La Yihad islámica ha reivindicado el ataque mediante una llamada anónima.
El atentado ha tenido lugar en una zona de la ciudad en la que residen numerosos obreros extranjeros.
Los dos suicidas llevaban las bombas en bolsas, según dijo el jefe de policía Yossi Sedbon. Al parecer, se inmolaron a unos 15 metros de distancia entre ellos. Sedbon aseguró que la carga explosiva no era muy potente.
Las explosiones se registraron el miércoles sobre las 22.10 hora local (21.10 hora peninsular española) en una zona en la que residen obreros de distintas nacionalidades que trabajan en Israel y, según Sedbón, una de las víctimas mortales tiene rasgos faciales extranjeros.
Fuentes médicas confirmaron que numerosos heridos son también ciudadano extranjeros, y se supone que entre ellos los hay procedentes de América Latina.
La radio pública israelí, citando a los servicios de rescate, afirmó que cinco personas habían sufrido heridas graves, seis de consideración y otras 17 leves. La mayoría de los heridos son trabajadores extranjeros, según la radio.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha condenado el atentado, asegurando que dicha acción «no ayudará en nada al pueblo palestino», según ha declarado Ahmad Abdelrahmane, secretario del Gobierno.
Las fuerzas de seguridad israelíes se encontraban en máxima alerta ante posibles atentados suicidas palestinos. El Ejército de Israel tomó siete ciudades palestinas tras la muerte de 26 personas en bombardeos suicidas el mes pasado.
Este atentado es el primero que se comete en territorio israelí desde el pasado 18 de junio.