Itongadol/AJN.- El embajador de Israel en la Argentina, Ilan Sztulman (foto), dialogó con la Agencia AJN sobre el reciente fallecimiento del ex Presidente, primer ministro y premio Nobel de la Paz Shimon Peres, la resolución de la UNESCO sobre los lugares sagrados de Jerusalem y la postura adoptada por los países latinoamericanos, y el 25º aniversario del atentado contra la sede diplomática que hoy representa, que se cumplirá el 17 de marzo.
– ¿Qué significó para el mundo el fallecimiento de Shimon Peres y la presencia de tantos mandatarios de todos los lugares para despedirlo?
– Fue el fin de una era, de un liderazgo que había en Israel y que va a hacer mucha falta. Se puede decir que Shimon Peres es sinónimo de la historia del sionismo, fue una de sus figuras más significativas. Nació en Polonia antes de que existiese el Estado de Israel, hizo aliá, estuvo en un kibutz y toda su vida fue dedicada a construir y soñar. Lo que realmente hace a Shimon Peres una figura diferente es su capacidad de fantasear y después hacerlo realidad. Es la historia del Estado de Israel porque cien años atrás, ¿quién diría que tendríamos un Estado y como el de hoy? Los iraquíes también tienen un Estado, pero cuál… Tenemos un Estado muy fuerte y creativo, y Shimon Peres fue uno de los padres del espíritu de Israel y uno de los que hicieron que esto acontezca. Hasta sus últimos días no paró de fantasear… En realidad, decía: “un pueblo que no puede fantasear, no puede hacer cosas grandes”. Y así es Israel: fantaseamos hacer algo y lo hicimos real.
– ¿Considera que hubo un momento o un hecho político que lo puso en el escenario mundial y no lo hayamos percibido, o fue el trabajo natural de toda su vida?
– Creo que toda su vida fue dedicada a fantasear y hacerlo realidad; entonces, cuando estábamos construyendo el Estado, Shimon Peres tenía una visión -junto con (el primer jefe de gobierno, David) Ben Gurión, claro- con algunos puntos. Uno: Israel debía ser independiente desde el punto de vista de la seguridad y no podía depender de comprar armas aquí o allí o de tecnología de segundo grado. En ese tiempo era director del Ministerio de Seguridad e hizo todo para que abriéramos una industria de armamento. Dos: una industria de aviones. Tres: un reactor nuclear. Escucho historias de mi papá y mi mamá de que en los años ’50 la comida era racionada: podías tener tanto de arroz, tanto de manteca… En ese tiempo, decir “vamos a abrir una fábrica de aviones” era algo imposible, pero lo hizo. Y eso también le dio a Israel la posibilidad de crear su industria de defensa y de que se transformara en una potencia. Por otro lado, cuando Shimon Peres se convenció de que la seguridad del Estado necesitaba la paz, tuvo la fantasía y trabajó para eso hasta que llegamos a los encuentros en Madrid, (los Acuerdos de) Oslo y todo el proceso de paz que todavía no terminamos. Cuando empezaron a publicar que hubo encuentros era inconcebible pensar “vamos a hacer la paz con los palestinos”. Estaba prohibido hablar con ellos, eran miembros de instituciones terroristas… Pero Shimon Peres tuvo ese sueño y hasta sus últimos días no paró de trabajar para que eso acontezca.
– Los jóvenes han podido ver la última parte de su vida: su compromiso en primera persona con el papa Francisco, la visita del titular de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, a su funeral… ¿Cómo une ambos hechos?
– Shimon Peres, siendo el espíritu del Estado de Israel, fue reconocido por todo el mundo, tanto por los estadistas occidentales como por los árabes también. Fue un poco triste para la sociedad israelí que los miembros árabes del Parlamento, que son ciudadanos israelíes, no quisieran ir a su funeral. Abbas estuvo y ciudadanos árabes no comparten su sueño de paz y convivencia entre todos… Desde (el presidente estadounidense, Barack) Obama hasta los representantes de los gobiernos argentino y brasileño, todo el mundo fue a saludar a la persona y la idea que fue Shimon Peres. En la primera página de la versión en hebreo del libro de (Theodor) Herzl Altneuland, que era el sueño sionista cuando realmente era un suelo donde completamente nada había, se escribió la cita: “Si lo quieren, no será un cuento de hadas”. Ésa es la historia y también la herencia espiritual de Shimon Peres. Hoy miramos Medio Oriente y tenemos a Irak, Siria y el Líbano descompuestos y con Irán, que es nuestro peor enemigo, ahí dentro y decimos: “OK, tenemos esta situación y estamos trabajando para ayudar, pero también tenemos un conflicto entre sunitas y chiitas en el cual tenemos tanto para ayudar y lo vamos a hacer”. Shimon Peres y su generación nos enseñaron, tanto a Israel como al mundo, que si querés, podés…
- ¿Cuál es su mirada sobre la resolución de la UNESCO que ignora los lazos judíos con el Monte del Templo y la conducta que mostró Latinoamérica?
