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\»Cara a Cara\».AMIA. Cimadevilla: “El Congreso entendió que la Argentina debe salir de la vergüenza de casi 25 años sin justicia por el atentado”

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 Itongadol/AJN.- El jefe de la unidad especial de investigación de AMIA, Mario Cimadevilla, dialogó con AJN en el ciclo "Cara a Cara"sobre la posibilidad de que se implemente el juicio en ausencia para casos de terrorismo: “el Parlamento tiene un gran desafío: dar un gran debate, para ver cómo superamos esta parálisis para que no haya más impunidad en el juicio AMIA”.

¿Cómo está transcurriendo estos primeros meses de trabajo en este enorme desafío, que es saber qué pasó con el atentado?
Nosotros apenas asumimos la función, más allá de interiorizarnos del estado de la causa, hemos observado que la causa AMIA, la causa madre, está en un estado de parálisis. La causa no avanza en la investigación, a pesar de que hay cinco iraníes imputados. Irán es un país que además está sospechado de haber colaborado con el atentado y, además, se niega a colaborar con la investigación de la justicia argentina. La causa por la cual no se avanza es que existe una “tradición jurídica” en la Argentina, que sostiene que si los imputados no están presentes los juicios no pueden avanzar. El presidente nos ha dicho que tratemos de aportar todos los elementos para remover los obstáculos que hoy tienen los jueces para dictar sentencia en esa causa. Uno de los obstáculos es solucionar, desde el punto de vista legal, esta situación.

Lo que se llama juicio en ausencia.
Hemos avanzado en un proyecto de ley de juicio en ausencia, para esto hemos estado en la Corte Internacional. Yo no pude ir, pero ha estado gente de la unidad en La Haya. Fue una experiencia valiosa, se discutió sobre otros países que habían sufrido atentados como la Argentina. Cuando también se sospecha que hay un país detrás, apoyando esos hechos, se analizó cómo han legislado, cómo han avanzado en el enjuiciamiento de esos casos. Hemos tomado una iniciativa muy particular, hemos consultado a las universidades argentinas, porque este es un tema que divide a la doctrina. Van a haber algunos que digan que sí y otros que van a decir que no se puede. Hemos tratado de comprometer a las cátedras de las universidades argentinas a que se expidan. No podemos seguir 20 años más discutiendo que sí o que no. Tanto los que dicen que no, como los que dicen que sí, tienen que hacer su aporte, para que el Estado argentino pueda superar esta contingencia y en algún momento dictar sentencia que le permita conocer a las víctimas y a la sociedad qué es lo que pasó. En esto realmente quiero destacar la tarea de la universidad del sur de Bahía Blanca, realmente han hecho un trabajo extraordinario. Cuando se debata este tema en el Congreso, queremos que vengan y participen en el debate. 



¿Comenzó el diálogo con los distintos sectores políticos sobre este tema?

Hemos avanzado en conversaciones con los distintos bloques del senado. Hemos logrado un consenso, diría, casi unánime, de avanzar en la discusión y en el debate de este tipo de iniciativas que nos permitan superar esta parálisis. Sabemos que es un tema controvertido, sabemos que va a generar un debate, aun en el seno de la propia colectividad, pero bueno, es un tema que debemos afrontar, debemos dar debate. Yo siempre digo que hay dos juicios que no son iguales, pero que tienen cierta analogía, y que deben haber sido las causas más complejas y las que más han dado que hablar en la Argentina. Uno fue el juicio a las juntas y otro, sin duda, es el juicio a la AMIA. No hay, en la historia judicial argentina, dos causas que hayan concitado tanta atención, tanta discusión y hayan tenido tanta trascendencia como estas dos causas. El gobierno de Alfonsín tuvo que también en el Parlamento dar un debate y modificar leyes, modificar el código de justicia militar para que no haya impunidad. Y fue, a raíz de esas modificaciones que se hicieron, en la Argentina, en el único lugar del mundo que juicios de lesa humanidad pudieron ser juzgados sin leyes especiales, sin tribunales especiales, sino por leyes y por jueces de la Constitución. En este caso también el Parlamento argentino tiene un gran desafío: dar un gran debate, para ver cómo superamos esta parálisis para que no haya más impunidad en el juicio AMIA.

¿Y cómo se está conduciendo el Congreso en este sentido?

Realmente hemos tenido una receptibilidad extraordinaria. Han entendido la necesidad de que la Argentina salga de esta vergüenza internacional, que es que a más de 20 años no pueda tener sentencia. Como país, realmente es lamentable la imagen que damos afuera. En esto debo destacar la actitud que han tenido algunos senadores, como el caso del senador Pichetto y la gente del bloque de cambiemos. Realmente están dispuestos a avanzar en el tratamiento de este proyecto. Por ahí, las diferencias pasan no ya en la necesidad de legislar el juicio en ausencia, sino acerca de qué delitos comprendería: si todos los delitos, delitos menores, delitos de los que se llaman interjurisdiccionales, o sea, que actúan en distintas jurisdicciones, como puede ser el narcotráfico o el terrorismo; si tiene que haber una instancia revisora, si hay sentencia y qué ocurre si luego el imputado aparece. Estos son los temas que hoy estamos discutiendo, pero lo que ya hemos dejado de discutir es la necesidad de la sanción de la Ley.

