Tras pasar más de la mitad de su vida ejerciendo como uno de los hombres fuertes del régimen sirio del Baas y brazo derecho del fallecido rais Hafez El Assad -el León de Damasco-, Jadam dimitió el pasado octubre y se refugió en París con su toda su familia, incluyendo a sus cuatro hijos. El ex vicepresidente ha constituido un frente de oposición al nuevo presidente Bashar El Assad, que incluye a grupos tan distintos como los comunistas o los Hermanos Musulmanes.
Reside en un palacio de París protegido por los servicios secretos franceses. Para lograr la entrevista, durante semanas nos mantuvimos en contacto con su hijo Jihad, que dirige su agenda. Cada vez nos cambiaba de destino. Primero, Jihad Jadam nos citó en un café de la capital francesa en el que tuvo lugar un interrogatorio de tres horas sobre los objetivos de la entrevista.
Al día siguiente nos invitó a la residencia francesa de su padre, donde nos hizo las últimas preguntas durante una hora más. Dos días después me citó en Bruselas, ciudad a la que Jadam se desplazó especialmente con su comitiva y el servicio de protección francés para llevar a cabo la entrevista; una de las primeras a un medio occidental.
El hotel Conrad -uno de los más lujosos de Bruselas- estaba rodeado de agentes de seguridad de origen sirio y franceses. Una planta entera está alquilada por Jadam y es inaccesible a cualquier persona que no forme parte de su comitiva. Para llegar al hotel fuimos sometidos a un registro exhaustivo por parte de los agentes franceses. Jadam sólo recibió luz verde para acudir a la habitación en la que le esperábamos hasta que hubo al menos un guardaespaldas apostado en cada ventana.
– ¿Por qué nos vemos en Bruselas y no hicimos la entrevista en París, ciudad en la que usted reside?
– Soy un invitado del Gobierno francés y ellos me han pedido no realizar ninguna actividad política contra otro Estado (léase Siria) y por eso yo respeto esas normas.
– Y en Siria le califican de traidor y preparan un juicio contra usted…
– El jefe de Estado es el único que decide en Siria. Él es el que ha puesto al país en una situación tan grave, debilitándole como nunca. El pueblo es cada vez más pobre. Hay paro y muchísima corrupción.
– Son acusaciones graves. ¿Puede dar ejemplos?
– (Suspira) No hay nada en el país que no sea corrupto. El tío de Assad falleció hace unos meses. En los años setenta él era un bajo funcionario con un sueldo mensual de menos de 30 dólares. Hace poco falleció con fondos y bienes por valor de más de 4.000 millones de dólares. En el futuro pienso revelar más ejemplos, muchos de ellos entre los parientes de Assad.
– Pero, señor Jadam, con todo el respeto, usted fue parte del régimen durante 35 años. ¿Por qué no optó por los cambios que ahora defiende?
– Yo era responsable de la política exterior, y la política interna estaba en manos del jefe de Estado y de algunos ministros. Cuando Bashar llegó al poder le presenté algunas propuestas de reforma y las rechazó todas. Entonces decidí dimitir. Vi también que Assad pretendía extender el mandato del presidente Lahud de Líbano.
– ¿Cómo pretende su frente de oposición de ocho movimientos llegar al poder en Siria? ¿A través de una revolución?
– No me gustaría llevar a cabo una revolución militar ni mezclar las fuerzas armadas con la política. Apoyo el fin de la dictadura por medios democráticos.
– ¿Tiene usted apoyo dentro del ejército y de los servicios de inteligencia?
– No quiero inmiscuir las fuerzas de seguridad en la política.
– Le acaban de informar de que una célula de los servicios secretos sirios ha salido hoy de Damasco para matarle. ¿No le da miedo?
– No, me he salvado en cuatro intentos de asesinato en el pasado, en 1975, en 1976, en 1977 y en 1984. Hay muchos intentos más que nunca fueron publicados y que llegan del régimen de Damasco, un Gobierno basado en la cultura de los asesinatos. Le aseguro que quien ha enviado a los asesinos pagará el precio en el futuro.
– ¿Quién mató a su amigo, el ex primer ministro libanés Rafiq El Hariri?
– Bashar El Assad fue quien le mató… Este asesinato tiene pruebas y raíces profundas. Antes de hacerlo se expresó al respecto en el seno del partido Baas y todos entendimos que había adoptado una posición peligrosa. Agentes de seguridad sirios y libaneses cooperaron en el asesinato de El Hariri.
– Usted había acusado hasta ahora del asesinato al régimen pero nunca directamente al presidente Assad. ¿Qué le lleva ahora a hacerlo por primera vez?
