Itongadol/AJN.- Las fuerzas de seguridad de Hamas disolvieron una masiva manifestación en el norte de Gaza. Miles de personas salieron a las calles debido a que tienen energía eléctrica durante 3 horas cada 12 o 15, y a que ya se han producido gran cantidad de accidentes – algunos de ellos con víctimas mortales – por los intentos de calefaccionar los hogares con fogatas
Los manifestantes se reunieron en el campamento de refugiados de Jabalia y desde allí iniciaron una marcha, con pancartas y cantando "Queremos electricidad" y otros eslóganes.
De acuerdo con testigos, los pobladores se dirigieron hacia la sede de la compañía estatal de electricidad en el norte de Gaza, pero las fuerzas de seguridad de Hamás dispararon municiones reales en el aire y los dispersaron con bastones. Algunos de los manifestantes lanzaron piedras contra el edificio.
Iyad al-Bozum, portavoz del Ministerio del Interior de Hamás, dijo a la agencia AFP que las fuerzas de seguridad intervinieron cuando comenzaron los "disturbios".
Hamás cobra por la electricidad, pero no paga por su adquisición
Esta situación no es nueva y es consecuencia del desacuerdo entre la Autoridad Palestina y Hamás sobre el pago del impuesto especial al combustible que se utiliza en la planta de energía eléctrica.
La Autoridad Palestina compra de Israel el combustible que se transfiere a la Franja de Gaza, a precio completo, con todos los impuestos. En 2015 el gobierno de la AP anunció que ya no está dispuesto a seguir pagando ese impuesto solo y que el gobierno de Hamás debe participar en los costos de la compra de combustible para su central eléctrica, la principal fuente de energía en la Franja.
Desde un comienzo Hamás se negó a pagar y la AP decidió darle una prórroga de dos meses, durante los cuales siguió abonando el precio completo. Desde entonces, cada vez que la Autoridad Palestina deja de pagar ese impuesto, los habitantes de la Franja tienen problemas con la electricidad.
Esta vez la crisis es especialmente grave ya que, además de la parte que llega directamente desde Israel por líneas de alta tensión, otra es producida en Egipto, que ahora tiene problemas por huelgas en la planta de El Arish, en el norte de la Península del Sinaí.
Además, la Autoridad Palestina ha denunciado que Hamás estableció que los organismos y sedes de su gobierno como así también las mezquitas están libres y exentos del pago de la electricidad que utilizan. Por lo tanto, esos costos se suman a las tarifas que pagan los pobladores de la Franja de Gaza.
Violencia contra periodistas
Por otra parte, la Asociación de Prensa Extranjera denunció el maltrato y violencia sufrido por los periodistas que cubrían la marcha, especialmente un reportero de la agencia de noticias estadounidense AP, que fue detenido y forzado a punta de pistola a entregar su teléfono móvil.
La Asociación informó en un comunicado que "los agentes pusieron una pistola en el pecho y amenazaron verbalmente al periodista hasta que accedió a darles los teléfonos".
Durante la misma cobertura, se registró un segundo incidente cuando un fotógrafo de la agencia de prensa francesa AFP "fue brutalmente golpeado en la cabeza por policías uniformados y necesitó asistencia médica". La agresión se produjo cuando el reportero se negó a entregar su cámara fotográfica, tras lo cual las fuerzas de seguridad lo arrestaron y confiscaron la tarjeta de memoria, que le reintegraron mucho más tarde, al dejarlo en libertad”.
El comunicado finaliza solicitando que Hamás “investigue adecuadamente este incidente, ofrezca una explicación y se disculpe por este comportamiento inaceptable de sus fuerzas de seguridad”.