Hoy en día es su trabajo, usted está hablando con los bloques…

Sí, yo personalmente me he encargado de charlar con los distintos bloques, a quienes conozco por mi paso por el senado, que me ha ayudado a relacionarme de esta manera con ellos. Así que yo creo que en los próximos días vamos a tener un proyecto de Ley consensuado. Después la idea es discutirlo en las comisiones del Congreso, que vengan los doctrinarios, que vengan las universidades, que vengan las entidades. Estos temas hay que debatirlos. Yo siempre doy un ejemplo, si al mejor penalista del mundo, nosotros le hubiésemos dado para hacer un código penal en la Argentina, seguramente nos hubiese traído un código penal donde hubiese reglamentado el homicidio, el robo, la extorsión, la estafa, la defraudación, pero jamás se le hubiese ocurrido a ese penalista pensar que el Estado, como ocurrió en la Argentina, podía convertirse en una máquina de matar, de robar, de secuestrar y de hacer desaparecer personas. Frente a estos hechos, el derecho tiene que dar una respuesta. El terrorismo, permanentemente, va innovando en ver de qué manera atenta contra la vida de las personas. A quién se le hubiese ocurrido, hace un tiempo atrás, que uno en un camión iba a ir por una peatonal en Niza e iba a hacer el desastre que hizo. ¿Qué? ¿Lo juzgamos por homicidio culposo? El derecho tiene que dar respuestas a estas situaciones, en este caso, que va generando el terrorismo internacional, y la Argentina está en deuda con esto. Tenemos que dar una respuesta, y el presidente nos ha instruido para que avancemos en este sentido, con la participación del Parlamento, por supuesto.

El debate por el juicio en ausencia, ¿cómo está recibiéndolo los diferentes familiares de víctimas del atentado?
Hay opiniones distintas. Hay algunos que se oponen, que dicen que esto va a traer impunidad porque en el caso de que hubiera una sentencia condenatoria, Irán va a seguir sin colaborar con la Argentina y estos cinco iraníes nunca van a poder cumplir la pena que se les aplique. Esta es una mirada parcial. La sentencia no sólo tiene como finalidad que “si yo cometo un delito, que me metan preso”, sino que la sentencia también sirve para que la sociedad sepa qué pasó y las víctimas, fundamentalmente, sepan qué pasó. En la Argentina, y vuelvo a la analogía, cuando se inician los juicios por crímenes de lesa humanidad, se sancionaron las leyes de obediencia de vida y de punto final. Estas leyes hicieron que cayeran un montón de procesos. Los jueces argentinos en aquel momento, en La Plata, Mar del Plata, Córdoba, dijeron “bueno, ¿qué hacemos?, acá si avanzamos y tenemos una sentencia no va a haber condena, porque estos señores con leyes de obediencia de vida y punto final quedaban exculpados”. Sin embargo, siguieron adelante hasta dictar sentencia ¿Por qué? ¿Qué dijeron? La sociedad y las victimas tienen derecho a saber lo que pasó, que fue lo que se denominaron “juicios por la verdad”. Sabiendo que en la sentencia que pudieran dictar, no podían condenar por estas leyes, entendieron que la sociedad debía saber qué es lo que había pasado, quiénes eran los que habían sido responsables, avanzaron en las investigaciones y dictaron sentencia. Por eso estas dos causas son emblemáticas en el derecho argentino.

¿Es optimista en esto?

Por supuesto, soy optimista. Además, realmente es un tema que te obliga a comprometerte, no es cualquier tema. Realmente hay un compromiso con la colectividad, porque sin el esfuerzo que ellos hicieron, esta causa estoy seguro de que hubiese muerto. Esta insistencia permanente que han tenido en saber la verdad, ha hecho que hoy estemos discutiendo esto, a pesar de que pasaron 25 años y esta causa no haya muerto.

¿Tiene un diálogo fluido con el Ejecutivo, con el presidente?
Trato, obviamente. Trato con el presidente de no llevarle todos los días los inconvenientes que se nos presentan, sino de tratar de llevarles algunas soluciones, como por ejemplo, una Ley en este caso. Estamos también trabajando con organismos de seguridad, con los propios organismos de inteligencia, tratando de colectar información que pueda existir en algún organismo del Estado y que no se le haya dado a la justicia. Estamos haciendo un gran trabajo: una causa cuanto más se aleja en el tiempo, más se aleja en las posibilidades de su esclarecimiento. En esto hay que ser realista, no se le puede mentir a la gente. Pero yo soy optimista, creo que podemos llegar a algún resultado.

¿Cuál es el mensaje para los familiares de las víctimas?

¿Qué les podemos decir a los familiares? Han escuchado de todo y de todos. ¿Qué les podemos decir? Yo creo que tenemos que ser respetuosos. Sofía dijo cuando terminó su discurso, en la calle Pasteur, que “ojalá se pueda”. Creo que a esto tenemos que apuntar, a que ojalá se pueda.

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