– La votación de la UNESCO no sé si es triste, cómica o las dos porque significa que Jerusalem nada tiene de judía o cristiana, solamente musulmana. Si sos optimista, te vas a reír; si sos pesimista, vas a llorar… No tenés que ser judío para leer dos páginas de la Biblia y entender que Jerusalem es el principio de toda la civilización judeo-cristiana. El hecho que los países árabes consigan tomar esa decisión porque cada uno tiene un voto en ese foro de las Naciones Unidas es, simplemente, la politización del sistema y hacerlo muy chico… En vez de una institución que debe mantener el patrimonio cultural de la humanidad, hacen algo ridículo… Gracias a D’s hubo un cambio respecto de los años anteriores y muchos países que votaban a favor lo cambiaron, como Brasil y México, o se abstuvieron, como la Argentina. Creo que está claro para la gente el proceso de politización de las instituciones de la ONU, infelizmente. Pero no es solo la UNESCO: el Consejo de Derechos Humanos es una institución de la ONU en la cual más de la mitad de las decisiones tomadas en los treinta y pico de años que tiene es contra Israel, la única democracia de Medio Oriente, y votada por países que tienen una larga tradición de violaciones a los derechos humanos, como Siria, Libia o Irán. Es triste y es una lucha que vamos a continuar, pero no podemos hacer mucho…
- El embajador de Israel en Paraguay dijo que abstenerse es bueno y ejemplificador para otros países y otros creen que es una falta de valor o coraje para tomar una decisión real, ¿con cuál afirmación está de acuerdo?
– Un Estado soberano toma sus decisiones en base a una serie muy compleja de consideraciones y a veces no querés cambiar completamente de un lado a otro por las relaciones que tenés con otros países. Preferíamos que todos nuestros amigos votasen en contra, pero podemos entender que a veces tienen otras consideraciones, entonces lo importante es cómo Israel está ubicado en las relaciones con todos esos países. Hablando de Shimon Peres y su sueño, Israel tiene óptimas relaciones con los Estados Unidos -son nuestro mejor aliado-; Alemania, el poder económico y político más grande de Europa; China, un superpoder que está creciendo y tenemos tres consulados y una embajada; India; Rusia, uno de los pocos países que nos están haciendo sanciones en las Naciones Unidas… Tenemos mucho de planeación. Se habla de boicot, etc., pero estamos muy bien. Tenemos países árabes, como Egipto, que tienen una agenda bilateral muy positiva con nosotros, pero cuando van a la ONU votan en contra de Israel, también por otras consideraciones. Estamos frente a un período que puede desarrollar realmente un Nuevo Medio Oriente, que era el sueño de Peres.
– Se van a cumplir 25 años del lamentable atentado a la Embajada de Israel en la Argentina, ¿qué significa ser embajador en este momento?
– En toda mi vida adulta estoy habituado a que pagamos un precio por ser judío e israelí; no importa si es en Israel, en la Argentina, en todo lugar… El antisemitismo continúa fuertemente en todo el mundo; a veces saliendo contra judíos, a veces contra israelíes, es lo mismo… El fenómeno es de forma diferente, pero está ahí… Creo que es un deber de todo judío, israelí y, en cierto punto, de todo ser humano combatir este tipo de crímenes. Es un poco triste que estemos aquí, acercándonos a los 25 años, y quienes hicieron eso estén libres, girando por el mundo -algunos no porque Interpol lo está impidiendo- y nada pasó. Dice algo como que el antisemitismo que el pueblo judío sufrió por tantos años no terminó. No solo tenemos la Embajada, sino la AMIA o Uruguay, donde asesinaron a un judío (David Fremd). Es triste, pero es parte de nuestra vida...
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