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Director de CIPEMU: “La base de nuestra comunidad son los niños”

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 Itongadol.- En diálogo con Itongadol, el director ejecutivo de la Comunidad Judía de Punta del Este (CIPEMU), Fabian Schamis, habló acerca del crecimiento exponencial que ha tenido la Kehilá en los últimos y la llegada de nuevas familias a la comunidad de Punta del Este debido al avance en factores comunitarios, educativos y de seguridad. Además, se refirió al reciente Kabalat Shabat acontecido en la ciudad costera y al proceso de generación de aliá en las familias de la comunidad.

-Se hizo un hermoso Kabalat Shabat, donde se informó que una familia hace aliá. ¿Qué significa que esto ocurra en Punta del Este?
-La realidad es que todo lo que ocurre lo que genera es responsabilidad. Somos pocos los que activamos, ya sea profesionalmente o voluntariamente, en Punta del Este. Esto implica que una familia hace aliá y que nosotros hicimos el proceso para ello, porque nosotros necesitamos que todo lo que hacemos sea exitoso, que a esta familia le vaya bien en Israel. Que sean, en definitiva, un faro de referencia para otras familias el día de mañana que también pretendan hacer aliá.

-¿A qué se refiere con la responsabilidad? ¿Todo lo que se hace en esta Kehilá está muy cuidado?
-Sí, el proceso de generación tanto de la actividad más simple hasta una aliá, tienen una dedicación full de parte de la comunidad. Nosotros no hacemos el trámite para que la persona o la familia se vayan. Nosotros hacemos todo el proceso para que la familia primero se interese en irse a vivir a Israel, luego durante el proceso de trámites que se hace en Montevideo, luego seguirla cuando esté en Israel. Nosotros precisamos ese tipo de responsabilidad, porque para nosotros como en toda comunidad chica, no manejamos números. Nosotros manejamos personas. Manejamos familias, entonces la responsabilidad es total. Si una familia se quiere ir de Israel porque no se adaptó o lo que fuera, esa sensación de “no se logró lo que se iba a hacer” no va a ser solamente de quien se fue, de la familia, va a ser de la comunidad. Corre para todos: los éxitos son de todos y los fracasos también.

-¿Cuántas familias están institucionalizadas?
-Nosotros tenemos que manejar dos números. Uno es que entre 30 mil y 40 mil judíos pasan por Punta del Este, de los cuales institucionalizados tenemos entre 100 y 120 familias. El nivel de participación de una comunidad chica activa es altísimo. Por ejemplo, de la cantidad de niños que están institucionalizados en Punta del Este, el 90 por ciento estuvo en el Majané, es la culminación del año educativo a nivel no formal. Los chicos acá reciben una vez por semana educación formal y una vez por semana no formal. La culminación de la educación no formal a nivel anual es el Majané, que ya está en su segundo año. Fue el segundo Majané de la historia de Punta del Este. Entonces, los chicos van a allí a hacer una suerte de repaso y fijación de conocimiento de lo que hicieron en todo el año.

-¿La Kehilá es conversadora? En el Kabalat Shabat un chico dijo la Parashá maravillosamente.
-La Kehilá de acá no es conservadora, tiene muchos puntos en común con una Kehilá conservadora, pero no está definida, no pertenece al movimiento conservador ni a ningún movimiento. Cuando nosotros empezamos con el sistema de profesionalizar la comunidad hace cuatro años, decidimos que nadie podía quedar afuera. La única manera de que nadie quedara afuera era adaptar un sistema que fuera amplio y que fuera un buen camino para cualquier persona. Nosotros tenemos gente ortodoxa que cada tanto viene a alguna actividad, tenemos gente reformista que viene a alguna actividad, pero la mayor cantidad es gente que se identifica con el movimiento conservador o que son seculares. Que no se identifican a través de la religión. Entonces, el concepto es absolutamente amplio. El Kabalat Shabat que hacemos no se parece a nada, porque capta cosas de diferentes ideas. La idea de que un niño pueda levantarse, participar y decir la Parashá tiene un factor mucho más educativo qué religioso. Los adultos escuchan al niño. Y la interpretación que tenemos todos nosotros de la Parashá, es muy diferente de lo que capta un niño. La captación de información de un niño es mucho más ingenua, mucho más abierta y menos prejuiciosa que la nuestra. Esto se hace todos los viernes con diferentes niños.

-Y el niño tenía muchas ganas de participar…
-Es que la base de nuestra comunidad son los niños. La comunidad gira alrededor de los niños, y no al revés. Puede a veces ser más esporádica una actividad de adultos, los niños van a tener sus actividades dos veces a la semana durante todo el año.

-Está Kehilá logró una gran convocatoria y creció exponencialmente en sólo nueve años. ¿Por qué ocurre esto en Punta del Este, que no pasa en otras comunidades?
-Esta comunidad tiene factores internos y externos. El externo es que estamos emplazados en una ciudad que es mágica y que es un posible destino para familias de Argentina, de Brasil y de Montevideo. El factor interno es haber tomado la decisión política y el esfuerzo económico y social en generar algo profesional, generar actividades. Esto es lo que empieza a variar desde hace cuatro años y medio a la fecha. Hace cuatro años se contrata al primer director ejecutivo con una idea muy clara de parte de los voluntarios que me llamaron, que fue “nosotros queremos generar una comunidad”. Algunos con mayor experiencia, otros con menor experiencia comunitaria, se trazó una hoja de ruta y de esa hoja de ruta en estos cuatro años no nos hemos apartado ni un ápice. Sabemos a dónde queremos llegar, sabemos lo que estamos haciendo. La gente que ha estado viviendo en Punta del Este, y al ser todos nuevos que vinieron de otras ciudades porque son pocas las familias que tenemos de tres generaciones aquí, esa gente ha sido muy abierta en querer acompañar la hoja de ruta.

-Punta del Este utiliza un sistema de seguridad israelí, ¿cómo funciona?

-La ciudad, que es una especie de oasis en Latinoamérica, da condiciones para que la gente puede hacer lo que era normal en todos lados hasta hace 30 años. Antes la gente tenía la posibilidad de dejar una puerta abierta de una casa. Eso Punta del Este todavía lo mantiene, sin caer en un grado de ingenuidad. Nosotros somos conscientes de que en Punta del Este vivimos de una forma que ya no se vive en ninguna ciudad cercana. Esa es la razón principal por la que gente, sobre todo de Argentina, opta por venir a vivir en Punta del Este, a 40 minutos de avión de Buenos Aires.

-¿Esto que estamos viendo de familias jóvenes se está dando como una constante?
-Esto es un proceso de últimos cinco años como factor externo. Punta del Este siempre fue hermosa, pero había dos o tres cosas que no podía proveer hasta ahora. Eso era un impedimento gigantesco para que la gente no pudiera venir a vivir a Punta del Este. Uno era el factor comunitario. El judío quiere tener su comunidad cuando llega a un lugar. Había que ofrecerle seguridad a la ciudad a largo plazo y ahora se hizo un plan de seguridad para ello. Y el tercer aspecto era el educativo. Si bien hay colegios muy buenos en Punta del Este, faltaba un colegio de una infraestructura y de un nivel académico fuera de parámetro para lo que es Uruguay. Ese es el International College y esos son los factores que hoy en día una familia joven, y no de jubilados, encuentro un lugar pleno para vivir.

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