El comandante de la región militar central de Israel, general Yair Naveh, con jurisdicción en Cisjordania, ha impartido una serie de nueva órdenes que incluso pueden suponer la demolición de asentamientos judíos ilegales.
Desde ahora, el Ejército israelí impedirá la construcción de esos asentamientos sin la autorización oficial, y quienes lo hagan incurrirán en delito, según las leyes de Israel, informa hoy la prensa local.
En Cisjordania, que Israel controla desde la guerra de 1967, rige la ley jordana a menos que sea enmendada, como en este caso, por la ‘administración civil’ del Ejército de ocupación.
Otra de las órdenes consiste en que desde ahora el Ejército podrá demoler instalaciones establecidas por los colonos en los asentamientos no autorizados por Israel.
El ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, es el responsable en nombre del Gobierno de otorgar los permisos, y recientemente expresó el deseo de evacuar varios de esos asentamientos, lo que puede ser acompañado por violentos choques con los colonos.
Según una investigación de la ex funcionaria de la Fiscalía General Talia Sasón, a petición del ex primer ministro Ariel Sharón, quien prometió desmantelarlos, el número de esos asentamientos está en torno al centenar, todos en tierras palestinas confiscadas o compradas.
En su mayoría permanecen en condiciones precarias y habitados por escasos colonos que procuran ampliarlos con la ayuda de veteranos de los asentamientos ‘legales’, pues se levantaron con la necesaria autorización del Poder Ejecutivo.
Para los palestinos, que reivindican el territorio de Cisjordania, todos son ilegales.
Las normas impartidas por el general Navé, condenado a muerte hoy como ‘traidor’ por un grupo de extremistas judíos con el nombre de ‘Sanedrín’ (antiguo tribunal hebreo), cuentan con el aval del fiscal general y asesor jurídico del Gobierno, Menajem Mazuz, quien atendió las recomendaciones de su ex colega, la abogada Sasón.
El segundo de Mazuz, Shai Nitzán, ordenó a la Policía investigar esa amenaza contra el militar, y a los miembros del grupo.
Otra de las prohibiciones impuesta a los colonos es la de ocupar estructuras como casas abandonadas o esqueletos de edificios no acabados sin obtener antes los permisos para habilitarlos por la compañía eléctrica o el Cuerpo de Bomberos.
Tambien se impedirá el transporte por rutas de Cisjordania de viviendas prefabricadas.