Itongadol.- Jabad Lubavitch Argentina organizó la tradicional celebración de Simjat Beit Hashoeva, el lunes 9 de octubre por la noche. En la calle Tucumán, Pueyrredon y Paso, con la actuación de la orquesta Kef, entretenimientos para niños y puestos de venta de comida, libros y artículos judaicos.
En Jol Hamoed Sucot, días intermedios semifestivos de la festividad de Sucot, el pueblo judío festeja Simjat Beit Hashoevá, una antiquísima celebración que se remonta a la época del Beit Hamikdash (Templo de Jerusalem), cuando se vertía agua sobre el altar en la Fiesta de las Cabañas, además de la habitual libación (ofrenda) de vino.
Durante esa semana, los habitantes de la Ciudad Santa de Jerusalem y aquellos que peregrinaban a ella cumpliendo la mitzvá (precepto) de llevar sus ofrendas se congregaban al anochecer en el atrio y bailaban alegremente hasta el amanecer.
Los jajamim (sabios de la época talmúdica) afirmaron que “aquel que no vio el regocijo de la extracción del agua, nunca vio alegría en su vida”.
Durante las noches de Jol Hamoed se efectuaba un sacrificio adicional y los cohanim (sacerdotes) extraían agua del manantial de Shilóaj, cercano a Jerusalem. El Cohén Gadol (Sumo Sacerdote) efectuaba el “Nisui Hamaim” (ofrenda de verter las aguas) sobre el Mizbéaj (altar). Luego los sabios del Sanedrín y el resto del pueblo bailaban como expresión de alegría.
Los jajamim consideraban a Shilóaj el manantial de la salvación porque a su lado se ungían los reyes de Israel.
En esta oportunidad varios miles de personas, no sólo miembros de Jabad sino de toda la comunidad judía de Buenos Aires se reunieron a bailar disfrutando de la fiesta, que se inició con el recitado por parte de niños de los doce versículos de la Torá indicados por el Rebe y la proyección de un video en el que el Rebe explicaba el sentido de los “Arba Minim”, las cuatro especies: el Etrog (citrón), el Lulab (rama de palmera), el Hadás (ramas de mirto) y la Aravá (rama de sauce) para la continuidad del pueblo judío.
El rabino Tzvi Grunblatt, director general de Jabad Lubavitch Argentina, luego de expresar “Hoy es Moadim Lesimja (momentos de alegría y Sman simjatenu, momentos de nuestra alegría es un concepto fundamental de la vida de un judío, El judío tiene que estar feliz por el hecho de ser judío servidor de HaShem (el Creador), que cumple las mitzvot (mandamientos), pero cuando llega el momento de Moadim Lesimja la alegría no es solamente por la mitzva que cumple sino por el hecho de estar concentrado en la Simja (alegría) propiamente dicha, que la persona salga de sus limitaciones por la alegría que tiene, que salte, que baile como cuenta la Mishna y la Guemará que los grandes jajamím (sabios), jefes del Sanedrim bailaban, cantaban en el Beit Hamikdash (el Templo de Jerusalem).
El rabino Grumblatt también se refirió a la diferencia existente entre la ofrenda diaria del vino que se hacía en el altar y la del agua que se agregaba en los días de Sucot, la festividad de las cabañas, destacando que el agua representa lo personal pues se toma cuando uno tiene sed.
Finalmente sostuvo que cada judío no debe dejar pasar la oportunidad de cumplir las mitzvot, mandamientos, pues quizás esa mitzva que está cumpliendo sea la que produzca la llegada del Mashiaj (Mesías), y sostuvo que tenemos que estar y preparados para recibir al Mashiaj.