Itongadol.- La coordinadora de Aliá Protegida, Laura Lichtenstein, dialogó con ItonGadol sobre la nueva edición de este programa de Keren Hayesod-CUJA para que jóvenes de 20 a 35 años en situación de vulnerabilidad económica o social tengan una nueva oportunidad de crecimiento personal en Israel.
Lichtenstein destacó que este es el cuarto año consecutivo en el que se lleva a cabo el proyecto y sigue creciendo año tras año, aún en el contexto actual .
-¿Cómo terminó el 2023 respecto al proyecto de Alía Protegida?
-El 2023 para toda la comunidad judía fue un año muy particular y desafiante. Y sin embargo, nos sorprendió gratamente la respuesta de los participantes. Durante 2023, un grupo de jóvenes estuvieron preparándose para hacer aliá, y luego del 7 de octubre, para nuestra sorpresa, lejos de replantearse su decisiones, fortalecieron su compromiso con Israel. De hecho, muchos se voluntarizaron en la campaña para acercar ayuda a las Víctimas del Terrorismo. Fue increíble ver esa reacción y entender el poderoso vínculo que habían desarrollado con Israel.
-¿Cómo fué el proceso de ese grupo de jóvenes?
-El programa consiste en 18 meses de acompañamiento: los primeros 7 meses son en Argentina, previo a la alia, y comienza en junio. En esos meses aprenden hebreo, profundizan sus conocimientos sobre Israel (historia, costumbres, cultura), desarrollan herramientas emocionales para afrontar todo lo que implica emigrar, generan vínculo entre los integrantes, participan de charlas con personas e instituciones israelíes. Se preparan para llegar fortalecidos.
La partida siempre es en el mes de enero, y allí el programa sigue 11 meses más. Durante todos esos meses los participantes viven en Ulpan Etzion Yerushalaim, estudian hebreo de manera intensiva y son acompañados por nuestro staff de Argentina e Israel, además del personal del centro de absorción con el que trabajamos en equipo. Y sin duda, después de 4 años de programa, la red que se crea entre los participantes de los distintos grupos es muy fuerte y contenedora.

-¿Cómo están aquellos que viajaron? muchos ya deben estar haciendo su vida como israelíes
-De a poco se van adaptando a la sociedad israelí. Varios de los participantes que hicieron alia en el 2021 vinieron a visitar a su familia y sus amigos acá a Argentina. Es impresionante: en un año y medio/ dos, pudieron ahorrar para poder venir al otro lado del mundo. La mayoría viene por un mes y algo que nos sorprendió es que nos terminan diciendo: “quizás fue demasiado venir por un mes, ya extraño casa, me quiero volver”, y ¡se refieren a Israel como casa! Es maravilloso.
Algunos datos a tener en cuenta es que al dia de hoy todos los participantes pudieron alquilarse una vivienda por sus propios medios al terminar el programa y que el 100% están trabajando.
-¿Hay algún tipo de vínculo entre los chicos que viajaron y los que van a viajar?
-Si, claro! Como te comente previamente, Los chicos que ya están en Israel tienen encuentros por zoom con el grupo que está por viajar. Para que puedan sacarse dudas con alguien que vivió lo mismo. Una vez que viajan los ponemos en contacto a todos por medio de un grupo de WhatsApp. Y el contacto es permanente. Nos mandan fotos de los chicos que terminaron el programa, que los van a visitar al ulpán, que los acompañan al supermercado. Por el chat veo cómo se pasan ofertas de trabajo. La verdad que se genera una red muy linda.
-Hablemos del año en curso, ¿cómo se organiza Keren Hayesod CUJA respecto al próximo grupo de Aliá Protegida?
-En este momento del año estamos en plena convocatoria, recibiendo candidatos e interesados que van a conformar el 4to grupo.

-Una de las tareas más complejas, que es casi un desafío, es ubicar a aquellas personas que están fuera del ámbito comunitario. Y de hecho es el éxito también del programa. ¿Cada año es volver a empezar?
-En algún punto sí, pero en otro punto, por suerte, trabajamos mucho en red con otras instituciones. Año a año el programa empieza a ser más conocido. Entonces sucede que un rabino, un trabajador social de la Comunidad, una directora de escuela nos contacta para comentarnos sobre algún joven que se encuentra en contexto de vulnerabilidad… vamos aceitando de a poco una red interinstitucional. Y el nuevo desafío es el “boca en boca”, de llegar a aquellos que no les llega la información o quizás les llega la información, pero plantear un proceso de alia es un desafío demasiado grande para afrontar solos. En esos casos, nosotros queremos estar ahí para acompañarlos.
-¿Cómo es el trabajo en conjunto con otras instituciones?
-Siempre decimos que Alia Protegida no sería posible sin el trabajo en red con las instituciones. Desde nuestros socios principales como la Agencia Judía para Israel y la Organización Siconista Mundial.
Los Servicios Sociales con quienes trabajamos caso a caso. Keren Leyedidut, Kehilot, Escuelas… Trabajamos codo a codo con todas aquellas instituciones abocadas al tema de aliá y acompañamiento de población en situación de vulnerabilidad.
-¿Qué casos asombraron por lo periférico?
-En relación a cómo le llegó la información, me acuerdo que una de las chicas que ya está en Israel, me llamó un día y me dijo: “Una chica que fue a la escuela conmigo hace 10 años me mandó un flyer del programa desde Israel”. Esa chica en ese momento vivía en Bariloche… las fronteras y distancias ya no son un problema. Y este caso nos muestra que a veces es cuestión de mirar alrededor nuestro. Muchos tenemos un sobrino, un amigo de un hijo, un pariente, alguien de la comunidad que vemos sábado a sábado, que sabemos que está atravesando un momento complicado, que sabemos que no tiene mucho apoyo familiar. Es simplemente acercarle la información. Decirle “me enteré que existe este programa”, quizás eso le cambia la vida.

-¿Cuáles son los requisitos para participar del programa?
-Jóvenes de 20 a 35 años, que hayan atravesado contexto de vulnerabilidad o que lo atraviesan actualmente. Vulnerabilidad familiar, social o económica, que hayan necesitado ayuda institucional para pagar sus estudios, su alimentación, su vivienda, o cualquier otro tipo de acompañamiento.
Además, estamos trabajando para abrir un grupo para familias monoparentales. Es decir, madres o padres que crían solos y que se encuentran en contexto de vulnerabilidad. El objetivo es que también puedan hacer un proceso aliá más acompañado, con más preparación y en grupo. Para llegar con una red de sostén.
-Este programa claramente cambia vidas. ¿Cómo puede hacer el lector de esta nota para ser parte?
-Es mucho más sencillo de lo que parece: el mejor aporte es reenviar esta nota, compartir la información, hacerla llegar a esa familia que sabemos que tiene un día a día complicado. Y a las demás también! Porque no sabemos qué puede estar pasando puertas adentro de cada hogar, y esta información en el momento oportuno, puede cambiar su destino.