La Corte prepara un fallo para dejar en claro que no está dispuesta a cerrar la causa en la que se investiga el atentado contra la embajada de Israel.
En mayo, el padre de una de las víctimas solicitó al alto tribunal que declarara la imprescriptibilidad del delito y que, por lo tanto, pueda ser investigado sin límite de tiempo. En marzo próximo se cumplen 15 años del ataque, que provocó 29 muertos.
A la vez, en el acuerdo de ayer, los jueces decidieron que el 27 de diciembre se pronunciarán sobre los depósitos atrapados en el corralón (de lo que se informa en Economía), y resolvieron avanzar con un fallo que disipe cualquier duda sobre la vitalidad de la causa que se sustancia por el ataque terrorista contra la sede de la delegación diplomática. Hace un mes, el procurador general, Estaban Righi, opinó que el tribunal no debe sentir urgencia alguna para pronunciarse sobre este punto, porque, según su visión, no había un peligro latente de que se clausurara la pesquisa, ya que no lo pidió ningún imputado.
Pero en el último acuerdo los ministros conversaron sobre un pedido que formuló el padre de una de las víctimas, Carlos Susevich, que el 29 de mayo se presentó como querellante y pidió al cuerpo de justicia que considerara que el delito es de lesa humanidad.
Ocurre que el 14 de marzo del año próximo se cumplirán 15 años desde que se cometió el ataque terrorista, en el que murieron 29 personas y cuyos autores nunca fueron encontrados. Algunos especialistas estiman que ése es el plazo límite para mantener abierta la pesquisa. Para alejar cualquier temor al respecto, la Corte podría tomar una decisión en el acuerdo del 12 de diciembre o en el del 19 de ese mes.
Pero en lugar de decir que los ataques cometidos por terroristas no prescriben -lo que abriría un frente con los hechos cometidos por los guerrilleros argentinos en los años setenta-, el tribunal podría sostener que los dos terroristas cuya captura ordenó la Corte a partir de 1999 están en rebeldía, porque nunca fueron hallados.
Esa sería una forma indirecta de la Corte de apuntar hacia el mismo resultado, pero sin declarar la imprescriptibilidad de los delitos cometidos por terroristas.
Ayer, los jueces hablaron sobre este punto en el acuerdo, y el tema está en estudio de la vocalía del ministro Raúl Zaffaroni, a quien le fue confiada la tarea por su especialización en derecho penal. El jurista se comprometió a entregarles a sus colegas un borrador de su estudio en los próximos días para poder avanzar con una decisión.
El planteo
Desde que se cometió el ataque, la causa estuvo en manos de la Corte, que avanzó en el esclarecimiento de algunos aspectos de la pista internacional y ordenó esas detenciones, pero nunca hubo detenidos ni indagatorias que interrumpieran el curso del tiempo legal para mantener viva la pesquisa.
Lo primero que hicieron los nuevos integrantes del tribunal fue ordenar una auditoría para saber cuán profunda había sido la investigación realizada por sus predecesores, y el resultado fue bueno. Pero ese mismo informe, realizado por el ex fiscal general porteño José Luis Mandalunis, dio lugar a otra duda: la causa podría prescribir en marzo.
En una reunión con Zaffaroni; Carmen Argibay, la otra penalista de la Corte, y Ricardo Lorenzetti, realizada ese mes, Susevich se presentó como querellante y pidió que el máximo tribunal reiterara las órdenes de captura internacional contra los dos sospechosos del ataque.
Los buscados por el atentado son Imad Fayez Mugniyah, uno de los terroristas más perseguidos por el FBI porque en 1985 secuestró un avión -hecho en el que murió un norteamericano-, y que, además, fue líder del aparato de seguridad de la organización islámica Hezbollah, y Samuel Salman el-Reda, colombiano de origen libanés, casado con una argentina, que es sospechoso de ser el coordinador local del ataque cometido en nuestro país. Allí, la Corte se encontró con un dilema. Por un lado, el tribunal admitió que hay delitos de terrorismo de Estado -los cometidos por los militares durante los años setenta- que no prescriben.
Pero a pesar de que las normas internacionales avalan una postura más amplia, la Corte nunca se animó a sostener lo mismo respecto de los delitos cometidos por terroristas, porque ello reabriría las causas por los crímenes cometidos por la subversión en esos años. Es más: hace dos años, la Corte rechazó el pedido de extradición que había formulado España respecto de un terrorista español, Lariz Iriondo, diciendo que el delito había prescripto.
Pero al mismo tiempo el tribunal quiere aventar cualquier riesgo sobre la causa de la embajada de Israel y estaría entonces buscando un camino elíptico para llegar al mismo resultado de poder mantener abierta la pesquisa. Righi, en su escrito, sostuvo que la prescripción es un planteo que sólo puede formular el imputado que esté interesado en hacerlo y en la causa no hay ningún detenido, por lo tanto no hay riesgo de que alguien haga ese pedido. Pero ayer la Corte revisó el tema y puso fecha.
Visita de los EE.UU.
El embajador de los Estados Unidos, Earl Anthony Wayne, visitará hoy la sede de la AMIA y de la representación política de la comunidad judía en la Argentina, la DAIA, ambas ubicadas en el edificio de Pasteur 633. La visita de Wayne se produce en momentos en que Irán acusa a los Estados Unidos e Israel de presionar para que la justicia argentina acusara a ese país por el atentado contra la AMIA, que mató a 85 personas en julio de 1994. Según lo previsto, Wayne y las autoridades de la comunidad colocarán un arreglo floral en la plaza seca del edificio de Pasteur y luego mantendrán una entrevista privada.
Por Adrián Ventura
De la Redacción de LA NACION