S. I. Agnon, el gran escritor judío, tiene una familia palestina en la Jerusalén oriental. El relato sonaba extraño al principio, y uno se preguntaba:»Qué tiene que ver Agnon con los palestinos?» – Pero cuando se ahonda en detalles, y se indaga a la familia, el cuadro se aclara y hasta resulta razonable. En la Jerusalén de la época del Mandato Británico, antes de la creación del Estado, relatos como éste pudieron haber ocurrido y de hecho sucedieron.
Agnon tenía un hermano y tres hermanas. Una de ellas se casó con un peletero que tenía relaciones comerciales tanto con judíos como con árabes. Así fue como su sobrina Ester conoció a quien mas tarde fuera su marido. Se enamoraron, se casaron y tuvieron tres hijos: Sohila, Sohil y Siham. Cada uno de ellos tiene, hoy en día, su propia familia, y según cuenta a Haaretz Siham Nashasibi, su madre se convirtió al Islam y se alejó de la familia. Su tío Shmuel, judío religioso, pero a la vez cercano a los árabes tal como lo expresa en sus obras, dudaba del caso y no pudo digerir la situación.
Después de su casamiento, Ester continuaba el vínculo con su madre Débora, la hermana del escritor, y con su hermana Mili. Esto pudo ser factible hasta 1948, cuando Jerusalén se dividió y Ester pasó a vivir con sus suegros en la Jerusalén Oriental. El vínculo con la familia se cortó totalmente, y los encuentros con su madre y hermana se hacían en el Portón Mandelbaum, línea que dividía la ciudad.
Graciela Kahan