito, y murió en 1964.