En conversaciones con dirigentes políticos israelíes, Sharón dijo que no habrá ningún avance en las negociaciones con los palestinos mientras Arafat no desaparezca.
No obstante, considera que es imprescindible entablar un diálogo con otros líderes de la ANP más moderados que eventualmente puedan hacerse con el poder y reanudar las negociaciones con Israel, informa hoy viernes el diario «Iedot Ahronot».
Según el diario, Sharón cree que el «número dos» de Arafat, Abu Mazen, es quien mayores posibilidades tiene de hacerse con el poder en la ANP, y por ello mantiene con él un diálogo fluido por teléfono y a través de enviados, entre ellos por intermedio de su jefe de gabinete y amigo personal, el abogado Dov Weisglas.
«Hay sólo que ayudarlo (a Abu Mazen)», dijo Sharón a sus interlocutores, según una destacada fuente gubernamental que cita el diario.
Abu Mazen se niega a entrevistarse con Sharón por las últimas operaciones del Ejército israelí en Cisjordania y Gaza, que han costado decenas de vidas palestinas.
Asimismo, el veterano político de la OLP quiere evitar cualquier contacto abierto con Sharón con el fin de que el ala dura de Al-Fatah no lo considere un «colaboracionista» de Israel, lo que mermaría su carrera y sus aspiraciones políticas.
El nombre de Abu Mazen fue recordado hace unas semanas como posible candidato para el cargo de primer ministro en la ANP, aunque Arafat consiguió bloquear esa demanda de Israel, Estados Unidos y la comunidad internacional gracias al apoyo popular que recobró tras 12 días de asedio israelí en la Mukata, entre el 19 y el 29 de septiembre.
Según la última decisión del Comité Ejecutivo de Al-Fatah, la figura de primer ministro sólo se creará después de alcanzar el objetivo de un Estado palestino independiente.
Fuentes diplomáticas europeas han advertido de la necesidad de que las reformas institucionales en la ANP se lleven a cabo con pies de plomo, ya que cualquier candidato a sustituir o compartir el poder con Arafat, y que parezca apoyado por este país o por Estados Unidos, será considerado un «traidor» por el resto de los palestinos.
Por otro lado, el diario revela que varios ministros israelíes han comunicado a Sharón su oposición a la agresiva política del toque de queda en las ciudades palestinas en Cisjordania, ya que ello alienta el terrorismo.
«El Ejército sólo fomenta la desesperación entre los palestinos y esa desesperación acabará estallándonos en la cara y desencadenará una intifada popular», concordaron los ministros, entre los que se cuentan Simón Peres (Exteriores), Matán Vilnaí (Cultura) y Dan Meridor (para asuntos de seguridad y diplomáticos).
Divergencias sobre la situación en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza han surgido también entre los dos principales organismos de información de Israel, informa hoy el diario «Haaretz».
El cuerpo de Inteligencia Militar, dependiente del Ejército, sostiene que se está produciendo un cambio en el movimiento Al-Fatah, que preside Arafat, y que su liderazgo ha decidido cesar los atentados en las calles israelíes para centrarse en objetivos dentro de Cisjordania y Gaza.
Por su parte, el Servicio de Seguridad General («Shin Bet», por sus siglas en hebreo) sostiene que no se ha producido ese cambio y que, incluso de producirse, no tendría consecuencias prácticas porque los militantes del brazo armado de Al-Fatah ya no respetan las decisiones de sus líderes políticos.
La comunidad internacional, con la UE a la cabeza, trata de fomentar un debate interno en la sociedad palestina para cambiar el rumbo de la intifada y facilitar la reanudación de las negociaciones de paz, lo que, para Sharón, sólo será posible cuando se ponga fin a la violencia.
El enviado especial europeo Miguel Angel Moratinos, que ayer se reunió con Arafat en Ramala, anunció que el «Cuarteto de Madrid» se reunirá la semana que viene en París para «encontrar una solución apropiada que pueda aplicarse y acabar con la violencia actual» entre ambos pueblos.
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