Itongadol.- Los cientos de drones rusos que se ciernen ominosamente sobre el campo de batalla ucraniano deben su existencia a una elástica cadena de suministro que elude las sanciones y que en ocasiones pasa por una cutre oficina sobre un mercado de Hong Kong, y a veces por una casa de estuco amarillo en los suburbios de Florida.
El vehículo aéreo no tripulado «Sea Eagle» Orlan 10 es un asesino engañoso, relativamente barato y de baja tecnología que dirigió muchos de los hasta 20.000 proyectiles de artillería que Rusia disparó diariamente contra posiciones ucranianas en 2022, matando hasta 100 soldados al día, según comandantes ucranianos.
Una investigación de Reuters e iStories, un medio de comunicación ruso, en colaboración con el Royal United Services Institute, un think tank de defensa en Londres, descubrió un rastro logístico que se extiende por todo el mundo y termina en la línea de producción del Orlan, el Centro de Tecnología Especial en San Petersburgo, Rusia.
Basándose en documentos de aduanas y registros bancarios rusos, la investigación supone la primera vez que se rastrea una ruta de suministro de tecnología estadounidense hasta un fabricante ruso, cuyo sistema de armamento se utiliza en Ucrania.
El Centro de Tecnología Especial, que en su día fabricó diversos artilugios de vigilancia para el Gobierno ruso y ahora se centra en drones para el ejército, fue objeto por primera vez de sanciones estadounidenses después de que el presidente Barack Obama dijera que había colaborado con la inteligencia militar rusa para tratar de influir en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.
Las sanciones, que entraron en vigor en 2017, prohibían a cualquier ciudadano o residente estadounidense o empresa estadounidense suministrar cualquier cosa que pudiera acabar en el Centro Especial de Tecnología. En marzo de este año, el Gobierno estadounidense endureció esas restricciones bloqueando todas las ventas de cualquier producto estadounidense para cualquier usuario final militar, y bloqueó de hecho todas las ventas a Rusia de artículos de alta tecnología como microchips y equipos de comunicaciones y navegación.
Nada de eso detuvo la producción del avión no tripulado Orlan.
El Centro Especial de Tecnología no respondió a una solicitud escrita de comentarios. Pero uno de sus principales científicos, que también es uno de los principales accionistas, declaró que la empresa estaba experimentando una «gran demanda» de sus drones.
Entre los proveedores más importantes del programa de aviones no tripulados de Rusia se encuentra un exportador con sede en Hong Kong, Asia Pacific Links Ltd, que, según los registros aduaneros y financieros rusos, proporcionó millones de dólares en piezas, aunque nunca directamente. Muchas de las piezas son microchips de fabricantes estadounidenses.
Las exportaciones de Asia Pacific a Rusia se entregaron principalmente a un importador de San Petersburgo estrechamente vinculado al Centro de Tecnología Especial, según muestran esos registros aduaneros. La empresa importadora, SMT iLogic, comparte dirección con el fabricante de drones y tiene otras muchas conexiones.
El propietario de Asia Pacific, Anton Trofimov, es un ruso expatriado que se licenció en una universidad china y tiene otros intereses empresariales en China, así como una empresa en Toronto (Canadá), según su perfil de LinkedIn y otros registros corporativos.