Itongadol.- El juicio penal de un destacado físico ruso acusado de traición al Estado se inició el jueves en San Petersburgo en medio de un estricto secreto y la preocupación por la salud del acusado, de 76 años.
Se trata de Anatoly Maslov, uno de los tres científicos especializados en misiles hipersónicos que trabajaban en un instituto de la ciudad siberiana de Novosibirsk y que ahora se enfrentan a lo que el Kremlin calificó de «acusaciones muy graves».
El caso, catalogado de «alto secreto», está cerrado a los medios de comunicación y al público, según declaró el tribunal de San Petersburgo.
Una fuente cercana a Maslov expresó a Reuters que el científico había sufrido dos ataques al corazón y había pasado tiempo en el hospital desde su detención el mes pasado en Novosibirsk.
Maslov era profesor e investigador del Instituto Khristianovich de Mecánica Teórica y Aplicada, uno de los centros científicos más importantes de Rusia.
Poco después de su detención, Maslov fue enviado a la prisión moscovita de Lefortovo, un antiguo centro de interrogatorios del KGB, antes de ser trasladado a San Petersburgo para ser juzgado.
Los médicos del centro de detención preventiva no dieron a Maslov acceso a toda la medicación prescrita por su médico habitual, aseguró la fuente.
Una imagen fija tomada de un video muestra un objeto volador explotando en un intenso estallido de luz cerca de la cúpula del edificio del Senado del Kremlin durante el supuesto ataque ucraniano con drones en Moscú, Rusia, en esta imagen tomada de un video obtenido por Reuters el 3 de mayo de 2023 (crédito: OSTOROZHNO NOVOSTI/HANDOUT VIA REUTERS)
«Está aguantando, pero, por supuesto, su estado no es muy bueno», agregó.
Los tres acusados son especialistas en hipersónica, un campo de importancia clave para el desarrollo de la próxima generación de misiles rusos, capaces de volar a 10 veces la velocidad del sonido.
Sus colegas aseguraron que el procesamiento de los tres hombres podría perjudicar a la ciencia rusa.
Los detalles de las acusaciones que pesan sobre ellos son confidenciales, pero el portal de noticias de la ciudad científica en la que residen señaló que Maslov es sospechoso de entregar secretos a China.
Según la fuente, Maslov mantiene su inocencia y «no se considera un traidor. Cree que siempre hizo todo correctamente».
El Parlamento ruso votó en abril aumentar la pena máxima por traición de 20 a cadena perpetua.