Itongadol.- El Ministerio de Salud informó el jueves por la noche que los casos graves de COVID-19 aumentaron en un 70% en solo una semana.
Hubo 445 pacientes hospitalizados en estado grave con la enfermedad, 72 de ellos conectados a ventiladores, frente a solo 262 al mismo tiempo la semana pasada.
Las autoridades sanitarias también informaron que 4.048 israelíes han dado positivo por el virus de unas 85.000 pruebas realizadas desde la medianoche, lo que sitúa la tasa de positividad del país en 5,03%.
El director general del Ministerio de Salud, el profesor Nachman Ash, dijo el jueves que estaba profundamente preocupado por la propagación desenfrenada de la enfermedad en todo el país.
«Esperamos que las medidas que el gobierno aprobó el miércoles detengan el aumento de la morbilidad», dijo Ash en una conferencia de prensa antes de una reunión de un panel de expertos para discutir la reducción de la edad de elegibilidad para la vacuna de refuerzo contra el coronavirus. Israel comenzó a ofrecer un golpe adicional a los ciudadanos mayores de 60 a principios de este mes, convirtiéndose en el primer país del mundo en hacerlo.
«Está claro para todos nosotros que la decisión de vacunar a los más jóvenes es compleja y debe tomarse después de una cuidadosa consideración por parte de los profesionales médicos», dijo.
Ash instó al público a actuar responsablemente y adherirse a las medidas de salud ya que «nadie quiere ver otro cierre».
También pidió a 1,1 millones de israelíes que aún no han recibido la vacuna que lo hagan para permitir que el país vuelva a la normalidad, lo que incluye permitir la apertura segura del año escolar en septiembre.
«Obtenga sus vacunas», dijo. «Las vacunas están disponibles en todo el país y son nuestra herramienta más eficiente en este momento crítico».
Ash también dijo que estaba preocupado por un aumento de la morbilidad entre el sector ultraortodoxo y pidió a los miembros de la comunidad que observen las regulaciones antes de las Altas Fiestas.
Las sinagogas están obligadas a hacer cumplir las regulaciones del Green Pass que limitan la cantidad de personas a las que se les permite congregarse en las instalaciones públicas y requieren que las personas proporcionen prueba de vacunación, recuperación de COVID o una prueba reciente de coronavirus negativa.