Por Lucio Fernández Moores .
El encargado de Negocios de la Embajada de Irán, Mohsen Baharvand, le dijo ayer al juez federal Rodolfo Canicoba Corral que se «equivocó» al ordenar la detención de ocho ex funcionarios de su país por el atentado de 1994 contra la AMIA.
«Le voy a decir que está equivocado», le dijo al juez durante una audiencia a la que tuvieron acceso los familiares de las víctimas y la prensa. «Usted no está castigando a los responsables reales del atentado. Yo le aseguro que el Gobierno de mi país no tiene nada que ver con el tema de la AMIA», agregó el diplomático.
Además, Baharvand cuestionó a los testigos que declararon contra los ex funcionarios iraníes, dijo que son terroristas de los Mujaidines del Pueblo buscados por los Estados Unidos y opositores al Gobierno de su país. Por lo tanto, según él, no son testigos «imparciales».
«¿Cuánto tiempo más precisa?», le había preguntado unos minutos antes Canicoba Corral. La audiencia que había pedido el iraní se transformó en un encuentro público, en la sala de la Cámara de Casación, en Comodoro Py. Juez y diplomático estrecharon sus manos al inicio y final del encuentro.
La reunión duró una hora, y también tomaba nota el embajador Guillermo González, designado por la Cancillería. El propio iraní retiró el lunes de la Cancillería la respuesta argentina a la última queja de su país. Los dichos de Baharvand, que no está presentado como parte en el expediente, no tienen ningún tipo de efecto sobre la causa ni constituyen prueba alguna.
A pedido del fiscal Alberto Nisman, Canicoba Corral ordenó la detención de ocho ex funcionarios a los que se acusa de haber planeado y ordenado el atentado. Entre los requeridos se encuentran el ex presidente Hashemi Rafsanjani, el ex canciller Alí Akbar Velayati y el ex embajador en la Argentina Hadi Soleimanpour.
El diplomático negó que su país sea un Estado terrorista. «Si nosotros queríamos agredir a judíos hubiéramos agredido a los judíos iraníes», dijo. Los familiares, que escucharon con atención, criticaron fuera de la sala que Baharvand se haya referido a los judíos y no a los argentinos.
El encargado de Negocios iraní —máximo representante de su país en la Argentina, ya que no hay embajador— dijo ser partidario del «diálogo». Sin embargo, no mencionó la posibilidad de traer a declarar a sus compatriotas requeridos por la Justicia.
Baharvand recordó las películas iraníes que ganaron premios internacionales para negar que el Ministerio de Cultura de su país sea un «Ministerio de Propaganda» de la Revolución Islámica.
El diplomático dijo que la acusación contra sus compatriotas «se basa en testimonios de iraníes que no vivían en Irán, ni Argentina». Y recordó que la misma vía usó Estados Unidos para invadir Irak, es decir por testigos que decían que ese país tenía armas de destrucción masiva.