Itongadol.- Milagros tiene 22 años, es oriunda de Morón, Buenos Aires, y desde hace más de un año comenzó una nueva vida en Israel de la mano de Aliá Protegida, el programa de Keren Hayesod-CUJA para que jóvenes de 20 a 35 años en situación de vulnerabilidad económica o social tengan una nueva oportunidad de crecimiento personal.
En una entrevista con ItonGadol, Milagros, que formó parte de la segunda camada del programa, destacó: “Cada oportunidad que te dan, cada taller que te dan, te sirve si lo aprovechás al máximo. Los paseos a conocer el Museo del Holocausto o los seminarios para conocer a la gente con la que viajé, la verdad eso es genial. No tengo palabras para agradecer, porque es algo que te cambia la vida”.
La primera etapa de Aliá Protegida es de 8 meses en Argentina y cuenta con clases de hebreo (Ulpán), talleres sobre Israel y su historia, acercamiento al ámbito comunitario, tutorías individuales, acompañamiento emocional y económico y facilitación de los recursos necesarios para llevar a cabo los trámites de la aliá y el sostenimiento de los espacios de formación.
La segunda etapa son 10 meses en Israel donde los participantes viven en el Centro de Absorción Beit Canada, asistiendo a dos periodos de estudio de hebreo intensivo en Ulpán Etzion Jerusalem.

-¿Cómo conociste el proyecto?
-Yo no estaba enterada del tema de hacer aliá, no sabía que te ayudaban a hacer alía, y en una charla familiar me contaron que mi tío había hecho aliá. Me contaron que la comunidad te ayuda en ese tema y enseguida mi cabeza hizo un clic y dije “voy a averiguar sobre esto”. Pregunté en mi templo con quién podía hablar y creo que al día siguiente me llamó Laura (Lichtenstein, coordinadora del programa) y enseguida le dije que sí, que quería participar.
-¿Qué tal fue el año de trabajo y preparativos para llegar a Israel?
-Fue entrar en una nueva rutina, que es un poco difícil, pero la verdad que toda la ayuda que te da Aliá Protegida es genial, porque uno no llega en “cero”, te ayudan con un montón de cosas. Venís con una base de idioma, que a mí me sirvió bastante, además de que yo puse mis ganas de estudiar, pero fue una gran ayuda. Estoy muy contenta de haber encontrado este programa.
-¿Cuál fue la relación con la primera camada, hubo contacto o ayuda?
-Yo llegué al ulpán y Aliá Protegida tiene un grupo que junta a todas las camadas, por suerte, y uno está conectado cuando llega a acá. Entonces ellos se acercaron a nosotros con la mejor onda, y yo sigo teniendo amigos de gente de la primera camada, porque la verdad que ellos se acercaron y ayudaron mucho. Y es lo que yo hago ahora con la tercera camada, porque entiendo que es muy importante ayudar al que recién llega.
-¿Cuándo saliste del ulpán y cómo te está yendo?
-Salí en diciembre y me está yendo muy bien, estoy muy contenta. Yo me mudé sola y estoy muy bien, muy feliz. Nunca pensé que podría mudarme sola, pero estoy muy bien, trabajando. Por primera vez estoy planificando un viaje con amigos, sintiendome parte de un grupo. La verdad que no puedo pedir más. Con mi trabajo obviamente puedo vivi, pagar el alquiler y hasta darme algunos gustos.

-¿Cómo ves tu futuro?
-La verdad es que yo me veo acá. Además de que yo tengo que hacer el ejército, estoy entrando en ese proceso, estoy tratando de buscar más lugares para aprender hebreo, sabiendo hablar ya en la calle, pero estoy entrando también a otra nueva etapa.
-Teniendo en cuenta que tu familia está lejos, en Morón, ¿se siguen acompañando entre tus compañeros?
-Sí, con los chicos de la tercera camada tuvimos muy buena onda y hacemos bastantes cosas, ya sea que ellos me piden ayuda para cualquier otra cosa, yo estoy. Pero también nos podemos juntar, por ejemplo, el otro día fuimos a jugar al fútbol. Nos acompañamos, salimos, y también con mis amigos de la segunda camada, estamos conectados la mayoría del tiempo.
-¿Cómo es un shabat, un viernes y un sábado, ahí en Jerusalem?
-No se puede describir la tranquilidad que hay en Jerusalem en Shabat, la paz, la armonía que se siente en el aire. La gente que te cruzas por la calle y te dice “hola, shabat shalom, que tengas un buen día”. Es algo que yo no lo puedo creer todavía, pero me siento muy bien, es muy lindo shabat acá.
-¿Cuando pensás en los próximos cinco años de tu vida en qué pensás?
-Me gusta muchísimo Jerusalem. No creo que esté en mis planes irme a otro lugar. Estoy muy emocionada, muy ansiosa también por entrar al ejército. Y la verdad es que además de hacerlo, me gustaría seguir algún trabajo referido a eso.

-¿Qué tenés para decir finalmente de lo que fue tu experiencia con Aliá Protegida?
-Cada oportunidad que ten dan, cada taller que te dan, te sirve si lo aprovechás al máximo. Los paseos a conocer el Museo del Holocausto o los seminarios para conocer a la gente con la que viajé, la verdad eso es genial. No tengo palabras para agradecer, porque es algo que te cambia la vida llegar a Israel, con toda la información que ellos te dan y lo que te ayudan, además de que no te sentís solo. Yo salí del ulpán y juro que no me siento sola, porque sé que le mando un mensaje a Laura y ella está en cualquier momento para hablar conmigo.
-¿Ya volviste a la Argentina para visitar?
-Volví cuando empezó la guerra después del 7 de octubre. No entendía nada de la situación y decidí tomar un poco de aire familiar para volver a Israel con más fuerza. Lo del 7 de octubre fue duro, es una situación muy difícil, al principio no lo entendía y ahora me duele. La gente que no está en casa la siento como si fuera mi familia y me duele mucho lo que está pasando.
-¿Qué le dirías a otros que tengan esta oportunidad para cambiar su vida?
-Ojalá la tengan y la aprovechen, a mi me pasa que todavía hay días en que no puedo creer como es mi vida ahora. Esto es un cambio para mejor sin dudas.