– Yo tengo mucha información. Assad nos dijo en el partido que había una conspiración entre Hariri, Chirac y Bush contra Siria. Cuando le definió como colaboracionista estaba claro que quería su muerte. Dos semanas antes del asesinato, Assad llamó a sus seguidores en Líbano y les pidió que empezaran a acusar a El Hariri de colaborar con Israel. El objetivo era crear una atmósfera que justificara el asesinato.
– Usted afirma ahora que Assad dio la orden personalmente. ¿Informó al respecto a la comisión internacional de investigación de la ONU?
– Así es. Todas las decisiones, incluso mucho más pequeñas, pasan por él. Es un crimen de tal magnitud que exige muchos preparativos y especialistas. Un trabajo con mil kilos de explosivos, tan potentes como el C-4, no es trabajo de un individuo ni de un grupo sino de un Estado. Sé que hay oficiales sirios y libaneses que lo hicieron según las órdenes del presidente. En este momento, Assad está preocupado y asustado y se complica la vida cada vez más, lanzando sus fuerzas de seguridad contra todo y contra todos.
– Algunos analistas opinan que Estados Unidos quiere cambiar el jefe de Estado y preservar el régimen. ¿Es usted el candidato?
– No se puede preservar este régimen, que ha sido destruido por la corrupción. Hay que pasar de un show de un solo hombre a un gobierno democrático. Yo estaré donde esté el pueblo sirio y donde se pueda sacar a nuestro pueblo de la crisis.
– ¿Es usted el candidato de Occidente?
– No he tenido contacto con la Unión Europea ni con Estados Unidos porque estoy convencido que el cambio tiene que iniciarse desde dentro.
– ¿Cómo ve usted el apoyo de Siria a las milicias fundamentalistas libanesas de Hezbollah y el traslado de armas iraníes a este grupo vía Damasco?
– La ocupación israelí en Líbano se acabó, a excepción de las granjas de Shaba. Hay un Estado libanés y todos deben colaborar para preservar la soberanía del mismo. En cuanto al traslado de armas vía Siria, creo que es un gran error.
– Probablemente es parte de la alianza estratégica entre Assad e Irán, el protector de Hezbollah.
– Assad no tiene estrategia propia y, de hecho, sirve a la estrategia iraní. Yo estoy a favor de relaciones con Irán, pero hay una diferencia entre eso y ser una marioneta de otro país.
– ¿Cómo ve usted las declaraciones del presidente iraní pidiendo la destrucción de Israel y negando el holocausto?
– Eso hay que preguntárselo a los iraníes. Al mismo tiempo convendría preguntarle al Gobierno israelí qué es lo que hace con los palestinos. Sólo la paz puede bloquear el camino al radicalismo.
– ¿Cree usted que, después de Afganistán e Iraq, Estados Unidos podría atacar a Siria?
– No creo que Estados Unidos lleve a cabo una operación militar contra Siria.
– En el pasado usted combatió contra los Hermanos Musulmanes sirios y ahora, en cambio, ellos son parte importante de su frente de oposición al régimen de Assad. ¿No hay aquí una contradicción?
– Justamente cuando el islam gana terreno en la Autoridad Nacional Palestina y en otros países de la región, Siria necesita unidad y todo esto es parte de la vida política. La subida de los grupos islámicos es parte de los errores de los regímenes. En la Autoridad Nacional Palestina se cometieron varios errores políticos, y en el entorno de Yasser Arafat no faltaba la corrupción…
– Israel está muy atenta a sus declaraciones. ¿Tiene algún mensaje para el primer ministro en funciones, Ehud Olmert?
– Yo sé que para los israelíes la continuación del régimen de Assad es importante porque esto debilita a Siria, y ellos están interesados en una Siria débil. Digo a los israelíes: si vosotros realmente queréis la paz, tenéis que respetar las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU.
– ¿Aceptaría una normalización total con Israel que incluya relaciones diplomáticas, turismo, etcétera, y cuáles son sus condiciones?
– Estos temas no son en este momento relevantes. En lo que concierne al proceso de paz, no tenemos ninguna indicación que haya cualquier tipo de movimiento.
– Quizá hablar de esto dificultaría la creación de un frente de oposición… ¿Descarta en el futuro acudir a Jerusalén para hacer la paz, como hizo el presidente egipcio Anuar El Sadat en 1977?
– Todos los árabes rechazaron la visita de Sadat. Ningún líder aislado del mundo árabe tiene derecho a actuar de forma unilateral como si estuviera solo.
– Tras decenas de años de vida política, ¿cómo quiere ser usted recordado por la historia?
– Llevo 60 años sirviendo a mi país. Estoy seguro de que seré recordado de manera positiva. He logrado elevar la voz de mi país en el mundo. Ya verá que pronto nos volveremos a reunir, pero en Damasco.
LVD.-HENRIQUE CYMERMAN