«Fue un mensaje al Gobierno salvadoreño»
El embajador israelí, Jonathan Peled, asegura que la reacción de su Gobierno ante la inauguración de la plaza Yaser Arafat es normal y comprensible. Admite que no hubo comunicación oficial de Israel a El Salvador de retrasar su regreso al país, pero dice fue un mensaje no contra el Gobierno, sino al Gobierno por lo que consideran «un insulto».
En los últimos días hubo señales muy fuertes de parte de Israel, ¿qué sucedió?
Bueno, después de la inauguración de la plaza Arafat yo estuve en Israel; la Cancillería publicó un comunicado expresando el malestar de Israel sobre esto. La idea era no hacer esto más de lo que es, pero era una reacción para nosotros normal, por parte de un grupo no amigo de Israel en el país, que están tratando obviamente de herir e insultar al pueblo de Israel.
Sin embargo, si causó revuelo, su Cancillería decía que se le iba a retener en Israel como medida de protesta. ¿Fue así?
No, la decisión de mi Gobierno era de postergar un tiempo muy corto mi regreso al país por una reunión de trabajo. La idea era demorar por 24 ó 36 horas mi llegada al país, solamente como forma de expresar nuestro malestar a este acto que pensamos que es contraproducente a las excelentes relaciones que existen entre El Salvador e Israel. Entonces, yo demoré, yo llegué anoche (miércoles), llegué 36 horas después de mi (fecha de) llegada inicial.
Causó extrañeza que no hubiese una representación oficial israelí en el aniversario de la toma de posesión del presidente Saca, coincidentemente…
No, no, pero yo estuve ausente del país; pasa que tenemos una embajada muy, muy pequeña, no tengo un número 2 o un diplomático que puede representar al Gobierno israelí cuando no estoy, lamentablemente y, como yo llegué anoche después de este evento, por eso no participé, si hubiera estado en el país hubiera estado allí, me hubiera gustado.
En el comunicado no se mencionaba que fuese un acto de un gobierno municipal…
Entendemos que fue un acto de un gobierno autónomo, un grupo pequeño que aquí juega a afectar las excelentes relaciones que existen entre El Salvador e Israel. Pero, al mismo tiempo, no se puede estar sorprendido de que a nosotros personalmente nos moleste una cosa así. Si alguien mañana decide poner una plaza a nombre de Farabundo Martí (en Israel), por ejemplo, puede ser que el Gobierno aquí se molestaría; entonces hay que entender lo que sentimos, pero en ninguna circunstancia puede dañar las relaciones entre ambos países. Tenemos una excelente relación, pero de vez en cuando, aun entre amigos, cuando uno tiene algo que no le gusta… entonces, para nosotros, hay que tomarlo de la manera entendible.
¿Hubo una comunicación oficial de su Gobierno de que se iba a retener su regreso?
No, fue una decisión que fue tomada antes de mi salida de Israel, me pidió el canciller mío que atrase 24 ó 36 horas mi regreso. Hoy en la mañana llegué y fui directamente a ver el señor canciller para hablar sobre el tema.
Esto a escala internacional afecta al Gobierno de El Salvador: la comunicación oficial habla no de alcaldías, sino de estados…
Fue un mensaje no contra el Gobierno de El Salvador, sino al Gobierno expresando el malestar. El hecho fue acá, la plaza fue establecida acá; nosotros solo manifestamos nuestro malestar porque es nuestra contraparte.
La Prensa